El consumo de cemento se disparó un 116,8% en abril respecto al mismo mes del año pasado, hasta alcanzar las 1,24 millones de toneladas, cifra que también supera la alcanzada en el mismo período de 2019.
E repunte era esperado comparado con el mismo mes del año pasado, cuando la actividad se redujo a mínimos históricos por el confinamiento estricto decretado para frenar la expansión del coronavirus.
No obstante, respecto a abril de 2019, cuando el nivel de actividad estaba normalizado, el crecimiento es del 3,4%, lo que supone no solo recuperar los niveles anteriores a la pandemia, sino incluso superarlos, según los datos publicados por la agrupación de fabricantes de cemento española Oficemen.
Aun con todo, la patronal sigue mostrándose cauta respecto a las cifras y recuerda que, en el conjunto de los cuatro primeros meses del año, el consumo de cemento sigue registrando una caída acumulada del 4% respecto a 2019, por lo que todavía no da por superada la crisis.
Por ello, pese a que el consumo en los últimos doce meses –desde mayo de 2020 a abril de 2021– también muestra un crecimiento del 4,3% respecto al año anterior, Oficemen esperará hasta después del verano para confirmar si la tendencia es positiva o negativa.
«Hemos de extremar la cautela al analizar estos datos, asociados a la comparativa con un mes, el de abril de 2020, en el que el sector de la construcción quedó paralizado casi por completo por el cierre de las actividades no esenciales decretado por el Gobierno en los momentos más duros de la pandemia», explica el presidente de Oficemen, Víctor García Brosa.
El consumo de abril, de 1,24 millones de toneladas, supone también el dato más alto para este mes en los últimos diez años, como posible respuesta a la salida de una demanda estancada durante el último año por la incertidumbre existente en torno a la crisis sanitaria.
Mientras tanto, las exportaciones también siguen creciendo a un ritmo del 24,9% en los últimos doce meses, con más de 800.000 toneladas exportadas solo en el mes de abril. «Una vez más, hemos de tener en cuenta en la comparativa de los datos, el contexto de incertidumbre en el que seguimos inmersos a escala internacional, donde aún se suceden las aperturas y cierres de los mercados por la pandemia», concluye García Brosa.