Al momento de invertir el dinero para generar una rentabilidad, contamos con muchas opciones, una de las más atractivas puede ser los fondos indexados.
Primero, debemos conocer qué son los fondos indexados. También llamados fondos índice son una herramienta de inversión cuyo objetivo pasa por replicar directamente el comportamiento de un índice bursátil concreto, como puede ser el Ibex 35, el FTSE 100 o el S&P 500, entre otros.
Estos fondos buscan replicar la rentabilidad de un selectivo en particular. Es decir, la estrategia de este modelo de inversión reside en recoger, en la misma medida, tanto las subidas de un índice como sus caídas, en vez de intentar batirlo. No obstante, en muchas ocasiones su comportamiento puede mostrar ligeras diferencias sobre su activo de referencia.
La inversión en fondos indexados forma parte de la conocida como gestión pasiva y requiere, por tanto, de una menor actividad por parte del equipo gestor. La propia naturaleza de los fondos índice los hace diferir considerablemente de los fondos tradicionales de gestión activa, que son gestionados por las entidades gestoras con el objetivo de obtener una rentabilidad superior al mercado en el que operan.
Esta gran diferencia entre los fondos indexados y los fondos de inversión tradicionales en lo que respecta a la gestión es la que beneficia considerablemente a los fondos índice, que se benefician de comisiones muy reducidas al requerir una menor implicación por parte del equipo gestor.
A la hora de invertir en un fondo de gestión pasiva conviene no confundir fondos indexados con ETFs (Exchange-traded fund). Esto últimos son fondos de inversión cotizados que se pueden comprar y vender en cualquier momento del día al precio que marque el mercado, tal y como se hace con las acciones.
Sin embargo, antes de decantarnos por invertir en estos fondos, debemos consultar con un experto para verificar que se adecua a nuestro perfil y cuál fondo indexado puede ser la mejor opción.