Bruselas plantea extender la «excepción ibérica» a toda la UE y limitar el precio del gas para contener los precios

La Comisión Europea (CE) propone extender de manera temporal a toda la Unión Europea (UE) la llamada «excepción ibérica», adoptada por España y Portugal el pasado junio, que permite a ambos países poner un tope al precio del gas en el mercado mayorista y evitar así que su precio empuje al alza el coste de la energía eléctrica.

Esta es una de las iniciativas contempladas en un documento con medidas para hacer frente al alto precio de la energía, motivado por la guerra de Ucrania, al que han tenido acceso las agencias Efe y Europa Press, y que será discutido en la reunión de ministros de Energía de este viernes. El documento de propuestas ya ha sido enviado a los países miembros, según fuentes diplomáticas.

Otra es limitar el precio del gas en las importaciones, tanto rusas como de otros países, una medida que esta misma semana han solicitado España y otros 14 países.

La Comisión recuerda que la prolongada situación de los altos precios del gas se ha traducido en «facturas energéticas récord» tanto en los hogares como para las empresas europeas y advierten de la «preocupación generalizada» por el impacto de estos precios en el coste de vida, la inflación y la competitividad europea.

«Excepción ibérica» para todos

La Comisión plantea que una de las medidas sea limitar el precio del gas en la generación de electricidad «en un nivel que ayude a reducir los precios eléctricos sin derivar en un mayor consumo de gas. El coste entre el límite y el precio de mercado será asumido por el sistema eléctrico en los Estados miembros».

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se ha mostrado públicamente a favor de una medida como esta.

Además, la CE propone fijar «un precio máximo al por mayor en todos los intercambios dentro de la UE», que requeriría también «reemplazar el mercado por un sistema administrado centralmente para la asignación y el racionamiento del gas, así como para financiar la diferencia entre el precio tope y el precio de mercado global».

Bruselas también contempla reducir el peso del índice gasístico neerlandés TTF Dutch de referencia en Europa, porque no traslada adecuadamente los precios del gas natural licuado (GLN), que llega a la UE por barco.

«Un nuevo punto de referencia de GNL basado en transacciones, con datos objetivamente verificables (…) proporcionaría un valioso punto de referencia para participantes del mercado para ser utilizados de forma voluntaria», considera el texto.

También propone reforzar la vigilancia sobre el comportamiento de los mercados.

Límite al precio del gas ruso

La Comisión también contempla fijar un precio máximo a las importaciones de gas de Rusia y considerar «ilegal» cualquier «importación de gas ruso cuyo precio supere este umbral».

El G7 acordó también un tope al precio del gas ruso. Sin embargo, expertos y responsables económicos han advertido que esta medida será de difícil aplicación, y Rusia ha hecho saber que no admitirá el establecimiento de ningún tope ni funcionar en condiciones de «no mercado».

La Comisión propone que el tope al precio se extienda a todas las importaciones de gas en la UE, no solo las rusas, como han reclamado por escrito 15 países, entre ellos España.

Pero esto limitaría el precio de las transacciones dentro de la UE, por lo que sería necesario crear «una entidad para reemplazar el mercado y asumir muchas tareas de gestores de redes de transporte para distribuir gas entre los Estados miembros».

Para avanzar en esa dirección sería igualmente necesario «introducir un marco de reducción de la demanda significativamente más drástico» para hacer frente al aumento de la demanda debido a un precio más bajo.

«Además, el riesgo de provocar interrupciones en el suministro de terceros países es más alto para un tope generalizado de precios mayorista que para un tope de precios en las importaciones de gasoducto», añade la Comisión.