Cuando la nueva generación se hace cargo de una empresa, introduce ideas y aires nuevos. Pero la innovación implica cambios: las máquinas viejas que estancan el capital o no trabajan de forma eficiente deben dejar paso a una modernización.
Después de muchos años de gestión, en algún momento el empresario se llega a plantear la sucesión. En la empresa familiar, el continuador será un miembro de la familia, en el mejor de los caos. Si no es posible, se buscará un continuador externo.
Cuando un propietario más joven se hace cargo de la empresa suele implementar cambios. Una visión nueva, cargada de innovaciones, dará forma a los años venideros. Pero para ello, primero hay que tener en cuenta y valorar el capital existente, compuesto normalmente por máquinas e instalaciones.
Aires frescos en la vieja empresa
Cuando la generación más joven toma las riendas, hay cambios. Las empresas han mantenido las mismas secuencias en sus procesos y en su producción desde hace años o incluso décadas. No tiene por qué ser malo, pero con un propietario nuevo puede surgir una visión nueva. «Precisamente los gerentes jóvenes suelen apostar por la modernización del parque de máquinas», explica Jörg Erichlandwehr, director de adquisiciones en Surplex Alemania. «En estos casos, una modernización se encamina también a mantener o incluso mejorar la competitividad».
Una opción es la venta de máquinas viejas o la compra de máquinas nuevas. Pero antes habrá que tomar decisiones sobre el destino de las máquinas viejas que se usaban hasta el momento, porque estas inmovilizan el capital.
¿Por qué vender las máquinas usadas?
Generalmente, las máquinas antiguas aumentan el gasto de mantenimiento y reparación. La disponibilidad de espacio también justifica la venta de una o varias máquinas. Menos común, pero también puede ser un motivo, es cuando la máquina ya no se utiliza, ya sea debido al cambio en los procedimientos productivos o simplemente porque ya se ha adquirido una máquina de sustitución.
Según indica Erichlandwehr: «En realidad, es como en la vida privada. Si quiero más espacio en el ropero o decido deshacerme del electrodoméstico que nunca he llegado a usar, lo vendo todo en Internet». Aun así, a las empresas no les resulta fácil y no saben en qué plataforma vender sus máquinas ni qué precios pueden pedir por ellas.
Las subastas en línea como solución
«Desbaratar los obstáculos de la venta no es tan difícil, por ejemplo, mediante una plataforma de subastas internacional se puede obtener un precio justo en poco tiempo», explica Erichlandwehr. Un socio comercial que no solo apoya la venta, sino que supervisa el proceso completo es la casa de subastas industriales Surplex. Esta empresa se dedica al comercio de maquinaria usada desde hace 25 años y ofrece, junto a su página web en 18 idiomas, un servicio integral desde la primera tasación hasta el transporte.
Hace poco, Surplex se ha unido a TBAuctions para ampliar aún más el mercado de las máquinas usadas. El nombre de TBAuctions engloba diversas casas de subastas de toda Europa; entre otras, la holandesa Troostwijk Auctions. Troostwijk y Surplex se complementan por su experiencia en diversos sectores. Mientras Surplex aporta una fuerte presencia, especialmente en los sectores de la carpintería, la metalúrgica y la transformación de los polímeros, Troostwijk comparte su experiencia en la construcción y en la agricultura, así como en el transporte y la logística. «Juntos abarcamos casi todos los sectores industriales, de modo que encontramos el comprador adecuado para cada máquina», resume Erichlandwehr.