La OCDE recorta el crecimiento de España hasta el 4,5 % este año

OCDE

Las buenas perspectivas para la economía española que el Gobierno prevé para final de año han vuelto a ser cuestionadas por otro organismo internacional, en este caso la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que ha recortado en 2,3 puntos la previsión de crecimiento en 2021, pasando del 6,8 % proyectado en septiembre al 4,5 % de diciembre.

Entonces, el organismo situaba a España a la cabeza de la Unión Europea (UE) en la recuperación, pero apenas dos meses más tarde lo coloca por debajo de la media comunitaria.

Así se desprende del informe de perspectivas económicas que el organismo con sede en París ha hecho público este miércoles, donde pone de manifiesto el freno que la economía española podría experimentar este año, al menos respecto al optimismo del verano de la mayoría de organismos internacionales y de la previsión del Gobierno, que sigue manteniendo que el Producto Interior Bruto (PIB) aumentará un 6,5 % este año.

A ello se oponen la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que recientemente han rebajado sus previsiones económicas ante el empeoramiento de las expectativas por los precios de la energía, los problemas en las cadenas de suministro o el aumento de los casos de coronavirus en otros países.

También lo hizo el Instituto Nacional de Estadística (INE), que recortó en 1,7 puntos el crecimiento en el segundo trimestre hasta el 1,1 %; mientras que en el tercer trimestre apuntó a un tímido avance del 2 %, un dato que no bastaría para recuperar lo perdido en lo peor de la pandemia.

La OCDE considera que el grueso de la recuperación se trasladará a 2022, cuando prevé que se pongan en marcha gran parte de las inversiones asociadas a los fondos europeos, si bien también recorta sus previsiones para el próximo año en más de un punto, pasando del 6,6 % estimado en septiembre al 5,5 % en estos momentos.

«Se prevé que el PIB alcance los niveles anteriores a la pandemia en el primer trimestre de 2023», señala el organismo que preside Mathias Cormann, por detrás del resto de países de nuestro entorno.

«La fuerte recuperación del consumo privado, alimentada por la demanda reprimida y la reapertura de los sectores de servicios, será el principal motor del crecimiento en 2022», añade el informe, que también destaca que los avances en el ritmo de vacunación y los fondos europeos, junto con una recuperación de la demanda final y una menor incertidumbre, apoyarán la inversión privada.

Por debajo de la media de la UE este año

Este recorte en las previsiones para España tiene una inmediata consecuencia y es que, mientras que en septiembre la OCDE situaba a nuestra economía a la cabeza de los países de la Unión Europea en lo que a recuperación se refiere, en esta ocasión el PIB español no logrará alcanzar este año los niveles medios de la eurozona, que se situarán en el 5,3 % este año.

Tampoco logrará superar la media de la OCDE, un 5,3 %; ni la de los países del G20, que crecerán un 5,9 %; ni la media mundial, que está establecida en el 5,6 % según las estimaciones del organismo.

Habrá que esperar a 2022 para que cambien las perspectivas. Será entonces cuando España crezca por encima tanto de la UE -4,3 %-, como de la OCDE -3,9 %-, de los países del G-20 -4,7 %- y de la media global -4,5 %-. De hecho, liderará la recuperación de la eurozona, junto con Portugal e Irlanda, después de ser uno de los países que más sufrió el impacto de la pandemia, al ver reducido su PIB en 2020 en un 10,8 %

Fuentes de la delegación española reconocen que la OCDE ha rebajado las previsiones «en línea con los datos de crecimiento económico de España que deceleraron fuertemente desde el segundo trimestre», si bien resaltan que el organismo «certifica que la recuperación está yendo de menos a más» y la «intensísima recuperación del empleo que se prolonga también en noviembre».

El paro continuará descendiendo hasta 2023

Así, en lo que respecta al empleo, la OCDE destaca en su informe que el mercado laboral se han mostrado «resistente» en comparación con crisis anteriores, ya que «los planes de mantenimiento del empleo han desempeñado un papel fundamental para limitar la pérdida de puestos de trabajo y están permitiendo una recuperación más rápida».

No obstante, alerta de que la tasa de desempleo sigue siendo elevada, del 14,7 % en el tercer trimestre, y persisten las altas tasas de desempleo juvenil (30 %) y de larga duración (32 %).

En este contexto, el organismo considera que la tasa de paro cerrará este año en el 15 %, para después reducirse hasta el 14,2 % en 2022 y hasta el 13,6 % en 2023. «La mejora y la recualificación de los trabajadores, a través de políticas activas del mercado laboral y de la formación de adultos, serán fundamentales para facilitar una recuperación inclusiva y aprovechar los beneficios de la creciente digitalización», añade el texto.

Y en lo que respecta a las empresas, la OCDE apunta que la actividad manufacturera «sigue siendo fuerte», y la proporción de negocios que se enfrentan a cuellos 7de botella debido a la escasez de ciertos insumos y materias primas, que es del 22 %, fue inferior a la media de la UE, que es del 48 %, según una encuesta realizada en octubre.

Asimismo, los datos de gasto con tarjeta de crédito de octubre apuntan a un repunte del gasto en actividades relacionadas con el turismo, incluso por parte de los extranjeros.

Si bien advierte de que, para evitar un posible aumento de la insolvencia de las empresas, debería acelerarse la concesión de ayudas directas a las empresas viables y aprobarse rápidamente el proyecto de ley de insolvencia. «La introducción de reformas para eliminar los obstáculos normativos al crecimiento empresarial y mejorar la innovación son esenciales para mejorar la productividad e impulsar el potencial de crecimiento», recalca.

La inflación seguirá siendo elevada

Por último, la OCDE estima que la inflación en 2022 seguirá siendo elevada, debido al efecto de arrastre de 2021, mientras que la inflación subyacente se mantendrá en niveles moderados. Precisamente este lunes conocíamos el dato del IPC avanzado, que se ha disparado en noviembre hasta el 5,6 %, el mayor aumento en 29 años.

Este será, afirma la organización, uno de los riesgos a los que podría enfrentarse la economía española en el corto y medio plazo y que podrían lastrar la actividad, unido a un resurgimiento de la pandemia, a efectos de cicatrización mayores de lo previsto por el aumento del desempleo y las insolvencias, y una velocidad de absorción de los fondos de la UE inferior a la prevista.

Mientras que una convergencia más rápida de lo previsto del turismo a los niveles prepandémicos y un impacto de los fondos de la UE en la actividad económica mayor de lo previsto, asegura, podrían impulsar aún más el crecimiento.

Así, recomienda políticas de empleo más eficientes para los jóvenes, acelerar la aprobación del proyecto de ley de reforma de la insolvencia, garantizar que las ayudas directas se destinen a las empresas viables que lo necesiten, así como un aumento de la eficiencia energética de los edificios para reducir la pobreza energética, a raíz de los altos precios.

Y un apunte respecto a las pensiones: que la reforma que aumenta el poder adquisitivo de los jubilados esté en equilibrio con la sostenibilidad fiscal a largo plazo.

El crecimiento de las energías renovables marca un nuevo récord global en 2021