La banca española obtuvo beneficios por 1.272 millones de euros en enero, más del doble que en el primer mes de 2020, antes del inicio de las medida para contener la pandemia, de acuerdo con los datos del Banco de España.
Este resultado es el mejor inicio de año para el conjunto de entidades financieras españolas desde el año 2014, cuando el sector comenzó a reactivarse luego de la crisis económica de 2008.
Además, estas ganancias las han conseguido complementando su política de prudencia para hacer frente a la morosidad futura, ya que el sistema elevó las provisiones contra pérdidas en 250 millones de euros, un importe que puede parecer relativamente escaso, pero que contrasta con la liberación de dotaciones que ha realizado en los algunos meses post-Covid, como octubre, septiembre o mayo. Eso sí, los bancos realizaron un esfuerzo sustancial en marzo, junio y diciembre. En junio, por ejemplo, las entidades dotaron de una sola vez 6.467 millones de euros
Con las cifras del arranque de 2021 se pone de manifiesto el buen final del año pasado y el inicio del nuevo ejercicio a nivel comercial. Algunos banqueros, como José Ignacio Goirigolzarri (ya actual presidente de la nueva CaixaBank), habían venido señalando el comportamiento favorable que se estaba desempeñando en las oficinas y en los canales digitales. Y que estaba habiendo sorpresas no previstas, como crecimientos muy por encima de lo esperado en algunos segmentos de actividad, como el de las hipotecas.
Esta positiva evolución ha sido un factor clave para que el sector financiero haya comenzado el año con buen pie, pero no el único. Otras causas que obedecen a este desempeño son la aún caída del volumen de préstamos morosos debido a las moratorias en hipotecas y créditos al consumo y a las carencias en los pagos puestas en marcha por el Gobierno y por el sector, además de por el control de los riesgos llevado a cabo por las propias entidades, y a que los ajustes realizados en los últimos ejercicios, unido al impulso de la digitalización, están dando sus frutos, con menores volúmenes de gastos operativos.
Pese a esta situación aparentemente saludable, las incertidumbres acechan aún al sistema financiero español. Todos los expertos apuntan a que a partir de este verano se producirá una subida de la morosidad, que podría llevar el ratio de impagos del 4,5% actual al entorno del 8%, casi el doble
Los principales ejecutivos de las entidades financieras reconocen que habrá un alza de las insolvencias, pero consideran que no habrá una explosión de las mismas y que en ningún caso se alcanzará el doble dígito en los próximos ejercicios como ocurrió en la última crisis, tal y como atisban algunas casas de analistas.
El agujero será menor de los estimado inicialmente gracias a las nuevas ayudas puestas en marcha por el Gobierno para las empresas más castigadas por los efectos de la pandemia. Unas ayudas que en la banca confían en que se ampliarán si fuera necesario, tal y como indicó el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, en una entrevista reciente con este periódico y como pide el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
En el sector, pese a los nubarrones económicos aún existentes, también se tiene esperanza en los programas de vacunación para ir recuperando la normalidad y en el fondo europeo para la reconstrucción. Las entidades están dispuestas a paliar el impacto adverso de los retrasos en la distribución de estos recursos a los países con un adelanto de los mismos, algo que no solo elevaría los volúmenes de inversión del sector privado, sino que también contribuiría a reducir el desempleo y a contener los niveles de morosidad, además de obtener ingresos adicionales ellas mismas por el reparto del dinero procedente de Bruselas.
Control de los impagos
Hasta la fecha ha habido un control absoluto de los impagos. Los créditos con retrasos en sus cuotas superan ligeramente los 55.000 millones de euros, lo que supone un 4,5% del total de la financiación otorgada a empresas y familias.
Sin embargo, hay dos sectores productivos donde se han visto ya las primeras alzas de insolvencias. Se trata de la industria de servicios, que acumula mora de 19.556 millones de euros, según los datos publicados por el supervisor a cierre del cuarto trimestre. Esta cifra es ligeramente mayor a los 18.774 millones de euros que sumaban a finales del mes de septiembre y representa un 4,72% del saldo concedido, frente al 4,55% de tres meses antes.
Dentro de este segmento, los gremios que más elevaron los impagos fueron el de la hostelería, el transporte (en el que también se incluyen las líneas aéreas) y otros servicios. Concretamente, el sector de la hostelería tiene un ratio de morosidad del 5,35%, frente al 5,1% que tenía tres meses antes. Asimismo, el de transportes lo sitúa en el 4,03%, frente al 3,75% del trimestre anterior, mientras que en otros servicios, escala 0,83 puntos porcentuales, hasta el 5,7%