Lilly trabajaba como productora de televisión en Estados Unidos, un empleo bien remunerado, pero que le suponía mucho estrés. Con la llegada de la pandemia, empezó a pintar, algo que le daba tranquilidad. Entonces, decidió dejar su trabajo y dedicarse a hacer lo que le gusta, vender cuadros. «Me encantaba mi trabajo, nunca pensé que iba a hacerlo, pero la pandemia me paró y me hizo pensar que podía hacer otras cosas. Es difícil, pero hay que intentarlo», explicaba.
Como ella, más de 38 millones de personas han abandonado su trabajo en Estados Unidos en un fenómeno que ha pasado a llamarse la ‘gran renuncia’ o ‘gran dimisión’: los trabajadores abandonan sus puestos de trabajo de forma voluntaria por diversos motivos, desde la precariedad laboral y el agotamiento o síndrome de burnout, hasta la búsqueda de un trabajo mejor.
De momento, en España está siendo algo anecdótico y la proporción de vacantes en el país se sitúa en el 0,7%, según ha apuntado la ministra Yolanda Díaz este miércoles. No obstante, sí es una preocupación en Estados Unidos, donde parece vivirse «un momento histórico en la renegociación de los derechos laborales que no se veía desde la Gran Depresión en 1930», explicaba en febrero a TVE Patricia Campos, directora ejecutiva de The Worker Institute.
Entonces, ¿qué están buscando los trabajadores? Campos señala que quieren flexibilidad, mejores salarios, más vacaciones y mejores condiciones de teletrabajo. Además, no hay que olvidar que en el centro de estos conceptos está la tranquilidad, tanto laboral como emocional, algo que Lilly explica que ha logrado conseguir: «Siento que estoy feliz, viviendo la vida y no solo existiendo como un robot».
La pandemia como detonante para dar el paso
La llega del coronavirus trastocó el ámbito sanitario, pero también el laboral, algo que se apreció con más intensidad en países como España, donde el teletrabajo apenas estaba asentado hasta entonces. Esto alteró la vida de muchas trabajadoras y trabajadores, que debían afrontar los ERTE, más carga laboral e incluso un teletrabajo que, en muchos casos, se impuso de forma precipitada. En definitiva, esta inestabilidad laboral fue el caldo de cultivo para que muchos se replantearan sus vidas y si sus empleos les merecían la pena.
Como Lilly, muchas personas han alcanzado altos niveles de agotamiento provocados por su trabajo, lo que se conoce como síndrome de burnout o «síndrome del trabajador quemado», una enfermedad profesional reconocida por la Organización Mundial de la Salud y que castigó al colectivo sanitario en los peores momentos de la pandemia en España.
Esta cronificación del estrés laboral es resultado de muchas horas de trabajo y cubrir la alta disponibilidad que requieren algunas empresas. Esto, junto a la incertidumbre impuesta por la pandemia, ha hecho que millones de personas abandonen sus empleos en busca de una actividad que les aporte tranquilidad mental, además de beneficio económico.
En España, muchos trabajadores del sector de la hostelería denuncian la precariedad que arrastran desde hace años y que se ha intensificado con el coronavirus. Daniel, camarero, explicaba en Playz en diciembre las malas condiciones de su sector, las horas extras infinitas y los pagos en negro: «En hostelería, los derechos laborales son bastante cuestionables y tiene que hacer una correlación de trabajo y sueldo realmente indigna». Estos son motivos que pueden motivar un agotamiento y, después, el abandono laboral. Por ello, reclama una dignificación de esta actividad, sobre todo para trabajadores jóvenes.
Así, el agotamiento laboral y la búsqueda de un empleo mejor confluyen como causas de la ‘gran dimisión’, muy centrada en el público millennial de 30 a 45 años de edad. Por ello, muchos expertos recomiendan, a nivel general, cambiar la cultura del trabajo: destensar los volúmenes de horas y reducir las exigencias de estar permanentemente conectado.
Pero detrás no solo está el estrés, también los problemas de conciliación: una de cada cuatro mujeres han tenido que dejar de trabajar para cuidar a sus hijos durante la pandemia, según un estudio realizado por ‘El Club de las Malas Madres’.
La ‘gran dimisión’, centrada en Estados Unidos
La entrevistas para salir del puesto de trabajo comenzaron a repuntar en la segunda mitad de 2021 en Estados Unidos. En abril del año pasado, cuatro millones de personas dejaron sus trabajos, lo que entonces bautizaron los expertos como ‘gran renuncia’ o ‘gran dimisión. Detrás estaban los estímulos económicos contra la pandemia aprobados por el Gobierno del país, pero también un cambio cultural: los trabajadores priorizaron la realización y la tranquilidad emocional al puesto de trabajo que desempeñaban.
Así, ha pasado a llamarse también la ‘gran remodelación’, como una reformulación del concepto de trabajo, o el ‘gran agotamiento’, en referencia al hastío de los empleados. Esta deserción masiva continuó con más de 16 millones de renuncias entre agosto y noviembre de 2021, centrándose sobre todo en hostelería, ocio y construcción. En total, más de 38 millones de personas han abandonado su trabajo hasta hoy en un país donde hay más de 11 millones de empleos vacantes.
Sin embargo, esta preocupación parece quedarse al otro lado del Atlántico. En España, a pesar de que Cepyme adelantó el 19 de abril que hay más de 100.000 vacantes sin cubrir, la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha explicado este martes que la ‘gran renuncia’ no está calando de forma importante hasta ahora, con una proporción de vacantes en el país en el 0,7%. De todos modos, es una cuestión que pretende abordar con la patronal y sindicatos.
Un teletrabajo mejor definido, la clave de una ‘gran reestructuración’
En este escenario, los expertos recomiendan elaborar un plan para mejorar el bienestar psicológico de los trabajadores y, por tanto, su relación con las empresas. Es lo que llaman la ‘gran reestructuración’.
Para lograrlo, recomiendan que las compañías tengan un papel activo y reconstruyan el espacio físico y virtual en el que se desarrolla la actividad, con la meta de que el trabajo sea más satisfactorio y no un sinónimo de productividad pura y agotamiento. En este camino, los expertos apuntan al teletrabajo como un elemento clave que debe mejorarse si, tras la pandemia, se quiere implantar de manera definitiva.
En esta línea, los psicólogos recalcan: no solo es preciso más teletrabajo, sino un mejor teletrabajo. Destacan, por tanto, la necesidad de establecer una clara desconexión, además de establecer claramente cuál es el rol de cada trabajador, sus pausas y permitir que el empleado tenga las herramientas para separar adecuadamente su vida laboral de la personal.
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