Un estudio de particularprof.es muestra que los países que priorizan la enseñanza de habilidades financieras desde temprana edad suelen presentan tasas más altas de ahorro e inversión, aunque con algunas excepciones según el país.
Los países del norte de Europa, como Suecia y Alemania, tienden a tener tasas de ahorro relativamente altas debido a ingresos disponibles más elevados y culturas financieras más consolidadas. En Suecia, la tasa de ahorro promedio familiar ronda el 18%, mientras que en Alemania se ubica cerca del 17%. Esto se correlaciona con los niveles superiores de educación financiera en edad escolar (67% y 63%, respectivamente).
En países del sur de Europa, como Italia, España y Grecia, la capacidad de ahorro familiar es más limitada, con tasas que rondan entre el 7% y el 9%. Estos países también tienen niveles bajos de educación financiera impartida en los colegios (28%, 19%, y 17%, respectivamente). Esto podría deberse a una combinación de factores culturales y económicos, además de una limitada formación financiera en las primeras etapas educativas.
Otros países, como Portugal y Francia, aunque tienen niveles intermedios de educación financiera (45% y 40%, respectivamente), sus tasas de ahorro son también moderadas. En Francia, el ahorro es impulsado por políticas que favorecen instrumentos de inversión regulados, mientras que en Portugal, el menor ingreso promedio reduce la capacidad de acumulación.
Por otro lado, y centrándonos en otros aspectos de España, según el estudio de particularprof.es, se obtiene que de una encuesta realizada a alumnos de 15 a 25 años de dicho portal, el 67% de los jóvenes no sabe cómo funciona una cuenta de ahorros básica.
También se obtiene que 2 de cada 3 jóvenes mayores de 18 años no se sienten seguros al tomar decisiones financieras importantes, lo que refleja una laguna de aprendizaje que podría haberse abordado en las aulas.
Con un sistema que imparta la educación financiera en las escuelas, se obtendrían grandes beneficios como la prevención de deudas y malas decisiones financieras, el fomento del ahorro y la planificación a largo plazo, la reducción de la desigualdad económica o la preparación para el futuro laboral.