Hoy 22 de febrero se celebra el Día Europeo de la Igualdad Salarial para concienciar a la sociedad sobre la existencia de la diferencia en la retribución que perciben las mujeres y los hombres por la realización del mismo trabajo, así como para promover que los Estados miembros adopten la medidas eficaces para erradicarla.
La brecha salarial se calcula sobre la base de la diferencia media entre ingresos brutos de los trabajadores y trabajadoras. En 2020, el Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha) sacó a la luz un informe que reflejaba que existía una brecha de 4.915 euros entre hombres y mujeres, lo que en términos porcentuales se traduce en un 28,6%. Todavía queda mucho por hacer.
Causas de la diferencia salarial entre hombres y mujeres
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha detectado como uno de los motivos de la brecha salarial la diferencia que existe en el número de contratos temporales en función del género. Las mujeres tienen mayor número de contratos de este tipo que los hombres, lo que implica salarios más bajos y una cotización inferior en la Seguridad Social.
Además, las personas jóvenes (rango en el que puede haber una mayor igualdad salarial) perciben sueldos más bajos y se encuentran en una situación más precaria lo que tampoco ayuda a reducir las desigualdades.
Por otro lado, el nivel de formación también influye a la hora de optar a mejores condiciones laborales y, si bien, últimamente la proporción de mujeres con estudios superiores está rebasando a los hombres, hasta hace relativamente poco la situación era inversa.
¿Cómo reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres?
En la sociedad actual todavía persiste un prejuicio de género que limita el acceso a determinados puestos de trabajos a mujeres. En base a este hecho, cada vez hay más leyes y normativas que promueven la erradicación de puestos sexistas para que las ofertas se realicen en base a las funciones que se van a desempeñar en ese puesto.
Además, muchas mujeres solo pueden acceder a contratos de tiempo parcial para poder conciliar su vida laboral con su vida familiar. Del mismo modo que un gran número de mujeres interrumpen su carrera laboral para dedicarse al cuidado de sus hijos. En ambos casos es necesario un cambio en la sociedad, donde la implicación en la crianza sea equitativa en todos los ámbitos. Por ello, medidas como la igualdad (y el obligado cumplimiento) en permisos de maternidad y paternidad, así como otras formas de conciliación como el teletrabajo, los horarios reducidos o las ayudas para las escuelas infantiles son muy importantes.
Por último, es necesario educar a la sociedad para que impulsar un cambio de roles de género que motive una igualdad salarial entre hombres y mujeres. La formación es un aspecto clave en el nivel de salarios y puestos de mayor responsabilidad, por lo que es necesario que el acceso a ella sea igualitario.
España tiene la tercera relación más alta entre el salario medio y el PIB por habitante