Como ahorrar en la factura de la luz y reducir el consumo eléctrico es el sueño de toda familia española, y más ahora con los actuales precios del mercado eléctrico. No hay una fórmula mágica, pero si se combinan algunos pequeños consejos, se puede conseguir un importante ahorro de energía.
La forma de ahorrar en la factura de la luz no son sólo es la de utilizar menos electricidad, sino también la de ahorro y eficiencia energética. La eficiencia energética significa reducir el consumo sin disminuir la calidad de vida.
Desde el 1 de junio de 2021, en la factura de la luz se han establecido tres tramos horarios: Punta, Llano y Valle, para todos los hogares con potencia una contratada igual o inferior a 15 kW.
Con este nuevo sistema se puede ahorrar, si adaptamos nuestros usos y costumbres a los nuevos tramos. Esto no quiere decir que se tenga que poner una lavadora a las 4 de la madrugada, para que no nos cueste un ojo de la cara, o hace la comida a las 6 AM.
Solo hay que limitar el uso de los aparatos eléctricos que más consuman, en la hora punta (que es la más cara), a lo estrictamente necesario y seguir unos simples consejos que te daremos más abajo.
1. Gestiona mejor la iluminación de tu casa
Puede parecer obvio, pero una sola bombilla encendida en una habitación en la que no hay nadie es un desperdicio que debes eliminar. Aproximadamente el 12% de la electricidad consumida por un hogar procede de la iluminación.
En los lugares donde la gente va poco, como puede ser un sótano o un garaje, es mejor tener instalado un temporizador de apagado automático para que la luz no se quede encendida durante horas o incluso días.
En las habitaciones, cuando estén encendidas más de dos horas al día de media, es aconsejable utilizar bombillas LED, recordando comprar las de marcas conocidas, que son mucho más fiables y duraderas.
Por último, no olvides limpiar siempre las bombillas, ya que el polvo puede reducir su potencia lumínica hasta un 10% con el paso del tiempo.
Truco: se dice que reducir la intensidad de la luz por la noche tiene efectos positivos para conciliar el sueño y la calidad del mismo. Mediante un regulador de luz, puedes matar dos pájaros de un tiro: ahorrar luz y estar relajado.
2. No dejes los aparatos eléctricos en stand-by
Un consejo que desgraciadamente poca gente sigue es el de apagar por completo las radios, los televisores y cualquier otra cosa que no se utilice, nunca hay que dejarlos en espera (normalmente se sabe porque un piloto rojo está siempre encendido). El factor determinante también en este caso es la pereza, que lleva a pensar que el ahorro es tan insignificante que ni siquiera se calcula.
En este caso, basta con instalar tomas de corriente con un interruptor o, más sencillamente, utilizar regletas con un interruptor de luz. Esto no sólo le ahorrará hasta un 10% en su factura de electricidad, sino que también salvaguardará la vida de su valioso equipo.
Hay dos riesgos asociados a los aparatos electrónicos que siempre están conectados a la red eléctrica: una sobrecarga de energía causada por un rayo durante una tormenta y el recalentamiento de la placa de alimentación dentro del aparato, debido al calor desarrollado constantemente a lo largo de los años.
Desenchufa los cargadores de teléfonos y tabletas cuando no estén enchufados, ya que siguen consumiendo energía aunque no estén en uso.
Truco: Si, a pesar de lo anterior, te sigue pareciendo incómodo desconectar manualmente los distintos aparatos, puedes equiparte con una toma de corriente con temporizador. Se trata de tomas en las que se puede establecer la hora a la que deben apagarse los aparatos enchufados a ellos.
3. Adquiere electrodomésticos según su clasificación energética
La pegatina de colores que llevan todos los aparatos eléctricos, con las primeras letras del alfabeto, indica el grado de eficiencia de cada aparato. Siendo A los más eficientes y los de la letra G los que tienen un alto consumo de energía.
Esto no significa que tengas que sustituir todos los electrodomésticos de tu casa en bloque, sino que cuando los sustituyas uno a uno por diversos motivos, debes acordarte de comprar un electrodoméstico de alta eficiencia.
Paralelamente a la letra, hay también una franja de color, que debe ser verde. A menudo, las más eficientes cuestan más, ya que utilizan una tecnología más moderna y refinada, pero te permiten ahorrar dinero más adelante al reducir tus facturas. El signo + después de la letra divide la escala de valoración basada en el alfabeto en tres pasos más. El símbolo A+++ será, por tanto, el de mayor eficiencia energética.
Truco: para ahorrar electricidad, es aconsejable comprar aparatos con la letra A, o como máximo con la letra B.
4. Pequeños trucos para ahorrar electricidad en la cocina
Algunos gestos sencillos y de sentido común pueden ayudarte a ahorrar luz en la cocina:
- Tapa las ollas durante la cocción.
- Reduce la potencia en cuanto hierva el agua.
- Utiliza ollas un poco más grandes que la placa de cocción y siempre que se pueda que sean ollas a presión (más rápidas y eficientes).
- Utiliza el calor rotativo de tu horno (si tiene esta opción).
- Usas placas de inducción que consumen entre un 20 y un 25% menos de electricidad que otros tipos de placas.
- En lugar de descongelar un producto congelado en el microondas, colócalo en la nevera con bastante antelación. Se descongelará más lentamente, pero ayudará a mantener la nevera fría. Así se ahorra el doble de electricidad.
- Descongela el frigorífico y el congelador regularmente, la acumulación de hielo provoca rápidamente un consumo excesivo de electricidad, aunque es fácil de evitar.
- A antes de meter los alimentos en la nevera, introdúcelos en bolsas o cajas. Esto limitará la condensación y producirá mucha menos escarcha.
- Utiliza las funciones “eco” de la lavadora y el lavavajillas. La mayoría de las lavadoras y lavavajillas más modernas disponen de un botón o programa “eco” que reduce considerablemente el consumo de electricidad y agua, siendo tan eficiente como los programas convencionales. El tiempo de lavado suele ser más largo, pero la buena noticia es que no tienes que estar delante de la máquina.
- La lavadora debe utilizarse a temperaturas inferiores a 60 grados; normalmente 40 grados es una temperatura adecuada para la mayoría de los lavados.
- Evita colocar el frigorífico cerca de fuentes de calor como el horno o los radiadores y recuerda mantenerlo abierto lo menos posible y descongelarlo cuando sea necesario.
- El horno se puede apagar cuando casi ha terminado de cocinar, utilizando la temperatura residual para que acabe de cocinar.
- Si tienes un lavavajillas, es aconsejable, siempre que sea posible, realizar un único ciclo de lavado por la noche; es aconsejable eliminar las partes gruesas de la suciedad a mano, para no obstruir el filtro y que aumente el consumo.
5. Controla el consumo de agua caliente.
Para evitar quemarte y al mismo tiempo reducir el consumo de electricidad, regula tu calentador de agua eléctrico a unos 55°C. Hay mucha gente que llega a apagarlo en verano.
Sin llegar a esos extremos, unos simples gestos te permitirán consumir mucha menos agua caliente: evita las duchas largas con agua hirviendo, lava la vajilla poco sucia en agua fría y aclararla siempre en agua fría, apaga el calentador de agua si vas a estar fuera durante un largo periodo de tiempo… El mantenimiento de tu calentador de agua también es esencial: si está escaldado, consumirá mucha más electricidad.
Si te lo puedes permitir, sustituir tu calentador de agua eléctrico por un calentador solar, puede hacerte ahorrar en la factura de la luz, una considerable cantidad de dinero.
Truco: si lavas los platos a mano, un fregadero doble te permite utilizar menos agua. Si no tienes un fregadero doble, un pequeño balde cerca de la pila del fregadero te permitirá lavar platos y vasos con agua caliente sin forzar demasiado tu calentador de agua y luego aclararla con agua fría.
6. Mantén una temperatura optima en tu hogar
Reducir el consumo de energía significa ahorrar dinero, y durante los meses más calurosos o los más fríos del año, cuando el uso del aire acondicionado o de la calefacción se hace inevitable, conocer y aplicar algunas estrategias de ahorro de energía puede marcar la diferencia para evitar el despilfarro.
Cómo ahorrar con el aire acondicionado en verano
- La primera regla para para ahorrar en la factura de la luz y permitir que el aire acondicionado funcione en optimas condiciones, es ajustar la temperatura correcta. Reducir demasiado los grados no es, desde luego, la solución ideal para reducir los costes de la factura eléctrica; al contrario, producirá un consumo energético aún mayor. La diferencia máxima de temperatura entre el interior y el exterior debe ser de 8° y la temperatura más adecuada es de 22 °C. No olvides que tu factura de electrica puede aumentar hasta un 8% por cada grado adicional de temperatura más baja que pongas.
- Enfría sólo las habitaciones en las que estás.
- Utiliza cortinas y persianas para evitar el calor. Elige cortinas y persianas de colores claros, ya que te ayudarán a alejar los rayos del sol, reduciendo la ganancia de calor en el interior de tu casa hasta en un 77%. La luz solar directa puede aumentar la temperatura de una habitación entre 10 y 20 grados.
- Asegúrate de revisar los filtros de aire y mantenerlos limpios y libres de residuos: si el flujo de aire está restringido, tu sistema tendrá que trabajar el doble y esto le costará mucha más energía. Es una operación sencilla que puede aumentar la eficiencia de tu aire acondicionado entre un 5% y un 15%.
- Usalo solo cuando sea estrictamente necesario. El consumo medio de un sistema de aire acondicionado es de entre 400 y 600 kilovatios hora por cada 500 horas de uso, por lo que hay que utilizarlo sólo cuando sea necesario. Si tu aire acondicionado no tiene temporizador, puedes apagarlo en tu ausencia con un temporizador. Un temporizador programable puede ahorrarte hasta un 10% en el consumo de electricidad.
- Elige aparatos con la tecnología del inverter. Al adaptar la velocidad del motor a las necesidades del entorno, es decir, a la necesidad real de calor o frío en el hogar, estos climatizadores permiten ahorrar un 30% de electricidad, al tiempo que contribuyen a reducir las emisiones nocivas para el medio ambiente.
Además, estos modernos aparatos están fabricados con altos estándares de ahorro energético, lo que les permite consumir entre un 30% y un 50% menos de energía que los más antiguos: un aparato de eficiencia energética de clase A o A++ reduce el consumo de energía en un tercio y, por tanto, los costes en la factura.
Cómo ahorrar con la calefacción en invierno
- La calefacción (eléctrica o no) representa una media del 60% del consumo energético de una vivienda. Por lo tanto, se puede ahorrar mucho si se calienta mejor: bajar la temperatura 1°C puede reducir la factura en un 7% aproximadamente.
- Realizar un correcto el mantenimiento. La calefacción consume menos y contamina menos cuando se regula correctamente, con filtros limpios y sin depósitos de cal.
- Mantén una temperatura correcta. Lo más aconsejable, en el hogar, es una temperatura de hasta 22 grados, pero 19 grados es más que suficiente para garantizar el confort necesario. Cada grado adicional supone un importante consumo de energía, con el consiguiente aumento de la factura energética.
- Abre las ventanas de par en par una vez al día durante unos minutos (con la calefacción apagada). Esto ventilará tu casa y reducirá la humedad. El resultado: la calefacción será más eficiente.
- Colocar una simple hoja de papel de aluminio, entre el radiador y la pared ayuda a reducir las pérdidas de calor hacia el exterior.
7. Mejora el aislamiento de tu casa para ahorrar en la factura de la luz.
Renovar las ventanas, las puertas, y el aislamiento de las paredes puede tener un impacto considerable en el consumo de energía, pero obviamente tiene un coste y no debe hacerse a la ligera.
Antes de emprender una obra importante, es posible limitar las pérdidas de calor con algunos gestos sencillos: poner cortinas entre las zonas de paso (pasillos, entradas, puertas, etc.), colocar tubos de goma en los umbrales de puertas y ventanas, cerrar las persianas o aislar el depósito de agua caliente
8. Como ahorrar en la factura de la luz con un sistema fotovoltaico
Si quieres obtener un ahorro energético considerable, los paneles fotovoltaicos, que convierten la luz en electricidad, son la solución adecuada. Te permiten consumir la electricidad producida y vender el excedente a la red.
La electricidad producida por los paneles fotovoltaicos debe consumirse inmediatamente, pues de lo contrario se pierde. Pero, afortunadamente, este sistema le permite vender cada kW sobrante a la red eléctrica si lo deseas. A la inversa, si su producción es insuficiente, toma la electricidad que falta de la misma red.
Es un error pensar que una instalación fotovoltaica sólo es rentable en verano, ya que es demostrable que incluso un día de otoño con cielo parcialmente nublado es suficiente para conseguir un rendimiento considerable y ahorrar en la factura de la luz.
Por lo tanto, se puede ahorrar en la factura de la luz, a la vez que nos pagan por la energía extra producida. También es posible almacenar la energía producida mediante baterías, para utilizarla más tarde o por la noche.. Sin embargo, su coste sigue siendo elevado y son las instalaciones minoritarias actualmente.
9. Ahorra en la factura de la luz cambiando de proveedor
El mercado libre de la electricidad ha allanado el camino a la competencia, y con un poco de cuidado, y tras buscar lo que más nos interese, se pueden encontrar ofertas que se adapten a cada familia y conseguir para ahorrar en la factura de la luz
Hay que tener en cuenta que no hay una oferta perfecta ni el proveedor más barato, pero sin duda hay una tarifa ideal para las necesidades de cada familia. En este caso, el mejor consejo es utilizar un cómodo comparador de ofertas y luego pedir un presupuesto para ahorrar en la factura de la luz.
Además de todo lo anterior, si estás considerado consumidor vulnerable y tienes contratada una potencia inferior a 10 Kw puedes solicitar el bono social. Este bono otorga un descuento del 25%. O si eres considerado vulnerable severo del 40%.
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