Google ha anunciado que cobrará a sus anunciantes un recargo del 2% a partir del próximo mes de mayo, para cubrir los costes relacionados con el nuevo Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales aprobado por el Gobierno de PSO-Unidas Podemos.
En un comunicado, la empresa confirma que los impuestos sobre determinados servicios digitales incrementan el coste de la publicidad digital, por lo que ha informado a sus clientes de que a partir del 1 de mayo de 2021 añadirá un recargo a las facturas relativas a los anuncios servidos en España.
Google afirma que continuará pagando todos los impuestos que les corresponden, tanto en España como en el resto de países en los que opera, y alienta a los gobiernos a nivel global a «llevar a cabo una reforma fiscal internacional en lugar de implementar impuestos unilaterales».
Este recargo se aplicará a los anuncios servidos en España, con independencia del lugar en el que el anunciante tenga su sede principal, por lo que, por ejemplo, una compañía estadounidense que se publicita en España podría registrar cargos adicionales en su factura.
Google sigue así los pasos dados en otros países, ya que ha implementado recargos similares en Reino Unido (un 2%), Austria (un 5%) y Turquía (un 5%) desde el 1 de noviembre de 2020, y los de Amazon en España, que en enero anunció que repercutiría la denominada ‘tasa Google’ en todas las empresas que venden en su ‘marketplace’ a partir del 1 de abril.
La ‘tasa Google’ grava a aquellas empresas con ingresos anuales totales de, al menos, 750 millones de euros y con ingresos en España superiores a los 3 millones de euros, dirigiéndose a servicios de publicidad en línea, servicios de intermediación en línea y la venta de datos generados a partir de información proporcionada por el usuario durante su actividad o la venta de metadatos.
Con este nuevo tributo, el Ministerio de Hacienda estima una recaudación de 958 millones de euros anuales, por debajo de los 1.200 millones que estimaba antes de iniciarse la pandemia del Covid-19.
Desde la compañía consideran que este impuesto es un ejemplo de las decisiones adoptadas por algunos gobiernos, que han decidido implementar políticas como el Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales, que son «complejas y costosas» y que incrementan el coste de la publicidad digital.
Por ello, alientan a los gobiernos a nivel global a llevar a cabo una reforma fiscal internacional en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en lugar de implementar nuevos gravámenes o regulaciones específicas en cada país.
En este sentido, creen que esta reforma se traducirá en última instancia en que paguen mayores impuestos corporativos en más países y defienden que un conjunto de impuestos unilaterales y específicos de cada país (sobre los ingresos en lugar de los beneficios) no es la mejor manera de avanzar.
Por otro lado, también remarcan que, como otras compañías multinacionales, Google paga una cantidad «significativa» en impuestos sobre sociedades a nivel global, y añaden que, aunque la gran mayoría de los impuestos se abonan en su país de origen, Estados Unidos, también lo hacen en todos los países donde operan de conformidad con la normativa vigente.