Tras un nefasto 2020 en materia de empleo (la pandemia llevó a más de 3,7 millones de personas a estar en ERTE, se destruyeron todos los empleos creados en los dos años anteriores a ella, se alcanzó una tasa de paro juvenil superior al 40%, etc.), este análisis nos permite analizar la evolución del empleo, desde todos los ángulos posibles, en el primer año de recuperación económica tras la COVID-19.
En este contexto, el Adecco Group Institute, el centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, ha elaborado el IX Monitor Anual Adecco de Ocupación: un detallado análisis de la evolución del empleo en España.
El fin de este Monitor Adecco es analizar los puestos de trabajo que se están creando o destruyendo en nuestro país desde diferentes ángulos sociodemográficos y económicos. En esta primera entrega se analiza el perfil demográfico de la ocupación en España: comunidad autónoma, sexo, edad, nacionalidad y nivel de formación alcanzado.
Además, en aquellos puntos en los que sea relevante la información se ha establecido una comparativa entre los datos de 2021 con los de 2008 –año en que comenzó la anterior crisis económica en nuestro país- para comprender mejor el impacto que ambas recesiones han dejado en la ocupación española y si las consecuencias de ambas han sido muy diferentes.
La primera conclusión de este análisis es que se han recuperado ya todos los empleos destruidos por la crisis del coronavirus (a pesar de que todavía faltan trabajadores por incorporar en situación de ERTE).
La segunda conclusión es que las mujeres, los jóvenes, los inmigrantes y las personas que han superado la segunda etapa de la educación secundaria y/o FP son los más beneficiados por la creación de empleo.
Si bien en el caso de los jóvenes y los inmigrantes, la destrucción de empleo fruto de la COVID-19 había sido especialmente intensa, no lo fue en el caso de las mujeres ni de las personas con la segunda etapa de la secundaria (los niveles educativos inferiores sufrieron una pérdida mayor de empleo) quienes ven mejorar su situación relativa tras la recuperación del empleo.
En palabras de Javier Blasco, director del Adecco Group Institute:”Aunque la recuperación del empleo sigue avanzando a buen ritmo y estamos ya en niveles de ocupación superiores a los de antes de la pandemia, no podemos hablar de una recuperación económica completa. Los riesgos siguen siendo elevados y sesgados a la baja. Además, no podemos quitar el ojo de un nuevo actor que está irrumpiendo con fuerza: la inflación, cuyos efectos empiezan ya a hacerse notar en los bolsillos de trabajadores, autónomos y empleadores”.
Distribución geográfica del empleo en España
En el último año, el número de ocupados en nuestro país ha superado los 20 millones por primera vez desde 2008, alcanzando la cifra de 20,03 millones de personas, ya que, en los últimos doce meses, el número de ocupados se ha incrementado en 854.100 personas (+4,5% interanual).
Esto significa que se han recuperado todos los empleos perdidos por la pandemia (si bien es cierto que la normalización aún no es completa, ya que al final de septiembre había todavía 239.200 asalariados en situación de ERTE).
El empleo ha crecido en todas las comunidades autónomas. Las autonomías que proporcionalmente más han aumentado sus respectivos colectivos de ocupados son Castilla-La Mancha (+8,2% interanual), Canarias (+7,2%) y Extremadura (+6,9%).
Casi 1 de cada 5 nuevos empleos se han creado en Andalucía, con 162.200 ocupados más (+5,4% interanual). Si a estos empleos sumamos los 155.500 ganados en Cataluña (+4,7%; 18,2% del total) y los 124.000 que se han incorporado en la Comunidad de Madrid (+4,1%; 14,5% del total), tenemos que más de la mitad (51,7%) de los empleos generados de todo el país corresponden a estas tres autonomías.
Comparando la distribución geográfica del empleo ahora con la de 2008 (un periodo de 13 años), se observan mejoras en cinco autonomías, caídas en otras cinco y el resto se mantiene en los mismos valores, más o menos.
Andalucía y Baleares son las regiones que más espacio ganan en el empleo total, con un incremento de 4 décimas en ambos casos, hasta, respectivamente, el 15,7% y 3,1% de la ocupación nacional. La Comunidad de Madrid, Canarias y la Región de Murcia son las otras tres “ganadoras”, cada una con un incremento de 3 décimas en su participación en el empleo total, que ahora es, respectivamente, de un 15,6%, 4,4% y 3,3%.
Entre las regiones que pierden participación, Galicia exhibe el peor resultado, con una reducción de 4 décimas hasta el 5,6% del empleo total. Detrás de la autonomía gallega hay otras cuatro que pierden, cada una, 3 décimas en su participación en el empleo total en comparación con 2008. Son Asturias (ahora con el 2% de todo el empleo de España), Castilla y León (5%), la Comunidad Valenciana (10,4%) y el País Vasco (4,7%).
En todo caso, Cataluña continúa siendo la autonomía donde hay más gente trabajando, con poco más de 3,48 millones de ocupados (17,4% del conjunto de España). Le siguen Andalucía (3,15 millones de ocupados, 15,7%) y la Comunidad de Madrid (3,13 millones; 15,6%), que intercambian posiciones con respecto a hace un año.
En este punto de nuevo es interesante comparar los datos con 2008, ya que aún no se ha recuperado el nivel de empleo que había entonces. Desde el tercer trimestre de 2008 hasta el actual se encuentra una pérdida acumulada de empleo del 2,6% para el conjunto español.
Baleares, Canarias y la Región de Murcia son las únicas autonomías que presentan ahora un nivel de empleo superior al de 2008 (+13,7% en el caso balear, +4,4% en el canario y +5,7% en el de Murcia). Además, está el caso de Castilla-La Mancha, con una ganancia de apenas 200 empleos (+0,02%). En la situación opuesta, Asturias (-16,1%), Galicia (-8,5%) y el País Vasco (-8,4%), son las regiones que están más lejos de recuperar el nivel de empleo total de 2008.
La ocupación por sexo y autonomía
De los 20,03 millones de ocupados que hay en España actualmente, 10,78 millones son hombres y 9,25 millones son mujeres. En el último año, 6 de cada 10 nuevos empleos han beneficiado a mujeres. Mientras ellos han conseguido 328.300 empleos (+3,1% interanual y un 38,4% de todos los empleos creados), ellas se han hecho con 525.800 puestos (+6% y un 61,6% del total).
Aunque en proporciones variables, 16 autonomías imitan el patrón general, con creación de empleo para ambos sexos. La excepción es Navarra, donde se han perdido empleos masculinos (3.000 ocupados menos; -2% interanual), que han sido más que compensados por la contratación de 8.800 mujeres (+6,8%).
Entre las autonomías que han creado empleo para ambos sexos, los dos casos extremos son Baleares y La Rioja. En el caso balear, el 78,2% de los nuevos empleos corresponden a varones (28.400 plazas más; +9,4%), en tanto que el restante 21,8% ha beneficiado a mujeres (7.900 contrataciones netas; +2,9%).
En cambio, en la autonomía riojana, 9 de cada 10 puestos de trabajo creados pertenecen a mujeres (3.500 empleos más; +2,9%), en tanto que el restante 7,9% estaba ocupado por hombres (300 puestos; +0,4%).
Tras Baleares, las dos comunidades que destacan por el rápido aumento del empleo masculino son Cantabria (+8,4%) y Extremadura (+7,3%). Por el contrario, además de Navarra (la única donde ha caído el número de hombres trabajando) y La Rioja, la región donde menos ha crecido la ocupación masculina ha sido la Comunidad Valenciana, con un incremento de solo un 1,6%.
En cuanto al empleo femenino, las regiones más dinámicas son Castilla-La Mancha (+11,6%), la Región de Murcia (+9,6%) y Andalucía (+9,2%). Por su parte, el País Vasco muestra la peor evolución del empleo femenino, con un incremento de un 1,6%. Le siguen Asturias (+2,5%) y Castilla y León (+2,6%).
Pese a este dinamismo, Castilla-La Mancha continúa teniendo la mayor proporción de varones en el empleo total (58%). Le sigue muy de cerca Extremadura (57,9%). Por el contrario, las comunidades donde las mujeres reciben una mayor porción del empleo total son la Comunidad de Madrid (49,3%) y Navarra (48,6%). En todas las comunidades los hombres ocupan más de la mitad de los puestos de trabajo.
Como hemos visto en el anterior apartado, cuando se comparan los datos con 2008 se encuentra una pérdida acumulada de empleo del 2,6% para el conjunto español. Pero el análisis es diferente cuando se desagrega la información por sexo, ya que el saldo es mucho más favorable para las mujeres. Mientras en el caso masculino hay una pérdida de empleo acumulada de un 8,9% desde 2008, en el caso de las mujeres hay un incremento de un 6,1%.
Baleares es la única que ha creado empleo para ambos sexos de modo significativo: el empleo femenino ha crecido desde 2008 un 18,8%, en tanto que el masculino lo ha hecho un 9,3%. En la Región de Murcia se ha generado empleo para ambos sexos, aunque apenas un 0,1% para los varones y un 13,8% para las mujeres. En todos los demás casos, el incremento del empleo es totalmente femenino.
Todas las autonomías excepto Asturias (-9,4%) y Galicia (-2,5%) presentan ahora una ocupación de mujeres más amplia que en 2008. Además de los casos señalados en el párrafo anterior, son destacables los incrementos de Canarias (+13,6%), Navarra (+12,3%), Extremadura (+11,7%), Castilla-La Mancha (+10,5%) y Andalucía (+10,2%).
En cuanto al empleo de varones, Baleares y la Región de Murcia son las únicas que lo han incrementado, como acabamos de señalar. Los peores resultados acumulados corresponden a Asturias (-21,4%), La Rioja (-15,7%) y el País Vasco (-15,5%).
Empleo por sexo, edad y autonomía
El empleo juvenil, que fue el más perjudicado por la pandemia (-19,1%), ha tenido una fortísima recuperación, con la creación de 242.100 empleos para personas de entre 16 y 25 años (+26,4% interanual). Por su parte, el empleo de mayores de esa edad ha subido en 612.000 personas (+3,4%).
Cuando se desglosan los datos anteriores por sexo se observa una expansión más veloz del empleo de mujeres. En el caso de las personas de 25 y más años de edad, el incremento interanual del empleo ha sido de un 4,6% en el caso femenino (387.100 plazas) y un 2,3% en el masculino (224.900 nuevos empleos).
Entre los jóvenes, mientras la ocupación de varones ha tenido un significativo aumento interanual de un 19,9% (103.400 contrataciones netas), el empleo de mujeres ha crecido aún más: un 34,9% (138.700 empleos más).
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SEXO, EDAD Y AUTONOMÍA
En 16 comunidades autónomas se registra una evolución similar a la media nacional, es decir, creación de empleo para ambos grupos de edad. La excepción es el País Vasco, donde ha aumentado la ocupación de jóvenes (+59,5%), pero ha bajado ligeramente el número de adultos con empleo (-0,1%).
En todas las autonomías se ha creado empleo juvenil. El País Vasco, Cantabria y la Comunidad de Madrid son las que muestran los mejores registros, con incrementos interanuales de un 59,5%, como acaba de señalarse, 43,2% y 38,3%, respectivamente.
En el otro extremo, las regiones donde el empleo de personas de entre 16 y 24 años de edad ha tenido una evolución positiva, aunque más moderada, son Aragón (+4,2%), la Región de Murcia (+10,4%) y Castilla y León (+10,5%).
En el caso del empleo de adultos, dejando a un lado el caso vasco ya mencionado, los resultados más favorables corresponden a Castilla-La Mancha (+7,3% interanual), Extremadura y Canarias (+6,7% en ambos casos). La creación más moderada de empleo de adultos se ha registrado en Navarra (+0,1%) y la Comunidad Valenciana (+1,6%).
Si además del grupo de edad tenemos en cuenta el sexo de las personas implicadas, la diversidad de situaciones es más amplia.
En el caso de los varones de menos de 25 años, solo ha disminuido el empleo en Aragón (-2,1% interanual). En todas las demás autonomías ha habido creación de empleo para jóvenes varones. Los mejores resultados han sido los de Asturias (+89,6%), el País Vasco (+51,5%) y Canarias (+47,9%).
Para los hombres de 25 y más años de edad, hay pérdida neta de empleo en dos comunidades autónomas: Navarra (-4,1%) y La Rioja (-0,8%). Las tres con el saldo positivo más importante son Baleares (+8,3%), Cantabria (+7,6%) y Extremadura (+7,2%).
El colectivo de mujeres ocupadas de menos de 25 años también ha mostrado una amplia disparidad. Mientras Asturias ha sido la única en exhibir un descenso en la ocupación (-20% interanual), hay tres autonomías en donde el empleo femenino joven ha crecido más de un 60%: el País Vasco (+69,8%), la Comunidad de Madrid (+66,7%) y Cantabria (+60,5%).
En el caso de las personas de 25 y más años de edad de sexo femenino, ha sido también una sola autonomía la que ha destruido empleo: el País Vasco (-0,7% interanual). Entre las regiones que han visto aumentar el empleo de mujeres adultas, los incrementos más pronunciados se han registrado en Castilla-La Mancha (+12,1%), Canarias (+8,9%) y la Región de Murcia (+8,5%).
Empleo por nacionalidad
Españoles e inmigrantes se están beneficiando en medida similar de la recuperación del empleo. Mientras la cantidad de ocupados de nacionalidad española ha aumentado un 4,4% interanual, el número de ocupados inmigrantes ha crecido un 4,9%. Esto se traduce en una contratación neta de 740.700 personas en el caso de los españoles y de 113.400 personas en el de los inmigrantes.
Sin embargo, hay una diferencia entre los dos principales grupos de inmigrantes: en tanto que el número de personas ocupadas procedentes de otros países de la UE se ha reducido un 9,2% (74.700 empleos menos), el de aquellas originarias de terceros países ha crecido un 12,3% (187.600 empleos ganados).
Los 20,03 millones de ocupados que hay ahora en España se corresponden con 17,58 millones de ocupados de nacionalidad española y 2,45 millones de extranjeros. Este último grupo se compone de 730.300 personas procedentes de otros países de la UE y de 1,72 millones de inmigrantes de otros lugares del mundo. Es el mayor número de inmigrantes con empleo procedentes de fuera de la UE para un tercer trimestre desde 2010.
Los datos de ocupados de nacionalidad española incluyen a aquellas personas con doble nacionalidad (en la gran mayoría de los casos, personas de origen latinoamericano). Si se desglosan ambos colectivos se obtienen datos de interés.
El número de ocupados con doble nacionalidad prácticamente no ha dejado de crecer pese a la irrupción de la pandemia. En los últimos doce meses, los ocupados con doble nacionalidad han aumentado un 10,2% (equivalente a 73.400 personas). Ahora suman 795.300 personas, el máximo registro histórico y el doble que en 2015.
En general, el aumento de ocupados con doble nacionalidad surge de inmigrantes que han obtenido la ciudadanía española. Así, aun sin cambiar de empleo, dejan de incluirse entre los inmigrantes.
Si se unen en un mismo grupo las personas con doble nacionalidad y los inmigrantes, se obtiene que la cantidad de ocupados inmigrantes “en sentido amplio” (doble nacionalidad + inmigrantes) ha crecido un 6,1% en los últimos doce meses (186.800 empleos más). Al mismo tiempo, el número de ocupados exclusivamente con ciudadanía española ha subido un 4,1% (tras 667.200 contrataciones netas).
Pero si quitamos del grupo de inmigrantes “en sentido amplio” a aquellos procedentes de otros países de la UE (es decir, sumando a quienes tienen doble nacionalidad y a los inmigrantes no comunitarios), encontramos un incremento interanual de un 11,6% (que equivale a 261.000 contrataciones netas).
Los inmigrantes equivalen al 12,2% del total de ocupados, lo mismo que hace un año y dos, pero es la mayor proporción desde 2011 para un tercer trimestre. No obstante, si incluimos en ese grupo a las personas ocupadas con doble nacionalidad, obtenemos que el total de extranjeros equivale al 16,2% de las personas que trabajan en España (casi 1 de cada 6), la mayor de la serie histórica y 1,3 puntos porcentuales por encima del máximo de un 14,9% alcanzado en 2008.
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NACIONALIDAD Y AUTONOMÍA
El caso general, en el que se incluyen diez autonomías (Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Cataluña, Extremadura, la Comunidad de Madrid y la Región de Murcia), es el aumento simultáneo del número de ocupados españoles e inmigrantes. En las siete regiones restantes (Cantabria, Castilla y León, la Comunidad Valenciana, Galicia, Navarra, el País Vasco y La Rioja) hay una caída en el número de inmigrantes ocupados, que es más que compensada por la contratación neta de españoles.
Es decir que la evolución del empleo de españoles ha oscilado entre un incremento de un 2,1% en el País Vasco y un aumento de un 7,2% en Cantabria. La variación del empleo de inmigrantes ha sido mucho más volátil: no solo, como acaba de decirse, ha caído el empleo de inmigrantes en siete autonomías (desde un -0,9% interanual en Galicia hasta un -10,7% en Navarra), sino que entre las diez comunidades en que ha crecido, el incremento ha oscilado entre apenas unas centésimas en Aragón hasta el +54,8% registrado en Extremadura.
Siete de cada diez empleos de inmigrantes se han creado en Cataluña (44% del total) y la Comunidad de Madrid (26%).
Baleares y Canarias son las comunidades con mayor participación de trabajadores procedentes del exterior, con un 23,2% y un 16,1% del total de ocupados, respectivamente. Les siguen Cataluña (15,7%) y la Comunidad de Madrid, con un 15,3%. Las proporciones más bajas de ocupados inmigrantes se encuentran en Asturias (5,2%), Galicia (4,9%) y Extremadura (4,3%, pese a su gran incremento).
Solo hay cinco autonomías en las que la participación de los inmigrantes en el empleo es ahora mayor que en 2008. Se trata de Canarias, Extremadura (+0,6 puntos porcentuales en ambos casos), Galicia (5 décimas más), Andalucía (incremento de 2 décimas) y Cantabria (solo 1 décima más).
La ocupación según el nivel formativo alcanzado
Una última perspectiva demográfica para analizar el empleo es la formación. Para ello utilizamos cuatro grandes categorías: 1) Primaria (que incluye a quienes hayan acabado o no esa etapa educativa además del pequeño número de analfabetos); 2) Primera etapa de educación secundaria; 3) Segunda etapa de formación secundaria y/o Formación Profesional y 4) Superior (incluye a quienes hayan completado todo o una parte de un grado universitario, además de a quienes tengan maestrías y/o doctorados).
En los últimos cuatro trimestres, ha crecido el número de ocupados de todos los niveles formativos, aunque el incremento ha sido proporcionalmente más fuerte en los dos niveles más altos.
Concretamente, han sido contratadas 15.000 personas con educación primaria (+1,7% interanual), 107.100 personas con la primera etapa de la educación secundaria (+2,2%), 297.900 personas que cuentan con la segunda etapa de la educación secundaria y/o FP (+6,4%) y 434.100 personas con formación superior (+5%).
Desde este ángulo, los 20,03 millones de ocupados españoles se desagregan en 899.400 con no más que educación primaria, 5,02 millones con la primera etapa de la secundaria, 4,93 millones con segunda etapa de formación secundaria o FP y 9,18 millones con formación superior.
Si los datos anteriores son de por sí elocuentes acerca de la importancia fundamental de la educación como medio de maximizar las oportunidades de empleo, eso queda aún más evidenciado cuando se comparan los datos del tercer trimestre de 2008 con los del mismo período de 2021: en los últimos trece años, solo ha aumentado el número de personas trabajando con educación superior, mientras ha caído el de trabajadores con menores niveles de formación.
En efecto, a lo largo de estos años, la cantidad de ocupados con formación superior ha crecido en 2,2 millones de personas (+31,6%), mientras que la de aquellos con educación primaria se ha reducido en 2,1 millones (-69,8%), la de quienes cuentan con la primera etapa de secundaria se ha contraído en 560.200 personas (-10%) y la de los que tienen la segunda etapa de formación secundaria y/o FP ha disminuido en 93.600 (-1,9%).
Esto ha significado un importante cambio en la composición del colectivo de ocupados según el nivel de formación alcanzado. La participación en el empleo de quienes tienen educación primaria se ha reducido 10 puntos porcentuales, pasando de un 14,5% en el año 2008 hasta un 4,5% ahora.
También se ha contraído, aunque de forma más moderada, la participación en el empleo del grupo de personas con hasta la primera etapa de la educación secundaria, que ha quedado recortada en 2,1 p.p., quedando ahora en un 25%.
El espacio perdido por los dos niveles inferiores de formación ha sido ocupado en su casi totalidad por personas con formación superior, que en 2008 disponían del 33,9% de los empleos y ahora concentran el 45,8% (+11,9 p.p.). El grupo de aquellos con la segunda etapa de la formación secundaria o FP ha variado muy poco: un incremento de 2 décimas desde 2008, llegando ahora al 24,6%.
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FORMACIÓN Y AUTONOMÍA
Solo la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha replican el caso general, con aumento del empleo en las cuatro categorías de formación. El caso más común (caída del empleo entre las personas con formación hasta primaria y aumento en los tres grupos formativos superiores) se reproduce en siete autonomías: Andalucía, Aragón, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Extremadura y la Región de Murcia.
Los datos ratifican la importancia clave de la formación a la hora de encontrar empleo: el número de ocupados con formación superior ha tenido un incremento interanual en todas las autonomías. En cambio, el de aquellos con educación primaria solo ha crecido en siete (Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña, la Comunidad Valenciana, la Comunidad de Madrid y Navarra).
En el tercer trimestre[3], el grupo de personas ocupadas con formación superior tiene sus incrementos más importantes en las autonomías de La Rioja (+15,6% interanual), la Región de Murcia (+12%) y Baleares (+9,4%). Aunque todos ellos positivos, los resultados menos favorables para este colectivo han ocurrido en la Comunidad de Madrid (+1,2%), Navarra (+2,4%) y Asturias (+3,3%).
Más heterogéneas resultan las variaciones en las restantes categorías. Por ejemplo, las personas con hasta la segunda etapa de la educación secundaria y/o FP han visto aumentados sus puestos de trabajo un 17,4% interanual en Cantabria y un 14% tanto en Extremadura como en Baleares, pero al mismo tiempo han perdido un 1,5% en el País Vasco y un 2,7% en Asturias.
Más dispares aún son los resultados para el colectivo de personas con educación primaria. Mientras en Asturias han aumentado sus puestos de trabajo en un 66,7% interanual (aunque son solo 3.400 empleos) y un 32% en Baleares, en Extremadura han perdido el 23,2% y en Aragón el 21,2%.
Los datos autonómicos sí muestran una tendencia similar cuando se comparan los datos de 2008 con los de 2021. En todas ellas ha aumentado el espacio ocupado por las personas con formación superior, al mismo tiempo que se ha reducido el del grupo con educación primaria. Los mayores incrementos se han producido en Baleares (+15,4 p.p.), Cataluña (+14,5 p.p.) y Navarra (+14,3 p.p.).
Por su parte, Castilla-La Mancha (-14,6 p.p.), la Región de Murcia (-13,1 p.p.), Castilla y León y Aragón (-12,6 p.p. en ambos casos) anotan las reducciones más pronunciadas en la participación en el empleo de las personas con educación hasta primaria.
Con excepción de Extremadura, en todas las autonomías el grupo más importante de ocupados es el de quienes cuentan con educación superior. El País Vasco, Navarra, la Comunidad de Madrid y Asturias sobresalen por ser las únicas en las que este grupo supone ahora más del 50% de la ocupación: 61,5%, 54,8%, 53,7% y 50,6%, respectivamente.
El caso opuesto lo representa Extremadura (34,4%), que es la única región en la que el grupo de mayor formación ocupa solo una tercera parte del total de puestos de trabajo.
Canarias, Castilla-La Mancha, Andalucía y la Región de Murcia se destacan por ser las autonomías en las que las personas con educación primaria ocupan más de un 6% de todos los puestos de trabajo. En cambio, en Cantabria y el País Vasco, apenas el 1,8% de los ocupados tiene un nivel de formación hasta primaria.