La influencia de las nuevas tecnologías ha reformado la forma de vivir en los distintos ámbitos de la sociedad.
Las nuevas tecnologías han cambiado nuestra forma de vida, y ningún invento de las mismas ha tenido un impacto mayor en los últimos siglos que Internet. Nos comunicamos, comerciamos y nos informamos de nuevas maneras. No cabe duda que Internet lo ha cambiado todo.
No todos los sectores han sabido adaptarse al cambio de la misma manera, pero todos se han visto sacudidos por el tsunami online y han buscado el mejor modo de subirse al vagón. La mezcla de desarrollo tecnológico y el comercio global, se ha traducido en posibilidades colosales de crecimiento en todos los ámbitos, cuyos datos son indiscutibles: vivimos más que nunca, reducimos la pobreza más que nunca antes y tenemos un grado de libertad gracias a la globalización como nunca hemos soñado. Antaño vivíamos recluidos en nuestra pequeña parcela, hoy nuestro jardín es el mundo entero.
Pocos sectores han sabido beneficiarse tanto de estos cambios como el de los videojuegos. Desde el nacimiento del juego en línea, toda su industria se puso manos a la obra para aprovechar las tremebundas posibilidades que ofrecía al entorno digital. Si antes jugábamos al modo de historia de algún título y lo exprimíamos durante unas semanas hasta terminarlo y abandonarlo en un cajón, hoy ocurre algo muy diferente. Los juegos ya no se “terminan”. Somos nosotros los que los dejamos, si queremos. Ahora podemos jugar partidas contra cualquier persona de cualquier parte del mundo, y los desarrolladores se esfuerzan por crear mejoras y adaptaciones que alargan la vida de sus productos. Incluso, hemos llegado al extremo de ver juegos gratuitos, porque los creadores de dichos mundos ganan más dinero con las compras dentro del propio juego que en el acceso al mismo. Pequeñas compras que permiten mejoras se han convertido en moneda corriente en los videojuegos, cambiando completamente el panorama y la forma de jugar.
Y no sólo ha ocurrido en lo que solemos entender por videojuegos, sino que también se ha aplicado a otros sectores más de toda la vida, como pueden ser las cartas o los casinos. Antes uno solía jugar al póker con sus amigos un día a la semana o por el estilo. Hoy, si quieres, están a tu disposición varias partidas de manera simultánea donde se dan cita jugadores de todo el planeta. Lo mismo ocurre con la ruleta, las tragaperras o las apuestas deportivas de los casinos online. Se han adaptado al nuevo entorno. No es de extrañar que veamos su publicidad por todas partes, o que muchas casas de apuestas digitales y casinos online se cuenten entre los negocios más solventes del mundo: hoy cada país, interconectados, son su sala de juego.
La humanidad recuerda hoy la imprenta como un hecho que marcó un antes y un después en la historia. Lo mismo sucedió con la revolución industrial y muchos de sus logros. Dentro de unos siglos, la humanidad recordará el último tercio del siglo XX y comienzos del XXI de la misma manera, con la llegada de los ordenadores personales e Internet, como un hecho que cambió por completo la historia.
El futuro ha llegado…y nosotros con estos pelos.