La OCDE prevé que la economía de España y todas en general, estén por debajo de las tendencias a largo plazo
La economía española empieza a ofrecer los primeros síntomas de estabilización del crecimiento, poniendo así fin a la desaceleración de los últimos meses, según sugiere el índice compuesto de indicadores líderes (CLI), elaborado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
La última lectura del indicador adelantado de la OCDE, diseñado para anticipar puntos de inflexión en la actividad económica durante los siguientes seis a nueve meses, muestra una caída marginal del dato de España, que se sitúa en 94,31 puntos, frente a los 94,32 del mes pasado y los 100,68 de un año antes.
De este modo, a pesar de ser una de las pocas economías donde el CLI cayó en septiembre respecto de la lectura de agosto, un portavoz de la OCDE explicó que «han surgido señales de una estabilización en el ritmo de crecimiento» de la economía española, aunque advirtió de que «en la mayoría de las economías, incluida España, se espera que los niveles de PIB se mantengan por debajo de las tendencias a largo plazo».
Para el conjunto de países que forman parte del ‘think tank’ de las economías avanzadas, la última lectura del índice CLI se ha situado en 98,8 puntos, frente a los 98,5 del mes anterior, algo que se traduce en una «moderación del ritmo de crecimiento».
Entre las mayores economías de la OCDE, el índice CLI de Estados Unidos subió a 98,6 puntos desde los 98,2 del mes anterior, ofreciendo signos de moderación del crecimiento, igual que en el caso del Reino Unido, con una bajada en septiembre del CLI a 99,4 puntos desde los 99,6 de agosto, y en Japón, donde el dato subió a 98,8 desde 98,6.
En el caso de la zona euro, la OCDE aprecia una «estabilización en el ritmo de crecimiento por debajo de la tendencia», en línea con la observación dedicada a la economía española, con una lectura del CLI de 98 puntos, frente a los 97,9 de agosto. Entre los grandes países del euro, el índice adelantado apunta a una estabilización del crecimiento de Alemania y Francia, mientras que para Italia sugiere una moderación del mismo.