Un estudio de la Fundación CYD demuestra que, en menos de cuatro años de abandonar la facultad, la mitad de estos profesionales se convierte en empresario o autónomo.
Los odontólogos y arquitectos destacan por su espíritu emprendedor. El ‘Informe CYD 2016’, elaborado por la Fundación Conocimiento y Desarrollo, apunta que son los profesionales universitarios que se independizan más rápido por lo que se convierten en empresarios o autónomos durante los primeros cuatro años de salir de la facultad. En concreto, el 50,2 por ciento de los odontólogos que terminó el grado en 2009-2010, ya trabajaba por cuenta propia en 2014, una situación que encuentra su eco en el 40,7 por ciento de los arquitectos.
El estudio, que ha tomado como referencia las cifras emitidas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), también destaca que el 38,8 por ciento de los profesionales provenientes del grado de Ingeniería de la Edificación se ha convertido en su propio jefe. Un porcentaje que le permite superar a los fisioterapeutas (32,5 por ciento) y a los arquitectos técnicos (26,7 por ciento). No obstante, hay profesiones donde las oportunidades para emprender están más limitadas, como es el caso de los profesionales del Sistema Nacional de Salud.
En el ‘Informe CYD 2016’ se puede observar que solo el 1,6 por ciento de enfermeros opta por ser empresario o autónomo, una tendencia que es aún menos popular entre los médicos, quienes están en la última posición con un índice del 0,6 por ciento. Sin embargo, no solo los sanitarios cuentan con una tasa tan reducida, ya que coinciden con un 1,4 por ciento los profesionales provenientes de Gestión y Administración Pública, Criminología y Física.
Es importante destacar que existe una vinculación entre emprender y las dificultades para acceder al mercado laboral. Por ejemplo, el estudio apunta que el 97,7 por ciento de quienes provienen del grado de Medicina cuentan con empleo cuatro años después de terminar el grado, así como el 93,4 de quienes son Ingenieros en Informática.