Se acerca el verano y son muchos los que están preparando sus vacaciones, aunque están notando que los precios son ya muy altos.
Las familias llevan meses asumiendo unos precios disparados de energía, luz y alimentos, lo que ha impactado directamente a su economía y les ha dejado menos ahorros para sus vacaciones. Por ello, cuatro de cada 10 españoles asegura que este verano gastará menos para hacer frente a la inflación.
Este año, los precios se han disparado y los hoteles en España cuestan un 14% más con respecto a 2019, una cifra que puede crecer hasta el 20% si lo que se busca es comprar un vuelo al extranjero. Esto lo han notado las agencias de viajes, que indican que la mayoría de clientes tienen un presupuesto más ajustado.
Así, viajar este verano será más caro, pero no solo se debe a la inflación, sino a un aumento de la demanda porque «muchos llevan dos años sin irse de vacaciones», aseguran los expertos.
«La mayoría dice que es muy caro para su presupuesto»
Hasta ahora, las familias notaban la subida generalizada de precios en sus rutinas, y ahora lo perciben al planificar sus vacaciones. Los hoteles en España se han encarecido de media un 14% con respecto a 2019 y «un alojamiento podía subir 100 euros de un día para otro» a la hora de hacer la reserva, según explica una usuaria.
No obstante, estas trabas se quedan únicamente en tierra, sino que los vuelos también se han encarecido y comprar un billete de avión al extranjero cuesta este verano, dependiendo del destino, entre un 5 y un 20% más que antes de la pandemia. Este es un problema que también están notando las agencias de viajes, que cuando ofrecen las reservas a los clientes, «la mayoría dice que es muy caro para su presupuesto», explica Francesc Sardà, operador de NAO Viajges.
De este modo, los precios elevados están haciendo que algunos prefieran alquilar casas en vez de habitaciones en hoteles, y otros, incluso, se están planteando aplazar las vacaciones para otro momento.
Inflación, pero también aumento de la demanda
Aunque el principal motivo es la inflación, también influye el aumento de la demanda. Esto es algo que «ya vimos en Semana Santa, donde había alegría por parte de los consumidores», asegura Enrique García, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios. Ahora, «muchos llevan dos años sin vacaciones» y «hay mucha demanda», asegura.
En este camino, el sector turístico parece haberse encarrilado en la recuperación, algo que comenzó con altos niveles de ocupación en la pasada Semana Santa y que provocó que superara los niveles de empleo previos a la pandemia el pasado mes de abril. Ahora, sus profesionales tienen el foco puesto en el verano.
Pero no solo ellos, los consumidores también tienen ganas de hacer turismo y, por ello, buscan los destinos más asequibles para su bolsillo. Estos destinos podrán encontrarlos fuera de la Península: «Lo más barato ahora es La Gomera y, sobre todo, pueblos pequeños de las Islas Canarias», señala Beatriz Oficialdegui, directora de marketing de Destinia. En el otro lado, los destinos más caros están en Islas Baleares, con la isla de Formentera a la cabeza.