La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) rebaja con fuerza la previsión de crecimiento del PIB de España para este año, hasta el 4,1% (1,4 puntos menos que la previsión de diciembre), y del 2,2% para 2023 (1,6 puntos menos) por el aumento de la incertidumbre, la elevada inflación y la desaceleración de la demanda externa.
Lo ha hecho público este miercoles en su informe semestral de Perspectivas Económicas, que rebaja las previsiones de forma general, pero de forma más destacada en países de Europa continental, más afectados por la invasión de Ucrania.
Además, la OCDE sube con intensidad la previsión de inflación en España para este año, hasta el 8,1% (4,9 puntos más que la previsión de diciembre), que se mantendrá alta por el impacto de los embargo de petróleo ruso, aunque prevé que baje al 4,8% para 2023 (3,3 puntos más).
Crecimiento apoyado en el ahorro y la recuperación de empleo
El crecimiento se apoya, según el organismo, en el ahorro acumulado, en la recuperación del empleo, en los fondos europeos y en la recuperación del turismo. En esta línea, prevé que el desempleo en España esté por debajo del 14%. Concretamente, sitúa la tasa de paro sea del 13,6% en 2022 (seis décimas menos que la previsión de diciembre), y que repunte levemente en 2023, hasta el 13,9% (tres décimas más). La OCDE destaca de nuevo de forma positiva la evolución del mercado laboral y apunta que, desde empezó la pandemia, los datos del paro han sido mejores de lo estimado por organismos internacionales.
Sin embargo, el gasto de los hogares se reducirá por la alta inflación y la incertidumbre. De forma paralela, las inversiones se verán afectadas por la falta de semiconductores. Por ello, la OCDE indica que la política fiscal debe equilibrar el ajuste fiscal gradual, algo que tiene que hacer la economía española, con ayudas selectivas y temporales enfocadas en proteger a los hogares y empresas vulnerables de la alta inflación.
Según su informe, en España cada vez hay más acuerdos salariales que indexan la subida salarial con IPC, lo que «destaca la importancia de un acuerdo de los interlocutores sociales para compartir la carga y evitar una espiral de salarios y precios». Así, el organismo ve positivo un pacto de rentas dentro de este ámbito. Con respecto a las pensiones, la OCDE apunta que vincularlas al IPC apoyará los ingresos de los hogares, pero también requerirá más gasto público.
Este aumento del PIB español en 2022, según los autores del estudio, será netamente superior al de los otros grandes países desarrollados como son Estados Unidos (2,5%), Reino Unido (3,6%), Italia (2,5%), Francia (2,4%) o Alemania (1,9%). El único que está por encima es Australia (4,2%). No obstante, son cifras relativas, ya que España es uno de los países más retrasados en la recuperación de la actividad económica que tenía a finales de 2019, antes de que comenzara la pandemia.
La inflación se moderará en 2023, pero seguirá siendo alta
La inflación se moderará en 2023 suponiendo un «traspaso moderado de la inflación a los salarios, pero seguirá siendo alta debido al impacto del embargo petrolero de la UE sobre Rusia». No obstante, subirá y se consolidará alta si hay más perturbaciones en la energía o se transmite más a precios y salarios. Además, el acuerdo para limitar el precio del gas, que se espera que entre en vigor en junio, puede ayudar a contener inflación.
«La guerra en Ucrania está afectado a la economía española a través de mayores precios de la energía, interrupciones en las cadenas de producción y una mayor incertidumbre, ya que el comercio directo y las exposiciones financieras a Rusia y Ucrania son limitadas», ha subrayado el organismo.
En esta línea, la OCDE avisa de que los daños económicos de la guerra se mitigan parcialmente por el impulso del paquete fiscal de marzo, los proyectos de inversión Next Generation EU, la menor incertidumbre en torno a la pandemia y la recuperación del turismo.
La cuestión medioambiental es también un eje determinante. Recomienda seguir avanzando para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y acelerar la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles. También señala la necesidad de una mayor cooperación entre los socios europeos para que España aumente las interconexiones energéticas con el resto de Europa, un problema bloqueado sobre todo por las resistencias de Francia, y una mejora de la eficiencia energética.
A su parecer, los objetivos climáticos necesitan «un marco regulatorio de largo plazo predecible», incentivos para movilizar la inversión privada, capacidad de almacenamiento y la digitalización para un uso efectivo de las energías renovables.
Rebaja la previsión de deuda
Al mismo tiempo, la OCDE considera que tiene que aplicarse una estrategia de ajuste fiscal a medio plazo para empezar a disminuir de forma gradual el déficit y la deuda pública.
También rebaja la previsión de deuda para 2022 hasta el 115,6% (1,5 puntos menos que la previsión de diciembre), y al 113,1% para 2023 (2,8 puntos menos). Asimismo, rebaja el déficit al 5% para este año (seis décimas menos) y mantiene la misma estimación que en diciembre para 2023, un 4,2%.
La OCDE indica que se necesita una estrategia de consolidación a medio plazo basada en revisiones del gasto para comenzar a reducir gradualmente el déficit fiscal y la relación deuda pública y el PIB.
Baja la previsión del PIB mundial hasta el 3%
La entidad con sede en París asume que PIB mundial crecerá un 3% este año. Esto supone una reducción de 1,5 puntos (un descenso similar al caso español) respecto a la previsión de diciembre, cuando la OCDE estimaba un crecimiento del 4,5%. También supone una reducción de cuatro décimas frente a las previsiones de marzo, cuando cuantificó de forma preliminar que el impacto de la guerra implicaría un crecimiento del 3,4%.
«La magnitud de cuánto más bajo será el crecimiento y cuánto más alta la inflación dependerá de cómo evolucione la guerra, pero está claro que los pobres serán golpeados más duramente. El precio de esta guerra es alto y debe ser compartido», ha subrayado la economista jefa de la OCDE, Laurence Boone.
Pese al golpe económico, las perspectivas de empleo para el conjunto de la OCDE son mejores de lo esperado. En diciembre, el organismo pronosticaba que la tasa de desempleo del conjunto de sus Estados miembros cerraría 2022 situada en el 5,5% y pasaría a ser del 5,2% en 2023. Este miércoles, ha mejorado sus previsiones y ahora considera que la tasa de paro al cierre de 2022 será del 5,2%, aunque repuntará al 5,3% en 2023.
En lo que respecta a la inflación, para el conjunto de países de la OCDE se disparará hasta una media del 8,5% este año, y se ralentizará hasta el 6% en 2023. En diciembre, el ente estimaba un alza de precios del 4,2% en 2022 y del 3% el año que viene.
Las previsiones del organismo también arrojan un crecimiento del 2,6% del PIB de la zona euro para este año, lo que supone tres décimas menos que en marzo y hasta 1,7 puntos menos que en diciembre. Al otro lado del Atlántico, Estados Unidos experimentará en 2022 una expansión del 2,5%, frente al 3,7% de diciembre y al 2,8% de marzo.