Una cumbre con una urgencia por un acuerdo pero marcada por las diferencias

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En una nueva cumbre europea, los jefes de Estado y de Gobierno de los miembros de la UE han resaltado la necesidad de llegar a un acuerdo

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han remarcado este viernes la urgencia de conseguir un acuerdo sobre el presupuesto comunitario y el fondo de reconstrucción económica, pero muchos de ellos se han mostrado escépticos sobre la posibilidad de lograrlo porque las diferencias siguen siendo profundas y las negociaciones serán «muy difíciles».

Así se ha expresado, por ejemplo, la canciller de Alemania, Angela Merkel, quien ha asegurado que los líderes afrontan la cumbre con «energía» a pesar de que sus diferencias siguen siendo «muy, muy grandes». «Por eso no puedo anticipar si llegaremos a algún resultado esta vez», ha lamentado la alemana.

El presidente de Francia Emmanuel Macron, por su parte, se ha mostrado «optimista pero prudente» de cara a las negociaciones, pero ha advertido de que «está en juego el proyecto europeo» y ha subrayado que ha llegado el momento «de la verdad y la ambición» para la UE.

A su vez, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha afirmado ser «consciente» de las «divergencias existentes» entre los Veintisiete, pero ha añadido que deben ser capaces de «superarlo» con «gran determinación», no sólo «por los intereses de los ciudadanos italianos que han sufrido y están sufriendo», sino también «en el interés de todos los europeos».

Independientemente de las dificultades, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha remarcado que los jefes de Estado y de Gobierno están «obligados» a alcanzar un acuerdo en una cita que ha calificado como histórica.

España, ha dicho, acude a la cumbre «con el ánimo de llegar a un acuerdo», pero también de defender intereses nacionales en cuestiones clave como la PAC o las condiciones del fondo de recuperación.

En una línea similar, el griego Kyriakos Mitsotakis ha asegurado que no existe «absolutamente ninguna razón para no conseguir un acuerdo», al tiempo que ha advertido de que «lo que está en juego son los principios de unidad y solidaridad europea».

«Ahora nos corresponde a nosotros responder a las preguntas y necesidades de nuestros ciudadanos para una recuperación vede, inteligentes e inclusiva. Para eso, espero que sea posible alcanzar un acuerdo rápido este fin de semana», ha expresado el mandatario portugués, António Costa.

El contrapunto a estas declaraciones lo ham puesto el presidente de Lituania, Gitanas Nauséda, quien ha asegurado que no es «tan optimista» con respecto a finalizar la cumbre de este fin de semana con un acuerdo, pero ha recalcado que en cualquier caso «será un gran paso adelante». También la finlandesa Sanna Marin ha augurado unas conversaciones «bastante difíciles»

MEDIDAS DE SEGURIDAD Y DISTANCIA SOCIAL.

La llegada de los líderes a la sede del Consejo se ha organizado de modo que no coincidieran a la llegada para que pudieran hacer declaraciones –sin preguntas– respetando las medidas de distanciación.

Michel les ha recibido en una sala que no es la habitual de los líderes, pero sí la más grande disponible para la negociación, a donde han ido llegado también de manera escalonada, protegidos con mascarilla y saludándose con gestos en la distancia y algún choque de codos.

Sobre la mesa la última propuesta elaborada por el presidente del Consejo europeo, que recoge una serie de cesiones hacia los países del norte en aras del acuerdo. Sin embargo, mantiene el tamaño del fondo de reconstrucción en 750.000 millones y la proporción de transferencias y préstamos, algo que cuestionan Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Austria o Finlandia.

Otro punto importante del debate será la condicionalidad para obtener las ayudas europeas. En este punto, el holandés Mark Rutte es el más duro y reivindica que su gobierno tenga capacidad de vetar los planes de reformas del resto de socios si considera que no son lo suficientemente ambiciosos o no recogen reformas laborales o de pensiones adecuadas.

También está en juego el presupuesto de la UE para el periodo 2021-2021 que los países de norte desean recortar a costa de tajos en programas de gran interés para España, como los fondos agrícolas o la política de cohesión.

Además de las cuestiones meramente económicas, países del este del bloque como Hungría o Polonia se oponen a que se incluya un mecanismo para el acceso a las ayudas vinculado al respeto del Estado de derecho. «No estamos de acuerdo con un análisis arbitrario del Estado de derecho. No hay razones para vincularlo con las negociaciones presupuestarias»; ha resumido el primer ministro placo, Mateusz Morawiecki.

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