Sin freno y sin un objetivo final. El euríbor continúa subiendo y resulta casi imposible predecir su comportamiento de un mes para otro, ahora mismo ha alcanzado la tasa más alta desde 2008 hasta el 3%.
Son muchas las familias que están pendientes de la trayectoria que dibuja el euríbor porque en función de este indicador se calcula la mayor parte de las hipotecas de nuestro país.
El BCE subió en 0,5 puntos porcentuales el valor del dinero la semana pasada y la presidenta del organismo ya avanzó que en marzo se espera un nuevo incremento similar ya que su objetivo no es solo reducir la inflación sino situarla por debajo del 2%.
Si el dinero cuesta más los bancos pagarán por él un interés mayor que en el pasado por lo que los préstamos que las entidades concedan a familias y empresas se encarecerán. Este efecto, previsiblemente provocará que el crédito se frene.
Las subidas de los tipos del BCE, la escalada del euríbor y la incertidumbre son el cóctel perfecto para que los hipotecados con una variable estén con el corazón en un puño.
Para hacer frente a las subidas de la mensualidad de la hipoteca hay una serie de ayudas que pueden aliviar la situación. Las familias cuyas rentas sean menores a 25 mil euros pueden solicitar a su entidad bancaria una restructuración del préstamo, concretamente se puede pedir una carencia de 5 años, plazo en el cual no se pagarán las cuotas mensuales ni los intereses. El período de devolución se podrá prolongar durante 7 años, incluso 8 en situaciones especiales.
Para poder acceder a esta ayuda los solicitantes tendrán unos ingresos anuales de entre 25.200 y 29.400 euros, más de 50% de la renta mensual destinada a pagar la hipoteca. Además su préstamo ha de haber registrado una subida superior al 50% y el valor de la vivienda ha de ser inferior a los 300.000 euros.