Los agricultores y ganaderos de Murcia dieron a conocer que se manifestarán el próximo 21 de febrero ante la situación de crisis que atraviesan
Agricultores y ganaderos de Murcia se manifestarán el próximo 21 de febrero, a las 11.00 horas, en la capital murciana para protestar contra la «asfixia» del campo, ya que se encuentran, dicen, en una situación «límite, desesperados», siendo ésta «la mayor crisis» a la que se enfrentan.
Así lo han denunciado los máximos dirigentes en Murcia de COAG, UPA y Asaja-Murcia, Miguel Padilla, Marcos Alarcón y Alfonso Gálvez Caravaca, respectivamente, quienes han advertido que «el incremento de los costes de producción ha sido tan brutal en estos tres últimos años que en dos o tres años la reconversión de agricultores y ganaderos en Murcia será tremenda».
«No faltará agricultura, pero no habrá agricultores ni ganaderos», ha manifestado Padilla, quien ha confesado que no ha conocido una situación de «endeudamiento bancario» como la que atraviesa el sector agrario actualmente.
Según Marcos Alarcón, de UPA, «nunca antes la inmensa mayoría de los productos tenían precios que estaban por debajo de los costes de producción», por lo que ha reclamado una alternativa a esta situación o, en caso contrario, una «muerte digna, porque tiene que haber una transición, se nos tienen que garantizar unos ingresos mínimos».
Y es que, subraya, «la alimentación europea, española y murciana está en juego si desaparecen agricultores y ganaderos». «Estamos en un sandwich en que tanto agricultores como ganaderos están en situación límite», lamenta, para después manifestar ese «descontento».
Aunque avisan que la «gran explosión», como lo ha denominado Padilla, será este año, aseguran que la situación de agricultores y ganaderos «es de auténtica desesperación».
La manifestación del día 21, bajo el lema ‘Sin agricultores y ganaderos, ¿qué comeremos mañana?’, no será la única, alertan, ya que «de no haber respuesta contundente por parte de las administraciones continuarán», porque la situación del campo «es muy difícil, extrema, el endeudamiento económico nos arrasa», indica Padilla.
El recorrido está aún por decidir en esta manifestación conjunta de las tres organizaciones, aunque tienen claro que «implicará» tanto al Gobierno regional como al Estado, tras lo que han hecho un llamamiento al resto de sectores para que se sumen a esta iniciativa, que esperan que sea «contundente, masiva y sin incidentes» y con presencia de tractores.
UPA ha garantizado que esta convocatoria conjunta «no tendrá ningún problema», al ser preguntado por los disturbios ocurridos en Extremadura. «Otra cosa, dice, es que bajo el paraguas haya algún exaltado que decida hacer otra cosa».
Cuando el incremento de los costes de producción ha sido de un 30 por ciento, agricultores y ganaderos dicen que están con precios de hace años, lo que les lleva a una «asfixia importante» y de continuar esta situación, a la mayoría de ellos «les sobrará el agua, porque desaparecerán», señala Padilla.
De hecho, destaca que están en situación de «caos y ruinosa» la fruta de hueso, flor cortada, la miel o la mayoría de las hortalizas, que «desaparecerán si esto sigue así».
Tachan de «insuficiente» la ley de la cadena agroalimentaria e instan a las administraciones a ser «responsables» y que no haya competencia desleal con terceros países.
Esta situación de «bajos» precios agrícolas, como ha resaltado Gálvez Caravaca de Asaja, no solo afecta a España, sino a toda Europa, lo que hace que «la mayoría de las explotaciones agrícolas no sean viables y haya poco margen de maniobra para encontrar soluciones». Demandan un control sobre las prácticas «abusivas» y denuncian el tratamiento al que es sometido el trasvase Tajo-Segura.
Ante este escenario «ha llegado el momento de replantear las relaciones con Rusia para levantar el veto, en el caso de Reino Unido una negociación para poder exportar con normalidad y que Estados Unidos se ponga en su sitio».
REIVINDICACIONES
La situación, aseguran, es de «tal gravedad que exige una acción urgente y coordinada por parte de las administraciones y de la cadena agroalimentaria en su conjunto».
Reclaman precios «justos» por sus productos agrícolas que les permita alcanzar una «mínima» rentabilidad debido, precisamente, a ese «desequilibrio» de la cadena agroalimentaria, a lo que se añade la «subida de los costes de producción».
Así como la necesidad de «acabar con los abusos de la distribución» e instan a que se modifique la Ley de la Cadena Agroalimentaria para «hacerse más exigente con los que abusan, con un mayor control de las prácticas comerciales de la gran distribución».
Abogan porque se impida la competencia desleal de terceros países y se realicen, por ello, controles exhaustivos de las importaciones de estos países; contar con agua para regadío «en cantidad suficiente y a un precio razonable», se luche contra la despoblación y una PAC «justa».