Aunque el precio de la luz tiene, evidentemente, un peso en la factura que recibe el consumidor, no es el único elemento que se ve reflejado.
Con un mercado con tendencia alcista que está marcando cifras récord, es normal preocuparse antes de recibir la factura energética.
Pese a que el precio de la luz es importante para el coste general de la factura, en concreto, tiene un peso cercano al 25% del total, por lo que el impacto real del récord alcanzado no es tanto como cabría esperar, aunque tampoco se puede menospreciar.
Por contra, elementos como el coste de las redes de transporte y distribución; costes asociados al fomento de las renovables, a las extrapeninsulares y las anualidades del déficit de tarifa, representan alrededor del 50-55%, el grueso de la factura eléctrica. Mientras que el porcentaje restante, corresponde a los impuestos.
Ahora bien, estas variaciones en el precio de la luz en el mercado mayorista afecta fuertemente a los más de 10 millones consumidores que han contratado la tarifa regulada (PVPC). Para los 17 millones de usuarios que están en el mercado libre, esta tendencia alcista del precio de la luz no les afecta debido a que han acordado un precio con su compañía energética.
El Gobierno no encuentra respuesta para bajar el coste el precio
Si bien el pasado 24 de junio el Gobierno aprobó, luego de una gran presión de los actores sociales, reducir los impuestos que se aplican al suministro de energía eléctrica para disminuir el coste de la factura de la luz de los hogares, los autónomos, las pymes y el conjunto de las empresas, la medida no ha tenido un impacto real.
De acuerdo a Facua-Consumidores en Acción, la factura energética de un usuario promedio ha aumentado un 34,6% en la primera quincena de julio en comparación con el mismo mes del año pasado.
Facua estima que de seguir evolucionando así las tarifas, la factura mensual alcanzaría los 84,35 euros, un aumento de más de 3 euros respecto al recibo de junio, que alcanzó los 81,27 euros, y convirtiéndose en el tercer recibo más caro de la historia.
De acuerdo al histórico de precios, las cinco facturas más elevadas han sido los 88,66 euros del primer trimestre de 2012, los 87,81 euros de enero de 2017, los 83,55 euros de septiembre de 2018, los 82,13 euros de mayo de 2021 y los 81,55 euros de febrero de 2021.