La agencias de calificación norteamericanas Moody’s y S&P (Standard and Poor’s) estiman que el número de empresas que entrarán en ‘default’ por los impagos alcance niveles no vistos desde la crisis financiera de 2009.
«Los defaults y las reestructuraciones de deuda probablemente aumentarán sustancialmente en 2021 hasta niveles no vistos desde 2009», advierte S&P en su último informe para inversores, en el que pronostica que la tasa de impago se duplicará en Europa hasta el 8% este año, desde el nivel del 4,3% en que se encuentra actualmente.
Moody’s coincide en esta previsión. Según sus datos, el número de impagos que se han producido en 2020 ha alcanzado el récord de una década y prevé, aun así, que «los impagos aumenten en el primer trimestre de 2021» por encima de ese nivel.
Estas agencias de calificación, que ya han advertido sobre los riesgos de la deuda pública en España y otros países, se centran ahora en el análisis de la deuda de empresas privadas. Su labor consiste en medir la calidad de la deuda que emiten empresas y estados y la capacidad que tienen estos emisores de afrontar su pago.
El apoyo público no será suficiente
En su opinión, aunque las medidas del sector público para proteger rentas y sostener al tejido productivo son importantes, no serán suficientes para evitar la desaparición de algunas compañías, y lo mismo ocurrirá con la política acomodaticia de los bancos centrales.
«Aunque esperamos unos costes de financiación muy bajos en 2021, al haber un endeudamiento más alto y una proporción importante de empresas vulnerables, es probable que se produzcan más impagos», apuntan.
Además, las medidas de apoyo de los gobiernos no podrán «evitar la insolvencia o la reestructuración forzosa de compañías con estructuras de capital vulnerable o de aquellas más afectadas por las restricciones derivadas de la covid-19».
Estas últimas son las que pertenecen a sectores como el de transportes, ocio y entretenimiento, comercio y hostelería, así como las energéticas, sobre todo en Estados Unidos.
Se disparan las bajadas de ‘rating’
Influye también en las malas perspectivas el hecho de que el volumen de deuda global sea tan elevado, equivalente al 265% del PIB mundial a cierre de 2020. Esta tasa debería empezar a bajar progresivamente a partir de este año a medida que el PIB (el denominador) vuelva a crecer.
A medida que estas agencias de calificación comprueban que las empresas atraviesan dificultades y podrían tener problemas para afrontar sus compromisos financieros (es decir, para pagar la deuda) van rebajando progresivamente su calificación.
En el año 2020 el número de bajadas de rating se ha disparado en Europa, lo que demuestra el incremento del riesgo. Según los datos de la Asociación de Mercados Financieros Europeos (AMFE), sólo entre marzo y diciembre se produjeron bajadas de rating de 199 empresas, frente a las 87 que experimentaron lo mismo en el año 2019.
«El aumento del número de ‘ángeles caídos’ no ha tenido precedentes, creciendo a un ritmo mucho mayor que el presenciado durante la crisis financiera global (de 2008) y durante la crisis de deuda soberana de la eurozona (de 2012)», admitía la AMFE en un informe reciente.
Se denomina ‘ángeles caídos’ a los emisores de deuda cuya calificación ha pasado de ser de BBB o superior a BB+ o inferior. S&P estima que el total de deuda emitida por estos ‘ángeles caídos’ podría alcanzar los 300.000 millones de dólares este año.
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