Con la reforma laboral acordada este jueves junto a la patronal y los sindicatos, el Gobierno se ha propuesto acabar con la temporalidad en España, uno de los mayores lastres que azotan a nuestro mercado laboral y por ende a la economía.
No solo somos el país de la Unión Europea (UE) con mayor peso del trabajo eventual, sino que la mayoría de contratos temporales que se firman son de corta duración. Si atendemos a las últimas cifras registradas, uno de cada cuatro contratos que se firmaron en noviembre tenían una duración de menos de una semana.
Las cifras son aún más representativas si echamos la vista atrás en el tiempo. En 2019, cuando la pandemia aún no había irrumpido en nuestras vidas, había unos 4,4 millones de trabajadores temporales, frente a los 12,5 millones de indefinidos.
Ese mismo año la Seguridad Social dio de baja un total de 27 millones de contratos con una duración máxima de un mes, un dato significativamente superior al total de afiliados en España entonces -19 millones-. De estos contratos, 5,4 millones eran de un solo día.
Desde Bruselas llevan años reclamando a España que reduzca la temporalidad en el mercado laboral, tanto en el sector público como en el privado, sin embargo las reformas llevadas a cabo apenas lo han conseguido.
Hasta ahora, cuando la Comisión Europea ha ligado el cumplimiento de este objetivo a la aprobación de una nueva partida de los fondos europeos. Pero, ¿cómo de profunda es la brecha en el mercado laboral español si hablamos de temporalidad?
España cuenta con una tasa de temporalidad 11,1 puntos superior a la media europea
España se sitúa a la cabeza de la Unión Europea en lo que a temporalidad se refiere. Solo Montenegro registra una tasa más elevada, si bien sus datos corresponden al segundo trimestre de 2020, en plena pandemia.
De esta manera, según las últimas cifras registradas por la oficina estadística europea, Eurostat, el porcentaje de empleados temporales en España alcanzaba el 24,7 % a cierre de 2020, un dato 11,1 puntos superior a la media de los Veintisiete, que se situaba entonces en el 13,6 %.
A España le sigue algo más alejado Serbia, con un 20 % de empleados con contratos de duración determinada, y posteriormente Países Bajos, Polonia y Portugal, con tasas en el entorno del 17 %. En el extremo contrario se sitúan Letonia, Estonia, Lituania y Rumanía, donde la tasa de temporalidad no supera el 3 %.
El número de contratos temporales no ha parado de crecer desde 2013
Pese a que la pandemia arrasó con unos seis millones de firmas -el pasado año se firmaron cerca de 14.400.000 contratos temporales, frente al alrededor de 20.350.000 que se rubricaron en 2019-, la cifra no ha dejado de aumentar desde 2013, tal como apuntan los datos del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE).
Entonces se ejecutaron un total de 13.600.000 contratos y la cifra continuó ascendiendo hasta 2015, cuando se superó el número de contratos previo a la llegada de la Gran Recesión: unos 17 millones. Tres años después, en 2018, se alcanzó por primera vez la cifra de 20 millones y en 2019 se marcó un nuevo récord.
Uno de los focos de temporalidad en España está en la propia Administración Pública. El peso del personal con contratos de duración determinada asciende al 31,6 %, frente al 24,6 % del sector privado, de acuerdo a los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) relativa al tercer trimestre de 2021.
Para revertir esta situación, el Gobierno ha puesto en marcha la conocida como ‘ley de los interinos’, que reservará concursos y no oposiciones para puestos de trabajo en la Administración que hayan estado ocupados de forma temporal durante al menos cinco años. El objetivo es estabilizar unas 300.000 plazas antes de que termine 2024.
No obstante, y a pesar de que la Administración cuenta con un porcentaje de temporales más elevado, el grueso de trabajadores eventuales se sitúa en el sector privado: unos tres millones de personas.
En este caso es la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien se ha propuesto llevar a cabo una reforma “de calado y estructural” que tiene como objetivo reducir la duración de estos contratos a 90 días y solo por causas justificadas.
A efectos prácticos, supone acabar con los contratos por obra y servicio y los temporales y plantea, además, que el despido sea nulo cuando se extingan contratos sin causa justificada
Uno de cada cuatro contratos dura menos de una semana
Aunque si por algo destacan los contratos temporales en España es por su corta duración. Según los datos del SEPE de noviembre, la duración media de los 2.021.546 contratos que se firmaron en este periodo se situó en los 52 días. Y uno de cada cuatro rúbricas fue inferior a una semana.
La duración media de los contratos era incluso más acusada antes de la llegada de la pandemia y ha ido reduciéndose desde la crisis financiera. A cierre de 2007, la duración media de un contrato era de 78,6 días. En 2013, la media cayó a 53,3 días y, en 2019, se desplomó por debajo de los 50 días por primera vez hasta los 49,1 días.
Por tipo de contrato, el SEPE revela que se han registrado notables reducciones en la duración de las firmas de los contratos por obra o servicio, que han pasado de los 91,9 días en 2007 a los 54,1 días en 2019.
Los eventuales han caído de 65,5 a 43,5 días; y los de interinidad han pasado de 35,5 a 31,4 días. Mientras que por sexo, son los hombres los que firman la mayoría de contratos por un tiempo inferior a un mes, pero también los que firman la mayoría de indefinidos.
Las mujeres, las que más contratos temporales acumulan
Las estadísticas también revelan notables diferencias por sector y sexo. No obstante, a nivel global, son las mujeres las que acumularon el grueso de los contratos temporales en el tercer trimestre del año, de acuerdo con los datos de la EPA.
Del total de asalariados, la cifra de mujeres con contrato temporal ascendió al 25,2 %, frente al 19,2 % de los hombres. En valores absolutos, 2.330.600 y 2.070.800, respectivamente.
Las mujeres con una situación de inestabilidad laboral también son mayoría en la Administración Pública: el porcentaje alcanza el 67,8 %, frente al 32,2 % de los hombres. Por el contrario, en el sector privado la mayoría de trabajadores temporales son hombres, un 52 %; las mujeres copan en este caso el 48 % restante.
Respecto al tipo de contrato, los eventuales fueron mayoritarios en noviembre con un total de 915.383 rúbricas, seguido de cerca por los de obra y servicio, que sumaron 670.940 firmas. Supusieron el 45,3 % y el 33,2 % del total de contratos firmados en España, frente al 6,5 % de indefinidos.
En el caso de los hombres, los contratos totales prácticamente se repartieron entre estas dos modalidades, mientras que entre las mujeres ganaron terreno los eventuales.
Los menores de 29 años firman uno de cada tres contratos temporales
A pesar de que la temporalidad se ceba con todos los grupos de edad, los menores de 29 años son los que más la sufren.
De los 4,4 millones de asalariados temporales existentes en España en el tercer trimestre del año, según la EPA, un 35 % pertenecen a este grupo de edad. Los jóvenes no solo acumulan el grueso de la temporalidad en España, sino que también ostentan las mayores cifras de paro.
En el mismo periodo, los menores de 29 años representaron el 28,4 % de los 3,65 millones de parados que se contabilizaron en nuestro país. La cifra es, además, se coloca a la cabeza de la UE.
Para combatir estas cifras, el Gobierno destinó en junio 5.000 millones de euros para luchar contra el desempleo juvenil, facilitando así la formación y la contratación de más de un millón de jóvenes en los próximos tres años.
Se trata de una cifra que, según la ministra de Trabajo, es «la mayor inversión que ha realizado el Gobierno de España en la historia de la democracia para abordar el problema del desempleo juvenil».
La temporalidad se ceba con la Sanidad y la Hostelería
Uno de los grandes pilares del Estado del bienestar, la Sanidad, es el sector que presenta las cifras más altas de temporalidad: un 15 % del total, seguido de cerca por la Hostelería, con el 12 %, según los datos de la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2021. Le siguen muy de cerca el Comercio y la Industria manufacturera, que acumulan el 11 % y el 9 % del total de trabajadores temporales en España, en cada caso.
También se muestran diferencias muy significativas en función del sexo. Mientras que el mayor número de hombres con contratos de duración determinada trabajaban a comienzo del año en el sector de la Construcción -más de 320.600-; la mayoría de mujeres lo hacían en los sectores de la Sanidad y la Hostelería, con cifras que superan las 523.900 y 297.100 personas, respectivamente.
Melilla, Andalucía y Extremadura, los territorios con más temporales
Y en lo que respecta a los territorios, la temporalidad es mayoritaria en el sur del país. Entre otros motivos, una parte importante de esta relación se explica por las diferencias entre sectores. La industria, que está más presente en el norte de España, recurre menos a la temporalidad; mientras que las actividades agrarias o el turismo se basan mucho más en este tipo de contratos.
Extremadura registró la mayor tasa de temporalidad en España durante el tercer trimestre del año, un 35,2 %; seguida muy de cerca por la ciudad autónoma de Melilla con el 31,9 %. La cifra también fue elevada en la Región de Murcia (29,6 %) y en Canarias (29,1 %). A la cola se situaron Ceuta (17,6 %), la Comunidad de Madrid (19,5 %) y Cataluña (21,8 %).
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