La gran banca española ha reducido hasta el 7,2% de sus gastos y se ubica a la cabeza de las entidades bancarias de la zona euro
Los seis primeros grupos españoles consiguieron ajustar los gastos a lo largo de 2020 en más de 3.200 millones de euros, hasta situarlos en los 42.338 millones de euros.
Por su parte, en el conjunto de los principales bancos de Alemania, Francia, Holanda e Italia la reducción de costes fue inferior, situándose en un 5,4%.
Las entidades españolas se preparan para absorber los impactos del coronavirus, que ha dejado muy dañada su eficiencia y rentabilidad, para salir de la crisis con menos lastre y retomar el vuelo cuanto antes. La reducción de costes lograda a lo largo del ejercicio previo, se verá incrementada notablemente con los nuevos planes de ajustes puestos en marcha por las entidades españolas y que se ejecutarán en su mayoría a lo largo de 2021.
El Banco Santander selló un ERE con los sindicatos a finales de 2020 que afectará a 3.572 personas y conllevará el cierre de 1.033 sucursales. La entidad, no obstante, ha avanzado en la reducción de gastos a lo largo del año, siendo una de la que mayores ahorros ha logrado al bajar la base de costes un 9,24% a nivel global. El grupo cántabro cerró el año con 191.189 empleados, un 2,7% menos que en 2019 y con 11.236 oficinas, un 6% menos
Santander también prepara recortes en otras filiales europeas (Reino Unido, Polonia y Portugal) con el objetivo de obtener un ahorro conjunto en este mercado de en torno a mil millones de euros. La entidad ya provisionó más de mil millones de euros para financiar estos ajustes en sus resultados del año pasado y los analistas de Barclays prevén que los incremente en otros 450 millones este ejercicio.
El Sabadell, que aceleró el año pasado su plan de cierre de oficinas clausurando definitivamente unas 200 a lo largo del segundo semestre, también anunció una reducción de empleo a finales del año pasado, que afectará a 1.800 empleados. El banco prevé obtener unos ahorros anuales cercanos a los 115 millones con esta estrategia. Además, de cara a la fusión de CaixaBank y Bankia que se tiene que materializar este 2021, también se espera una relevante reducción de trabajadores y de empleados de los grupos que, aunque aún no han dado una cifra orientativa, los distintas analistas estiman un recorte de 8.000 empleados.
La entidad que encabeza Gonzalo Gortázar ha sido otro de los bancos que más ha reducido sus costes, en un 4% en el último año. Pese a que la disminución de plantilla fue leve en 2020, de un 0,8%, la de oficinas escaló hasta casi el 9%.
BBVA, emparejado con el Santander, logró recortar los gastos de explotación un 9,6% en el último ejercicio. La entidad, además, anunció que prepara un ERE para este año, aunque no adelantó un número aproximado de afectados, a la espera de iniciar las negociaciones sindicales.
Finalmente, Bankinter ha elevado los gastos de administración en los últimos dos años, tras la compra de Evo Banco y la filial de consumo irlandesa, además de por las nuevas incorporaciones de perfiles digitales.
Los grupos europeos se ajustan
El resto de la banca europea no es ajena a los recortes que demandan los supervisores para mejorar con urgencias la rentabilidad de los grupos. El mayor banco alemán, Deutsche Bank, puso en marcha hace dos años un plan de ajustes, que se alargará hasta 2022. En este marco, el grupo encabeza el mayor ajuste de gastos del sector de la zona euro, con una reducción del 15,4% en 2020, hasta situarlos en los 21.216 millones. La entidad que dirige Christian Sewing prevé que salgan 10.660 empleados más de cara a 2022 y situar los gastos en 16.700 millones. Commerzbank, el segundo mayor banco alemán, anunció hace dos semanas un plan de ajustes a tres años, que afectará a 10.000 trabajadores y permitirá ahorrar 1.400 millones anuales en costes.
El primer banco francés, BNP Paribas, también tiene en marcha un plan de recortes, para el que cargó 211 millones de euros en provisiones a las cuentas de 2020, para avanzar en su reestructuración. Por su parte, UniCredit, mayor banco de Italia, lleva años inmerso en avanzar en el ahorro de gastos y desde 2015 hasta 2020 ha reducido un 20% su base de costes, ha cerrado el 40% de las oficinas y recortado la plantilla un 19%. La entidad, afronta ahora una nueva etapa con Andrea Orcel como nuevo consejero delegado que tendrá que abordar las presiones del Ministerio de Finanzas italiano para que se fusione con el nacionalizado Monte Dei Paschi (MDP), lo que llevaría a una nueva reestructuración.
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