El caso sucedió en San Juan de Aznalfarache, Sevilla, donde una peluquera y otra mujer estafaron a 21 víctimas al hacerse pasar por inversoras de bolsa
Una peluquera de San Juan de Aznalfarache (Sevilla) y otra mujer han sido condenadas a un año de cárcel y 21 meses respectivamente por estafar más de 900.000 euros a medio centenar de víctimas ante las que se hicieron pasar por expertas inversoras de capitales en bolsa y derivados del petróleo.
En dos sentencias a las que ha tenido acceso Efe, la segunda fechada el 12 de diciembre, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla condena a A.B.G.A. a un año de cárcel y 1.080 euros de multa y a D.S.G. a un año y nueve meses de prisión y la misma multa por un delito continuado de estafa.
El tribunal estima la atenuante de confesión en el caso de la primera acusada, la peluquera, ya que reconoció los hechos a la Guardia Civil desde las primeras diligencias, entregó «documentación relevante» e informó de la participación de la otra procesada, que ya tenía tres condenas previas por estafa.
A otros acusados en el caso, el hermano y el marido de A.B.G.A., la Sala los considera cómplices e impone respectivamente cinco meses de prisión y una multa de 720 euros a J.D.G.A., al que también aplica la atenuante de confesión, y siete meses de cárcel y 900 euros de multa a F.J.C.L.
Además, los cuatro encausados deberán indemnizar solidariamente a las 56 víctimas con la cantidad estafada, 912.600 euros.
RENTABILIDADES ENTRE 20 Y 50% EN UN MES
El tribunal considera probado que las dos principales acusadas, «con la intención de obtener un beneficio económico a costa de lo ajeno», simularon tener «conocimiento y relaciones con empresas dedicadas a la inversión de capitales en bolsa, derivados del petróleo u otras operaciones financieras que generaban gran rentabilidad» y desde mayo de 2011 consiguieron de conocidos de A.B.G.A. «pequeñas cantidades en efectivo». Las mujeres prometieron a sus víctimas que su dinero iría a una sociedad inversora de Barcelona, Brokers Finance, y les aseguraron rentabilidades de entre el 20 y el 50% «en tan sólo un mes».
«Para dar seguridad al engaño» empezaron a pagar esa rentabilidad «con las cantidades recaudadas de otros inversionistas», con lo que además generaron «confianza en terceros sobre la seriedad y solvencia» de esas operaciones y obtuvieron «numerosas captaciones de entornos de los primeros clientes».
En octubre de 2011, las dos mujeres y el esposo de A.B.G.A. constituyeron la sociedad Chibelo Inmo Finance, abrieron un local en El Puerto de Santa María (Cádiz), lugar de residencia D.S.G., y dieron de alta la sociedad tanto en «servicios inmobiliarios» como «comercio al por menor y arrendamiento de vehículos terrestres y fluviales» y «peluquería de señoras y caballeros», que era la «profesión real» de la principal acusada.
Parte del dinero estafado por la peluquera, además, fue usado para financiar a otra persona, A.A.A., quien desde octubre a diciembre de 2011 regentó en El Puerto un negocio de icioterapia, dedicado a la pedicura y limpieza de pies mediante su inmersión en un recipiente con peces, por lo que este varón responderá como partícipe a título lucrativo.