1. Subir el termostato de 20 a 24ºC una temperatura suficiente para mantener fresca una estancia garantiza un ahorro de unos 20 euros al mes en la factura eléctrica. Se calcula que por cada grado que se sube, se ahorra un 10%.
2. Cuando el aire acondicionado esté encendido es importante mantener cerradas todas las ventanas y bajar las persianas donde incidan directamente los rayos del sol.
3. Utilizar un aparato con etiqueta energética A++ o A+++ supone una mejora significativa en la eficiencia, sobre todo si incluye un modo de Ahorro Energético que supone otra reducción de hasta el 30% de la factura.
4. También ayuda en el ahorro el ventilar la casa a primera hora de la mañana, sobre todo si hay ventilación cruzada por donde circule el aire fresco. Igual que priorizar durante unas horas el uso de un ventilador: consume dos o tres veces menos.
5. Al menos una vez al año se deben limpiar los filtros del aire acondicionado para eliminar el polvo, el polen y las fibras. Ayuda a combatir las alergias y a que el equipo sea más eficiente.
Elegir entre el aire acondicionado y el ventilador
A los que la economía no le des para el aire acondicionado tendrán que optar por el ventilador. El uso del aire acondicionado durante una semana puede aumentar la factura hasta 19 euros. El ventilador sale bastante más barato.
Refrescarse con el aire acondicionado es mucho más caro que con un ventilador y la diferencia de costes es considerable. Tener el aire puesto con la tarifa de hoy todo el día, en plena ola de calor, cuesta algo más de 5 euros, mientras que con el ventilador 68 céntimos. Una diferencia de cuatro euros y medio que si lo sumas durante un mes te supone unos 20 euros.