La propuesta, que busca presentar una Transición Energética, también propone elevar el coste del gas un 5,8%, de la gasolina un 1,8% y rebajar la luz en 6,8 por ciento.
La Comisión de Expertos sobre escenarios para la Transición Energética apuesta por un encarecimiento del gas del 5,8 por ciento y también de los derivados del petróleo, especialmente del gasóleo, que subiría un 28,6 por ciento, frente a un alza del 1,8 por ciento en la gasolina, a la vez que aboga por abaratar el precio de la electricidad en un 6,8 por ciento para el consumidor doméstico, según el escenario manejado.
La comisión, que ha presentado las conclusiones de su trabajo al Gobierno, considera que estas modificaciones de precios son coherentes con la necesidad de electrificar la economía para avanzar hacia la descarbonización y son alcanzables a medio plazo de forma gradual.
El documento, entregado por el presidente de la comisión, Jorge Sanz, al ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, ha contado con un elevado nivel de consenso (11 votos a favor y 3 abstenciones), lo que puede convertirlo en un instrumento de referencia para la discusión de la futura legislación para la lucha contra el cambio climático.
El informe apunta a la fiscalidad como una de las herramientas claves para el cumplimiento de los objetivos comprometidos por España con la UE en materia de cambio climático. En concreto, propone sustituir los impuestos actuales por otros que internalicen los daños medioambientales bajo el axioma de que ‘el que contamina paga’.
El documento incluye tres límites en la implantación de esta medida, como son evitar la deslocalización de la industria sometida a competencia internacional y los efectos negativos sobre otros colectivos sensibles, como agricultores y profesionales del transporte; evitar la pérdida de recaudación de las administraciones públicas y no elevar la presión fiscal.
Propone también sacar de la tarifa eléctrica la financiación de los sobrecostes de las renovables y repartirla entre todas las energías finales (electricidad, gas natural y derivados del petróleo). También sugiere que todos los vectores energéticos financien las infraestructuras necesarias para satisfacer el consumo energético (redes, en los casos de la electricidad y del gas, e infraestructuras viarias, en el caso de la gasolina y el gasóleo A).
En ausencia de una fiscalidad distorsionadora, España se convertiría en un exportador neto de electricidad a Francia “ya que la mayor penetración de renovables en nuestro país, permite un diferencial de precios eléctricos estructural a favor de España”, explica Sanz, presidente de la comisión de expertos.
El informe apunta a que el gas natural jugará un papel importante en 2030, pero su importancia se reducirá en 2050, año en el que la generación eléctrica girará exclusivamente en torno a instalaciones eólicas, fotovoltaicas, hidráulicas y el almacenamiento.
Respecto al papel de las centrales nucleares, los expertos estiman que su cierre anticipado elevaría el coste de generación de entre 2.000 y 3.200 millones de euros cada año, aumentaría el precio de la electricidad en un 20 por ciento y llevaría a duplicar las emisiones de CO2 en el sector eléctrico. Además, calculan que alargando su vida en 10 años se evitaría el desequilibrio entre ingresos y gastos del Fondo de Enresa previsto para el desmantelamiento de las centrales y piden una revisión del Plan General de Residuos Radioactivos.