El informe de estabilidad financiera de primavera de 2021 realizado por el Banco de España advierte sobre los riesgos a los que se enfrenta la economía y que la vulnerabilidad ha aumentado.
El Banco de España señala que uno de los principales riesgos para la estabilidad financiera es que se materialice el riesgo de crédito que impida a los bancos seguir prestando dinero, por lo que ha instado a las entidades a hacer un seguimiento continuado de los indicadores de deterioro crediticio, especialmente en un escenario en el que, pese a que la morosidad todavía no ha aflorado, los préstamos en vigilancia especial se han incrementado un 20% en el cuarto trimestre.
Pese a que el impacto de la pandemia en la economía no se ha materializado todavía en las cifras de morosidad, gracias al efecto mitigador de las medidas de apoyo y a la naturaleza exógena del shock, un alargamiento de la situación de freno de la actividad económica podría producir en los próximos trimestres «incrementos más notables de los préstamos dudosos ante el empeoramiento de la solvencia de empresas y los hogares».
De hecho, el informe de estabilidad financiera revela que las refinanciaciones han frenado su ritmo de reducción y que los créditos en vigilancia especial y los dudosos en segmentos específicos, como el de consumo, han aumentado con fuerza, lo que posibilita que la cifra de dudosos repunte en el futuro.
En concreto, los créditos en vigilancia especial al sector privado residente repuntaron un 20% en el último trimestre del año y suponen ya el 5,2% del total de los hogares, el 9,8% de las actividades productivas y el 7,5% del conjunto del sector de hogares y empresas, según ha revelado el director general de Estabilidad Financiera del Banco de España, Ángel Estrada, quien ha insistido en la importancia de prestar atención a los indicadores de deterioro crediticio que puede estar latente en las entidades.
En este escenario, uno de los tres principales riesgos para la estabilidad financiera que el Banco de España ha identificado es el derivado de las posibles perturbaciones adversas en la oferta de crédito bancario, junto a los ajustes a la baja en el crecimiento económico y una corrección abrupta en los mercados financieros.
Según recoge el informe, el deterioro de la cartera crediticia «podría condicionar la oferta de crédito de las entidades, con el impacto que esto podría tener en la fortaleza de la recuperación».
«La perturbación en la oferta de crédito bancario sería consecuencia de la materialización del riesgo latente del crédito en las cuentas de las entidades que hiciera que no pudieran seguir proporcionando crédito al conjunto de la economía, lo que ralentizaría la recuperación», ha apuntado Estrada.
Así, una contracción de la oferta de crédito podría amplificar los efectos negativos de la posible materialización de los riesgos a la baja sobre la actividad económica, especialmente en un contexto en el que «existen dudas sobre los incentivos para el uso por parte de las entidades financieras de los colchones de capital disponibles».
LOS BANCOS DEBEN USAR SUS COLCHONES PARA ANTICIPAR DETERIOROS
El sector bancario español redujo su rentabilidad sobre patrimonio neto (ROE) en 2020 en 10 puntos porcentuales, hasta el -3,1%, debido en parte a la necesidad de dotar más provisiones por el impacto del coronavirus.
Sin embargo, el Banco de España destaca que esta evolución desfavorable de la rentabilidad no se tradujo en un empeoramiento de la solvencia del sector y las ratios de capital aumentaron.
En este escenario, la prioridad en el ámbito supervisor y regulador del sector bancario «debe seguir siendo la identificación y mitigación de los riesgos derivados de la crisis», anticipándose al reconocimiento de los deterioros, un fin para el que pueden utilizarse los colchones de capital, que las entidades tendrán tiempo de reconstruir.
«La dotación de provisiones por riesgo de crédito en el negocio en España ha sido significativa, pero este esfuerzo deberá mantenerse en el tiempo, e, incluso, incrementarse dependiendo de la efectividad de las medidas de apoyo y de la evolución del escenario macroeconómico», avisa el Banco de España.
De igual manera, ve necesario hacer un seguimiento continuado de las exposiciones vinculadas a los programas públicos de avales al crédito empresarial y de moratorias para medir su alcance y la vigencia de sus efectos mitigadores.
En la misma línea, el director general de Estabilidad Financiera del Banco de España ha señalado que poner los préstamos en vigilancia especial «ya es un paso» en la dirección de reconocer a tiempo los deterioros, que además obliga a las entidades a dotar más provisiones para reconocer que su probabilidad de impago es mayor