A medida que más y más países reabren sus fronteras a los ávidos turistas, ha surgido una nueva frase de moda en las redes sociales: el viaje por venganza o de desquite.
El término se ha utilizado para describir viajes tan variados como reuniones familiares, las vacaciones de gran derroche y las visitas a los lugares favoritos, lo que lleva a una pregunta: ¿a qué se refiere?
El término «venganza» suele tener una connotación negativa, que contradice la sensación de alegría y entusiasmo que tiene mucha gente al hacer sus primeras vacaciones en más de dos años.
Pero la idea de «viajar por venganza» parece ser más una cuestión de amor por el viaje que de esperar que un destino específico te compense. A menos que, por ejemplo, Rumania te haya robado la novia o Perú te haya despedido del trabajo, suena extraño vengarse de un lugar.
Quizá el «viaje de venganza» pueda interpretarse como una venganza contra la pandemia, o contra el covid-19 mismo.
En serio. ¿De qué se trata?
«Los viajes de venganza son un término de moda en los medios de comunicación que se originó en 2021, cuando el mundo empezó a reabrirse y la gente decidió recuperar el tiempo perdido», dice Erika Richter, vicepresidenta de la Sociedad Estadounidense de Asesores de Viajes (ASTA, por sus siglas en inglés).
Parte del problema es que no hay una buena manera de describir el estado de ánimo actual de los viajes en todo el mundo. El término «viaje pospandémico» no es del todo exacto, ya que la pandemia no ha terminado en muchos lugares. Distintos países y regiones operan con plazos diferentes, y mientras algunos ya eliminaron todas las restricciones de entrada, otros siguen estrictamente controlados o incluso cerrados a los visitantes extranjeros.
Richter está de acuerdo con el sentimiento general detrás del concepto, aunque no utilice el término «viaje de venganza».
«Es otra forma de decir: ‘Oye, la vida es corta. Quiero reservar ese viaje. Quiero pasar más tiempo con la familia. Quiero conectar con la humanidad y con la naturaleza. Quiero explorar el mundo y buscar experiencias que me hagan sentir viva’».
No es la única del sector turístico que se esfuerza por saber cómo hablar del «viaje por venganza» como tendencia.
«No creo que el prefijo ‘venganza’ sea apropiado para lo que deberían ser los viajes», dice Travel Rory Boland, editor de la revista Which? Califica los «viajes de venganza» como un «término feo».
Sin embargo, reconoce que la gente ha conectado claramente con la frase.
«Lo que intenta captar, creo, es el deseo que tiene mucha gente de volver a viajar, de ver nuevos lugares y conocer gente nueva, después de un periodo que se ha sentido estático y monótono».
¿Quiénes lo están haciendo?
Utilicen o no el término «viaje de venganza», muchos viajeros informan que están realizando su primer gran viaje desde el comienzo de la pandemia.
Deborah Campagnaro, quien vive en la Columbia Británica, Canadá, es una de ellas.
Se jubiló de su trabajo de servicios de inversión de más de 30 años durante la pandemia y estaba deseando irse de vacaciones para celebrarlo con su marido. La pareja hizo un viaje en grupo a Nepal en 2016 para recorrer el Circuito de los Annapurnas, una desafiante caminata por algunos de los picos más altos del país.
Les gustó tanto el viaje que habían planeado volver a Nepal, esta vez con una ruta personalizada. Los confinamientos relacionados con la pandemia y las dificultades meteorológicas les obligaron a posponerlo varias veces. Finalmente, pudieron confirmar sus pasajes y reservas para septiembre de 2022.
Campagnaro y su marido se van a dar el gusto de pasar más tiempo y experiencias en lugar de lujosas estancias en complejos turísticos. Se quedarán en Nepal durante un mes entero y han añadido unos días en la ciudad lacustre de Pokhara como regalo.
«Eso no habría ocurrido antes», dice sobre el viaje. «Lo hacemos ahora porque podemos. Es muy, muy agradable tener un tiempo de descanso allí después de hacer senderismo».
Brittney Darcy, residente de Rhode Island, también está ansiosa por realizar un viaje que se ha pospuso por la pandemia.
Esta joven, de 26 años, ha soñado con ir a París desde que era una niña que veía su película favorita, «Sabrina». Pero el viaje previsto para el verano de 2020 con su novio se canceló cuando estalló el covid-19.
Ahora, por fin ha reprogramado sus vacaciones soñadas, pero con más paradas y algunas mejoras. En lugar de cinco días en París, pasará dos semanas en Francia e Italia.
«Hice un viaje a través del país durante la pandemia de covid-19, pero no fue suficiente y siempre he querido ir a París e Italia y nunca los he hecho. Somos jóvenes y ¿por qué no?», dijo.
El dinero que se ahorró por no viajar durante dos años lo está invirtiendo en mejorar sus vacaciones. En lugar de hacer una escala en Islandia o Irlanda, Darcy y su novio pagaron más por un vuelo directo desde Boston.
Darcy admite que nunca había escuchado el término «viaje de venganza», pero una vez que lo hizo, fue un término perfecto para describir su viaje por Europa.
«El covid me ha hecho menos austera. Solo se vive una vez, así que mejor gastar mi dinero en experiencias».
Recuperar el tiempo perdido
Una cosa está clara: a medida que se generalizan las vacunas y las puertas vuelven a abrirse, la gente de todo el mundo está deseando volver a salir.
La empresa de reservas de viajes Expedia hace un seguimiento de los datos de búsqueda online relacionados con los viajes y el turismo. En 2021, el mayor aumento del tráfico medio de búsquedas de viajes, un 10%, se produjo en mayo, la semana siguiente a la votación de la Unión Europea para prorrogar su contrato con Pfizer y aprobar la vacuna para su uso en adolescentes.
La encuesta de Expedia reveló que el 60% de los consumidores tenía planes de viajar a nivel nacional y el 27% de viajar a nivel internacional en 2022.
Y muchos de estos viajeros están dispuestos a gastar más dinero en unas vacaciones que en el pasado.
Dos años más o menos de quedarse en casa significa que algunas personas han ahorrado dinero y ahora pueden derrochar en un hotel más elegante, un pasaje de avión de primera clase o una experiencia única en la vida.
Además, cada vez más empresas han cambiado permanentemente sus políticas de trabajo a distancia tras la pandemia.
Una encuesta de Pew, publicada en febrero, mostró que el 60% de los trabajadores con empleos que pueden realizarse desde casa dijo que le gustaría trabajar remotamente todo o la mayor parte del tiempo cuando la pandemia haya terminado, si se les da la opción.
Para algunas personas, trabajar remotamente no significa necesariamente hacerlo desde casa: podría significar probar un Airbnb en otro país y pasar varias semanas allí combinando trabajo y viaje.
Algunos destinos están tratando de atraer abiertamente a los trabajadores a distancia. Islas caribeñas, como Barbados y Anguila, han ofrecido visados específicamente para trabajadores a distancia o «nómadas digitales» como forma de impulsar el turismo.
Ya sea que le llamen “viaje de venganza» o no, es evidente que la gente ha cambiado su mentalidad sobre los viajes desde que comenzó la pandemia, y esa sensación de «¡oh, por fin!» tiene mucho poder para vender vuelos y paquetes hoteleros.
Una de las personas que participa en esta tendencia es Christie Hudson, jefa de Relaciones Públicas de Expedia, que trabajó en la encuesta sobre viajes de la empresa.
«Sinceramente, no me sorprendió mucho [los resultados de la encuesta], simplemente porque las conclusiones coincidían mucho con lo que yo sentía personalmente», afirma. «Durante mi última escapada de fin de semana, reservé varias citas en el spa y mejoré nuestros vuelos a primera clase. Sentí que me lo merecía».
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