El Gobierno de España ha comenzado una investigación para determinar las causas detrás del fenómeno migratorio
España ha encendido sus alarmas migratorias. ¿El motivo?, un auge en la migración de judíos sefardíes provenientes de un gran número de países latinoamericanos. Una situación que podría estar siendo causada por una interpretación laxa de una ley de 2015, que permite acceder a la nacionalidad española con el argumento de descender de judíos sefardíes.
En fenómeno funciona igual en distintos países de América Latina. Un ciudadano contrata unos servicios privados para comprobar que su apellido y árbol genealógico puede estar vinculado con los judíos sefardíes. Una operación que, por su creciente volumen de peticiones, ha venido levantando las sospechas de que exista un gran fraude en el que podrían estar implicados no sólo funcionarios en España, sino también centros de estudios judíos y algunas notarías latinoamericanas”, afirman desde las instituciones migratorias de España.
Por esa razón, la Embajada y el Consulado de España en Bogotá, por ejemplo, han suspendido la inscripción de las resoluciones que otorgan nacionalidad con base en una ley que consagra esa fórmula, según afirma RCN Radio que transmitieron fuentes oficiales españolas.
La norma bajo la lupa
La ley que ha dado pie a esta avalancha de solicitudes es la número 12 del año 2015. Según esa norma, pueden acceder al pasaporte español quienes demuestren que son descendientes de personas que profesaban la religión judía y que debieron huir de España cuando los Reyes Católicos decretaron la expulsión de los judíos en 1492. Los judíos sefardíes, cuyo origen no era centroeuropeo, que son denominados askenazis, vivieron esencialmente en España. La Biblia llama Sefarad a la península ibérica.
El día que entró en vigor esa ley, en diciembre del 2015, el rey de España, Felipe VI, se refirió emocionado a los judíos sefardíes: “Cuánto os hemos echado de menos. Con esta ley queremos expresaros que contamos con vosotros para caminar juntos, porque todos somos ciudadanos españoles”.
El trámite
El trámite consiste en conseguir un certificado de que se tiene apellido judío sefardí. La lista es muy larga. Aparte de eso, el solicitante debe presentar un examen de conocimientos básicos sobre España. Con todos los papeles, los aspirantes deben luego acudir a una notaría en España para después radicar los documentos en el Ministerio respectivo. Si la petición es aprobada, el Ministerio de Asuntos Exteriores tiene que informar al Consulado del país de origen para que inscriba la resolución y expida al interesado el pasaporte.
El llevar a cabo todos estos pasos pueden engorrosos, por eso han llegado unos intermediarios que prometen cumplir con el proceso por un coste de unos 4.500 y 6.000 euros. Toda una situación que hace sospechar a la Administración de España sobre la poca transparencia y garantías del proceso y reforzar sus esfuerzos en una investigación internacional que podrá terminar en el cambio de la normativa.