Ayuso ‘torea’ las críticas y dispara las ayudas a los toros

Isabel Díaz Ayuso está ‘toreando’ las críticas y ayudando a unos de los sectores más discriminados de la Cultura: los toros.

La Comunidad de Madrid anunció una nueva línea de ayudas directas para los ganaderos de reses bravas por valor de tres millones de euros que, sumados a los más de cuatro millones que figuran en los presupuestos, anuncian un gasto récord para la tauromaquia en la región.

Enmarcado en un plan de acción para paliar las pérdidas ocasionadas por la pandemia, los ganaderos madrileños que no se beneficiaron el año pasado de las ayudas públicas recibirán 500 euros por cada vaca madre mayor de 18 meses, hasta un límite de 100.000 euros por ganadería.

Se trata de la segunda línea de ayudas directas que concede Díaz Ayuso a los ganaderos, pero esta vez con unos requisitos menores. De la partida de tres millones del año pasado, solo se pudo destinar en torno a un tercio, ya que las condiciones para acceder a la subvención eran más estrictas y solo cubrían el 35% de las vacas madres de cada ganadería.

Desde la CAM, confían en que puedan beneficiarse todas las explotaciones de la comunidad, cifradas en 64 según sus registros, aunque hay discrepancias con este dato, ya que el Ministerio de Cultura solo tiene constancia de 53.

A estas ayudas directas hay que añadir los 4,1 millones que figuran en los presupuestos de la CAM, prorrogados desde 2019, y que se emplean para sufragar algunas corridas (Extraordinaria de Beneficencia y Dos de Mayo), exposiciones, escuelas taurinas y los gastos de remodelación de la plaza de Las Ventas.

En total, más de siete millones de euros que suponen un máximo en inversión pública para una fiesta que pierde adeptos cada año desde hace décadas. En los últimos 10 años, el toro ha perdido la mitad de sus corridas —han sido prohibidos en varias ciudades—, ha sido fuertemente politizado y apenas tiene espacio en los principales medios de comunicación.

Las subvenciones han sido bien recibidas por el sector, que se considera uno de los más afectados por la ausencia de público en los recintos. «Leyendo la cifra puede parecer mucho dinero, pero lo cierto es que es una partida más que necesaria, porque los ganaderos de reses bravas se han visto obligados a vender sus reses a las empresas cárnicas durante la pandemia por la falta de festejos. Vender un toro de lidia para consumo es uno de los peores negocios que se pueden hacer, se pierde muchísimo dinero», afirma Jorge Fajardo, presidente de las federaciones taurinas de Madrid y de España.