Jóvenes iberoamericanos, listos para «triunfar» en los fogones españoles

Un grupo de 16 jóvenes latinoamericanos se forma en un máster class culinaria para entrar al mercado laboral español.
Un grupo de 16 jóvenes latinoamericanos se forma en un máster class culinaria para entrar al mercado laboral español.

Un grupo de 16 jóvenes de distintas nacionalidades están formándose para escapar de su situación de riesgo de exclusión e ingresar al mercado laboral.

Cuando los jóvenes terminen sus prácticas tendrán la posibilidad de trabajar en algún establecimiento hostelero que tenga el convenio con la ONG encargada del proyecto, CESAL.
Cuando los jóvenes terminen sus prácticas tendrán la posibilidad de trabajar en algún establecimiento hostelero que tenga el convenio con la ONG encargada del proyecto, CESAL.

Los latinoamericanos están preparados para revolucionar la cocina española. Dieciséis jóvenes de doce nacionalidades diferentes se concentran alrededor de la peruana Helena Paiva, quien les está ofreciendo una master class sobre cómo preparar helados artesanales dentro del curso de cocina que están realizando.

La cocina está reluciente y eso es porque su profesor titular, el estrella Michelin Pepe Gorines, así se lo ha inculcado desde el primer día de este curso que les brinda la ONG CESAL con el objetivo de insertarles de nuevo en la sociedad y en el mundo laboral. Todos los alumnos proceden de situaciones en grave riesgo de exclusión y entre ellos hay españoles, africanos y varios iberoamericanos que buscan la oportunidad de rehacer sus vidas.

A los encargados de la Escuela de Hostelería, uno de los principales proyectos de CESAL, se les ocurrió la posibilidad de crear también una empresa social que pudiera dar servicio de catering a diferentes empresas con dos objetivos fundamentales: el de ofrecer una salida a algunos de los alumnos del curso y el de generar ingresos para autofinanciarse. Esto último avanza despacio, todo lo contrario a lo que lo hacen los estudiantes, que en poco más de un mes que llevan en el curso ya dominan varias técnicas de la cocina española.

El objetivo es que los cuatro meses de formación ‘teórica’ en los que «se aprende haciendo», así como los dos meses de prácticas que pasarán entre los fogones de algunos de los restaurantes más conocidos de Madrid, les catapulten hacia un empleo estable.

«Es muy poco tiempo, pero el suficiente para conseguir que se formen como ayudantes de cocina dignos», señala Pepe Gorines, que hace dos años decidió cambiar la alta cocina y los reconocimientos por la enseñanza y se siente «plenamente satisfecho con la decisión».

Una vez terminadas las prácticas, el convenio de CESAL con los establecimientos hosteleros supone que cuando dispongan de una vacante se comprometen a contratar a los jóvenes que han realizado allí sus prácticas, por lo que casi el cien por cien de los alumnos de la Escuela encuentran empleo tras haber realizado su aprendizaje.

Formación que es básicamente técnica y se imparte de martes a viernes en un local situado en el distrito de Bilbao, muy próximo al cementerio de La Almudena. Los lunes, al tratarse de jóvenes que están desconectados con la vida social, reciben clases de habilidades como son el trabajo en equipo, aprender la importancia de la empatía con el prójimo, retomar la escritura u otras en las que se les enseña «la importancia de la puntualidad, la formalidad en los trabajos y el saber estar», dice Cali.