Los turistas que buscan experiencias gastronómicas se dejan más de 12.000 millones de euros al año en España.
El comparador de seguros de viaje Acierto.com ha analizado la situación del gastroturismo en España desde un punto de vista tanto social como económico. Una investigación que consciente del auge del sector, debido a que hasta el 40 por ciento del gasto mundial en turismo se destina a gastronomía.
El crecimiento sector, se ha disparado durante los últimos tres años. Una creciente demanda que lo ha convertido en uno de los segmentos laborales y de negocio con mayores opciones de desarrollo. Y es que el turismo gastronómico resulta clave en la economía, especialmente en el desarrollo de la economía local, pues incentiva desde el comercio y el sector servicios en general hasta la agricultura, la pesca, la ganadería y los medios especializados.
Si hablamos en números, solo la gastronomía supone en España el 33 por ciento de nuestro PIB, y da empleo al 20 por ciento de los trabajadores. Algo que no nos extraña si tenemos en cuenta que tocamos a un bar por cada 175 personas y que somos uno de los estados del mundo con mayor densidad de este tipo de establecimientos. Solo los nacionales gastamos una media de casi 2.000 euros en bares y restaurantes.
Un gasto al que hay que añadir el de los turistas extranjeros. En total, se estima que los turistas -nacionales e internacionales- que buscan experiencias gastronómicas se dejan más de 12.000 millones de euros al año.
Por desgracia, muchos de estos trabajos se encuentran mal remunerados o son estacionales. De hecho (y hasta hace bien poco) el salario de los camareros, barmans, cocineros y otros profesionales del sector de la capital, estaba congelado desde 2013. Por fortuna a finales de diciembre del año pasado se determinó que debía subir un 3 por ciento, hasta los mil euros brutos mensuales. También cabe comentar que 1 de cada 5 trabajadores del sector turístico son autónomos.
El perfil del turista gastronómico
Al margen de lo dicho y aunque 8 de cada 10 visitantes escogen destino condicionados la gastronomía del lugar, la mayoría de ellos no son turistas gastronómicos puros (estos representan solo el 28 por ciento).
Eso sí, el perfil está bastante marcado: hombres y mujeres de entre 35 y 55 años con un poder adquisitivo medio-alto que viajan en pareja y habitualmente en verano (en estancias de dos o tres jornadas, durante las que gastan un mínimo de 250 euros diarios). Además, se trata de un tipo de turista informado -que visita webs y sitios especializados previamente-, cuyas actividades preferidas son comer en restaurantes, ir de tapas, comprar productos e ingredientes locales y visitar mercados.
Y precisamente porque se trata de un tipo de turista con recursos e informado, el comparador de seguros Acierto.com hace hincapié en que no estaría de más que contratara un seguro de viaje que se hiciera cargo en caso de pérdida de equipaje, retrasos y pérdida de vuelos.
Un tipo de póliza que también se responsabilizará en caso de enfermedad -por ejemplo, si tenemos una intoxicación gravísima y contraemos una enfermedad que nos obliga a volver– repatriación en caso de accidente, etcétera. Si nos desplazamos en coche también convendría revisar desde qué kilómetro nos cubre la asistencia en carretera, si nos brinda vehículo de sustitución, nos lleva a nuestro destino, etcétera.