El portal de empleo Jobatus.es ha realizado un estudio para corroborar cuáles son los mayores peligros a los que sus trabajadores están expuestos en zonas de guerra. La encuesta se realizó a ONG´s españolas que han tenido de alguna u otra manera contacto con conflictos armados.
Trabajar como voluntario para una Organización No Gubernamental (ONG) en una zona de guerra es un acto de valentía que muchas personas eligen emprender. La idea de contribuir al bienestar de las comunidades afectadas por conflictos armados es loable y admirable. Sin embargo, es importante recordar que esta noble labor no está exenta de riesgos significativos.
El 73% de las ONG encuestadas marcaron tres puntos muy importantes que amenazan la integridad y seguridad de los voluntarios. Estos se pueden desglosar en los siguientes datos ordenados según las respuestas recibidas:
Alimentarse puede ser un lujo
El 47% de los voluntarios aseguran que el acceso a alimentos es un desafío constante en zonas de conflicto debido a los bloqueos de suministros, saqueos o los combates en las rutas de abastecimiento. Los voluntarios podrían enfrentarse al hambre y la desnutrición, lo que pone en riesgo su salud, bienestar y correcto desempeño de su tan necesitada labor entre la población civil. Normalmente los voluntarios se alimentan con los kits o raciones enviadas por la ONG, pero cuando estos kits no llegan los encuestados cuentan que los voluntarios suelen recurrir a la comida en conserva o deshidratada.
La higiene precaria
Los voluntarios pueden estar expuestos a enfermedades transmitidas por el agua y otras afecciones médicas que pueden ser mortales si no se tratan adecuadamente. De hecho, 3 de cada 10 han comentado esto como uno de los problemas principales. Algo tan sencillo como una pequeña infección puede agravarse llegando a ser mortal si no se dispone de los recursos e infraestructura adecuada. La fiebre tifoidea, el cólera o la poliomielitis son las enfermedades potencialmente mortales más extendidas en las zonas de guerra debido a la falta de condiciones higiénicas adecuadas.
La carga invisible del conflicto
El estrés postraumático es una preocupación significativa y creciente para las ONG implicadas, cada vez se destinan más recursos para poder atender a los voluntarios que han sufrido de primera mano los horrores de la guerra.
Y es que el 18% de los encuestados confirmó que la exposición prolongada a situaciones traumáticas y la presión constante, pueden tener un impacto severo en la salud mental de los voluntarios que deciden poner un pie en zonas de guerra. Estos son los problemas psicológicos más mencionados por los encuestados con los que tienen que lidiar los voluntarios:
1.- Trastorno por estrés postraumático
2.- Ansiedad
3.- Depresión
4.- Problemas de conciliación del sueño
5.- Trastorno de ansiedad social
Para mitigar estos riesgos, las ONGs encuestadas suelen brindar capacitación en seguridad a sus voluntarios y establecer protocolos de emergencia. Sin embargo, es esencial que los voluntarios comprendan plenamente los desafíos a los que se enfrentarán y estén preparados para tomar decisiones informadas sobre su participación.