Un estudio europeo destaca no sólo la esperanza de vida de España, sino también el buen funcionamiento de su sistema sanitario.
El informe conjunto de la Comisión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) Health at a Glance: Europe (Panorama de la salud: Europa) muestra que el aumento constante de la esperanza de vida se ha ralentizado y que persisten grandes diferencias entre los países y dentro de cada uno de ellos.
Este informe se basa en análisis comparativos del estado de salud de los ciudadanos de la UE y del funcionamiento de los sistemas sanitarios de los 28 Estados miembros, de 5 países candidatos y de 3 países de la AELC.
El estudio apunta a que, hasta hace poco, la esperanza de vida aumentaba rápida y constantemente en todos los países de la UE. Sin embargo, desde 2011, el aumento de la esperanza de vida se ha ralentizado notablemente. Además, persisten grandes disparidades en las cifras sobre esperanza de vida, no sólo en función del sexo, sino también de la situación socioeconómica.
Por ejemplo los hombres de 30 años con un bajo nivel educativo tendrán, por término medio en toda la UE, una esperanza de vida 8 años menor que los que tienen un título universitario.
España está a la cabeza de la Unión Europea en cuanto a esperanza de vida al nacer, 83,3 años, seguida de Italia, 83,2 años y Francia, 82,8. A pesar de que la esperanza de vida se ha ralentizado, de media, en la UE sigue creciendo 3 meses cada año.
En cambio, si se presta atención a los datos sobre los años de vida en los que a partir de los 65 se vive sin limitaciones de actividad, las cosas cambian. Las españolas ocupan el puesto décimo entre los países de la UE, con 73 años y los hombres, ocupan el puesto octavo con 75. Por tanto, en España, la longevidad sin limitaciones importantes terminaría, de media a esas edades.