España celebra este miércoles su ‘Día de la Liberación Fiscal’

Los contribuyentes españoles han dedicado una media de 177 días de jornadas de trabajo al pago de impuestos en 2018.
Los contribuyentes españoles han dedicado una media de 177 días de jornadas de trabajo al pago de impuestos en 2018.

Los trabajadores se ‘liberan’ de pagar impuestos tras trabajar 177 días para Hacienda.

Los trabajadores entre 30 y 40 años reciben una contribución neta de 62,50 euros tras una 'cuña fiscal' del 37,5 por ciento.
Los trabajadores entre 30 y 40 años reciben una contribución neta de 62,50 euros tras una ‘cuña fiscal’ del 37,5 por ciento.

Los contribuyentes españoles dedicarán de media este año un total de 177 jornadas de trabajo al pago de impuestos, por lo que el ‘Día de la Liberación Fiscal’ llegará este miércoles, 27 de junio, adelantándose así un día respecto del año pasado, según los cálculos realizados por el ‘think tank’ Civismo, que cifra en una media de 187 jornadas los días que quedan libres para el propio contribuyente, uno más.

De esos 177 días de sueldo dedicados al pago de impuestos, las cotizaciones sociales suponen, de media, 102 jornadas de salario, a las que se suman otras 35 por IRPF (una jornada menos que el año pasado), otros 25 por IVA, 11 por Impuestos Especiales, y cinco más por otros tributos estatales, autonómicos y municipales como el IBI, Patrimonio, Sucesiones o Matriculación. Esto deja disponibles 187 días de sueldo libres para el contribuyente.

El desglose refleja un gran impacto que tienen el IRPF y las cotizaciones sociales. Así, de cada 100 euros que paga el empresario en coste laboral, el ocupado de entre 16 y 29 años cobra 64,11, lo que equivale a una ‘cuña fiscal’ del 35,89 por ciento.

Para los trabajadores de entre 30 y 44 años, la retribución neta se queda en 62,50 tras una ‘cuña fiscal’ del 37,5 por ciento. Los que tienen entre 45 y 64 años reciben de esta cantidad solo 61,66 euros, lo que supone la ‘cuña fiscal’ más elevada por tramos de edad: un 38,34 por ciento.

Por último, entre los mayores de 65 años, la fiscalidad directa se traduce en que, de cada 100 euros, se perciben 88 de forma efectiva. En este caso, la «cuña fiscal» es más reducida, de un 12 por ciento, por la ausencia de presión de las cotizaciones sociales.

Pagar más de lo que se recibe

El ‘think tank’ realiza por primera vez en España una comparativa entre lo que los ciudadanos contribuyen al Estado y lo que reciben a cambio, en forma de servicios públicos. Para ello, pone en relación la distribución del gasto público por partidas presupuestarias y el pago de impuestos por tramos de edad.

De esta forma, el gasto en protección social (pensiones, prestaciones por desempleo, y otras ayudas) asciende al 16,8 por ciento del PIB español, seguido en peso por el coste de mantenimiento de la Administración Pública, con un 6,1 por ciento; la Sanidad (6 por ciento); Educación (4 por ciento); Inversiones (3,9 por ciento);Seguridad (1,9 por ciento); Subvenciones y Cultura (1,1 por ciento); Defensa (1 por ciento); Medio Ambiente (0,8 por ciento) e Infraestructuras de vivienda (0,5 por ciento).

En cuanto a los servicios públicos que recibe cada ciudadano en función de su edad, se incrementan exponencialmente con la llegada de la jubilación. En concreto, el valor económico de lo percibido por el contribuyente se más que triplica, pasando de los 6.934,42 euros nominales en el tramo de 16 a 29 años a los 22.388,80 a partir de los 65.

No obstante, la principal prestación, en términos económicos, se trata de la pensión pública, al ascender a 15.454 euros anuales, seguida de la cobertura sanitaria (1.919 euros).

En lo que se refiere a los impuestos, el máximo se da en la madurez de la edad laboral del contribuyente (45-64 años), cuando alcanza a pagar 15.662,24 euros anuales, frente a los 10.449,75 de los más jóvenes, o los 4.620,31 de los mayores de 65. Si se cruzan ambas variables, casi el 80 por ciento de los contribuyentes paga más impuestos que lo que recibe hasta la edad de jubilación, momento en el que la situación se revierte.