Con la llegada del verano, como es tradicional, el empleo vuelve a recuperar el pulso en España: tras un mal arranque del año, el inicio de la campaña estival permitió crear 383.300 puestos de trabajo en el segundo trimestre, mientras que el desempleo cayó en 255.300 personas, un impulso que ha reducido la tasa de paro hasta el 12,48%, su nivel más bajo desde 2008, justo cuando se desencadenaba la Gran Recesión.
Así lo refleja la última Encuesta de Población Activa, en la que, por primera vez desde aquella crisis, el número de parados contabilizados baja de los tres millones, como ya anticipaban los datos del paro registrado: ese umbral ya se rompió en mayo en el recuento mensual del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Ahora, el Instituto Nacional de Estadística estima que 2.919.400 personas buscan un trabajo en España, lo que supone la cifra más baja desde el tercer trimestre de 2008.
La ocupación, por su parte, también se encuentra en máximos desde ese trimestre, hace ya casi 14 años, con un total de 20.468.000 trabajadores, después de que en los últimos doce meses se hayan creado 796.400 puestos de trabajo.
Todo ello mientras vuelve a crecer la población activa, después de dos trimestres consecutivos de descensos: entre abril y junio, 128.000 personas se incorporaron al mercado de trabajo, lo que lleva el total de trabajadores que tienen o buscan un empleo hasta los 23,38 millones de personas. Es una cifra aún inferior a la del tercer trimestre del año pasado, pero que demuestra que el mercado laboral español mantiene su dinamismo.
Se mantiene el dinamismo, pese a algunos síntomas de desgaste
En este sentido, ni los efectos de la guerra de Ucrania sobre la economía ni la inflación disparada por encima del 10% parecen hacer mella en el mercado de trabajo, aunque ya se aprecian algunos síntomas de desgaste. La creación de empleo del segundo trimestre, de hecho, queda lejos no solo de la del año pasado, cuando se superaron ampliamente los 400.000 nuevos puestos de trabajo, sino también de la de los mejores años previos a la pandemia, como 2018. De la misma forma, el número de horas trabajadas marca un nuevo récord desde 2008, pero solo aumentan un 1,8%, el menor incremento en un año.
«Son datos extraordinarios, hay que mirar al año 2008 para tener una cifra de paro semejante, en una situación de salida de pandemia y en crisis económica y social por la guera de Ucrania. Pero prudencia, porque desde el día 15 de este mes estamos notando incertidumbres y ralentizaciones en el mercado de trabajo», ha admitido la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en una entrevista en RNE.
Pese a esas incertidumbres y a la evidente estacionalidad del ciclo laboral en España, por ahora predominan las tendencias positivas. Por ejemplo, el incremento de los contratos indefinidos, que crecen en 616.700 entre abril y junio, mientras los contratos temporales se reducen en 241.300 en el segundo trimestre, cuando la reforma laboral, aprobada a finales del año pasado aunque con algunas moratorias para su aplicación, ya estaba plenamente operativa. «La reforma laboral está funcionando», ha presumido Yolanda Díaz. La tasa de temporalidad, en este sentido, se reduce ligeramente, al 22,29%, lo que le sitúa en niveles de 1988.
También destaca la reducción de la tasa de paro juvenil, que baja hasta el 28,52%, de nuevo la cifra más baja desde el verano de 2008, a pesar de que el número de parados en esta franja de edad se incrementa en casi 10.000 personas, un incremento compensado por el aumento en más de 130.000 personas de la población activa menor de 25 años. En cualquier caso, los jóvenes han sido uno de los grupos más beneficiados de la creación de empleo en este segundo trimestre, ya que 112.200 de los nuevos puestos de trabajo, casi un 30%, han sido para trabajadores menores de 25 años.
El sector privado y los servicios tiran del empleo
Los servicios han sido la principal locomotora del empleo en el segundo trimestre, con 320.200 ocupados más, aunque también ha habido incrementos en la industria, con 79.500 nuevos puestos de trabajo, y en la construcción, que suma 21.900. Por el contrario, la ocupación se reduce en la agricultura, que pierde 38.400 empleos y es el único sector económico que presenta un saldo desfavorable en el último año: desde el segundo trimestre de 2021, ha perdido 21.700 trabajadores.
En cuanto a los empleadores, la mayor parte de los puestos de trabajo generados entre abril y junio corresponden al sector privado, que contabiliza 397.600 ocupados más que en el primer trimestre, mientras el sector público perdía 14.300 puestos de trabajo. Si se observa el último año, las empresas privadas han creado casi todo el nuevo empleo, con 782.100 puestos de trabajo, mientras el sector público ha incorporado a 14.300 personas.
Por sexos, la creación del empleo y el descenso del paro fueron más intensos entre las mujeres. De los nuevos puestos de trabajo, 198.000 fueron para ellas, mientras los hombres obtuvieron 185.300. Y 133.300 mujeres dejaron de buscar trabajo, frente a 121.900 hombres, si bien el paro femenino sigue siendo mayor que el masculino: hay 1.564.100 mujeres, el 14,5%, que aún quieren un empleo, por 1.355.300 hombres, el 10,99%.
Asimismo, los hogares con todos sus miembros en paro se reducen en 62.600, hasta los 990.300; es la cifra más baja en más de una década y la segunda vez -la anterior fue el segundo trimestre de 2019- que se sitúan por debajo de un millón. También hay 99.000 menos parados de larga duración, esto es, que perdieran el empleo hace más de un año, hasta situarse en 1,22 millones, en niveles similares a antes de la pandemia. Y 7.900 personas menos que buscan su primer trabajo, que al cierre del segundo trimestre eran 311.700.