La multinacional ha tenido que esperar dos años para acometer un proyecto 1.300 millones en el sector de autopistas.
Sacyr ha firmado un acuerdo con el Gobierno de Paraguay que le permitirá cerrar la financiación y, por lo tanto, acometer el proyecto de autopistas que logró en el país hace dos años, en octubre de 2016, estimado en 1.470 millones de dólares (unos 1.300 millones de euros).
El contrato, con el que la compañía desembarcó en el país, consiste en la ampliación, mejora y posterior explotación durante treinta años de dos autopistas, la Ruta 2 y la Ruta 7, que suman 170 kilómetros de longitud.
Dos años después de su adjudicación, Sacyr indica que ha acometido las obras del ‘tramo cero’. No obstante, acaba de firmar un acuerdo con el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones que, según asegura, permitirá cerrar la financiación del proyecto e iniciar su construcción.
En virtud del acuerdo, que se incluye mediante una adenda al contrato, el Ministerio se compromete a un calendario de entrega de los terrenos necesarios para acometer las autopistas.
Este compromiso permitirá que los bancos aporten la financiación para acometer las obras. Las entidades, que según Sacyr mantienen sus cartas de compromiso, habían fijado dicha entrega de terrenos como una «condición previa e ineludible para firmar la financiación» para acometer la obra.
Se trata, según la compañía, de un proyecto emblemático. Las dos autopistas conformarán el corredor más importante del país, toda vez que la zona por la que discurren concentra el 70 por ciento de la actividad económica nacional.
Además, se trata del primer proyecto que Paraguay lanzó al amparo de la nueva ley de construcción de obras en alianza con el capital privado.
Del importe total del contrato, unos 520 millones de dólares (unos 456 millones de euros) corresponden a los trabajos de construcción, que supone actuar por los referidos 170 kilómetros de autopistas para duplicarlas y mejorarlas.
Posteriormente, la compañía y sus socios en el proyecto se encargará de su explotación. Sacyr logró este proyecto a través de un consorcio que lidera su filial Sacyr Concesiones y completan la portuguesa Mota Engil y la local Ocho A.