La plataforma alemana de reparto a domicilio de productos de supermercado Gorillas ha comunicado a sus empleados en España su intención de iniciar un expediente de regulación de empleo (ERE), que podría afectar a unos 300 trabajadores, según han informado a Europa Press fuentes conocedoras de esta decisión.
La empresa ha anunciado esta medida a sus casi 500 empleados a través de una carta en la que les comunica que tienen de plazo hasta finales de mes para constituir la comisión que se encargará de la negociación del despido colectivo.
En un comunicado, Gorillas ha detallado que la apertura del ERE tuvo lugar el pasado 15 de junio y que le ha pedido a su plantilla que elijan a sus representantes para este proceso.
Mientras tanto, la compañía ha asegurado que seguirá trabajando por la continuidad de las operaciones en España y que se mantendrá abierta en todas las ciudades en las que está presente desde que desembarcara en el país en 2021: Madrid, Barcelona, Valencia y Alicante.
«Tramitamos el ERE como medida preventiva para salvaguardar a nuestra plantilla en caso de que tengamos que reducirla. Según la normativa vigente, un reajuste que involucre al menos a 30 empleados, debe tramitarse de esta manera», ha señalado la compañía.
A la búsqueda de un socio local que garantice la continuidad
La noticia llega menos de un mes después de que la directora general de Gorillas en España, Magdalena Szuszkiewicz, afirmara a Efe que la empresa estaba buscando un socio local en el país para realizar una inversión de 25 millones de euros y seguir operando.
A este respecto, Gorillas ha explicado que prevé «finalizar pronto las negociaciones con socios locales para lograr la continuidad de la operación en España» y que espera «comunicar la situación definitiva a finales del julio». «Una vez que definamos la estrategia de crecimiento haremos el ajuste que sea necesario para el tamaño que sea necesario», ha señalado la empresa.
En su declaración pública, Gorillas dice que «nunca es agradable emprender una reducción de personal» y que no quiere que esto sea un proceso «quirúrgico y frío donde no se tome en cuenta a los empleados», por lo que ha decidido «dar un bono» a toda la plantilla «para facilitar su transición a nuevos horizontes laborales». Adicionalmente, «nos hemos puesto en contacto con otras empresas del sector para facilitar la transición de aquellos empleados que deseen continuar trabajando en la industria del delivery, para asegurar que no se interrumpa su situación laboral».
A finales del pasado mes de mayo, la matriz de la empresa, que tiene su sede en Berlín, informó de que iba a enfocarse en crecer en Alemania, Francia, Reino Unido, Países Bajos y Estados Unidos, los mercados de los que provienen el 90% de sus ingresos. Al mismo tiempo, anunció el despido de 300 personas de su sede central y que en Italia, España, Dinamarca y Bélgica se estaban analizando «opciones estratégicas».