La primavera, además de la sangre, también altera los valores del euríbor.
La llegada del buen tiempo ha disparado históricamente el tipo europeo de oferta interbancaria. Desde 1999, año en el que el euríbor comenzó a utilizarse como el índice de referencia en Europa para calcular la cuota de las hipotecas variables, sus picos más elevados se han registrado entre los meses de mayo y agosto.
Para analizar la evolución del euríbor, lo primero que hay que saber es que sus datos no son fijos, sino que varían en función de la oferta y la demanda. Para calcularlos, cada día la Federación Bancaria Europea recolecta los tipos de interés que ofrecen las entidades de crédito con más peso del mercado –entre las que están Banco Santander, BBVA, CaixaBank y Cecabank– y a partir de ahí elimina el 15% más alto y el 15% más bajo de los valores obtenidos. Con el 70% restante realiza una media aritmética a tres decimales que constituye el euríbor oficial.
También hay que tener en cuenta que “el entorno macroeconómico influye mucho en las fluctuaciones que marca el euríbor y las crisis vividas a lo largo de los años han hecho que sus valores se disparen de forma notoria”, explica el director de Hipotecas de iAhorro, Simone Colombelli, que añade que “pese a que sabemos cómo han evolucionado las hipotecas históricamente, todo puede suceder con una guerra (como la actual entre Rusia y Ucrania) o una crisis de por medio”.
¿Cuánto podría subir el euríbor en los próximos años?
En los primeros cuatro meses de 2022, el índice de referencia ha subido casi cinco décimas, desde el -0,477% que marcaba en enero hasta el 0,013% que registraba en abril, último mes completo del que aporta datos el Banco de España (BdE). Es más, desde abril de 2020, cuando se situó en un -0,484%, la subida fue de un 102,69%.
Así, visto lo visto y como predice Colombelli, si el euríbor sigue este ritmo “es posible que llegue al 1% antes del 2023” porque, normalmente, los efectos de una crisis no se ven al momento, sino que se notan con el paso de los meses.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia comenzó en febrero de 2022, pero no fue hasta abril cuando el euríbor registró valores positivos tras más de seis años en negativo y “seguramente los mayores efectos en la firma de hipotecas se verán reflejados en 2023 o 2024”, asegura el director de Hipotecas de iAhorro, que dice que “todo va a depender de la mano que meta el Banco Central Europeo (BCE)”, ya que el organismo que preside Christine Lagarde ha anunciado ya la posibilidad de que se retoquen los tipos de interés al alza en junio, algo que podría elevar aún más este indicador. Colombelli matiza, eso sí, “que, antes o después, el euríbor se tendrá que estabilizar”, pero “el problema está en saber cuándo”.
Esta situación lo que ha hecho es que los hipotecados vuelvan a revivir temores del pasado. En estos últimos años, quienes tenían una hipoteca a tipo variable estaban tranquilos porque iban viendo cómo, en la revisión anual de su hipoteca, sus cuotas mensuales se reducían gracias a la tendencia a la baja del euríbor. No obstante, con la actual subida lo que predomina ahora es un sentimiento de preocupación. Y es que, si echamos la vista atrás, vemos cómo en varias ocasiones el euríbor ha superado ampliamente el 3%, 4% e incluso el 5% en momentos de crisis.
Los máximos del euríbor se registraron entre el 2000 y el 2008
El euríbor es un indicador joven, de solo 23 años de vida y su valor medio se sitúa en el 1,757%. El primer dato mensual recogido del euríbor, en enero de 1999, fue de un 3,062%, cifra que hoy podría parecer muy elevada pero que hace unos años era relativamente normal.
Para ver qué pasaría en caso de que la guerra de Ucrania no cesara, la inflación no se redujera y, por tanto, entráramos en una nueva y profunda recesión económica tenemos que mirar al pasado, volver a situarnos en los momentos más difíciles y ver qué ocurrió durante las crisis más persistentes.