Las sanciones impuestas de Estados Unidos sobre Venezuela puede tener efectos colaterales para las compañías europeas que operan en el país, lo que ha provocado la reacción inmediata de Bruselas. «Nuestra posición es conocida, nos oponemos a la aplicación extraterritorial de medidas unilaterales», ha señalado un portavoz comunitario.
Recordemos que en el país siguen aún presentes centenares de empresas europeas, entre ellas multinacionales como Air France, Unilever, Total o Repsol, con una inversión total aproximada de 14.000 millones de euros.
Todas ellas pasan a estar desde ahora en la diana de Trump y en el peor de los casos podrían ver incautados sus activos en EEUU. «Estamos analizando en detalle su alcance e implicaciones», añadió otra portavoz europea sobre el impacto de la última arremetida estadounidense.
Las compañías europeas afrontan en Venezuela un escenario similar al que se exponen en Cuba tras la activación de la ley Helms-Burton, que permite demandar a los actuales propietarios de bienes expropiados tras la revolución, y en Irán, donde Washington amenaza con represalias a las firmas que no cesen su actividad tras el abandono de EEUU del tratado nuclear con Teherán.
El asesor de Seguridad Nacional de EEUU, John Bolton, dijo en Lima la advertencia de sanciones para las empresas que mantengan sus transacciones en Venezuela.