La modificación educativa generó grandes polémicas en el país azteca, incluidas las manifestaciones de profesores por las calles.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, presenta una iniciativa dirigida a cancelar una controvertida Reforma Educativa que impulsó el gobierno anterior, y cuya discusión y aprobación hace cinco años llevó a miles de maestros a protestar en las calles.
El mandatario ha firmado la iniciativa y ha señalado que la enviaría al Congreso, donde su partido y aliados tienen mayoría de para sacarla adelante.
La norma que López Obrador busca anular fue aprobada por las cámaras legislativas en 2013 y fue parte de un paquete más amplio de reformas que el expresidente Enrique Peña Nieto impulsó durante su sexenio, para acelerar el crecimiento de la segunda economía de América Latina.
«La educación no es un privilegio sino un derecho; educación publica, gratuita, de calidad en todos los niveles escolares», ha indicado López Obrador en una conferencia de prensa en Palacio Nacional, sede del gobierno.
El nuevo secretario de Educación, Esteban Moctezuma, ha destacado que después de que los congresos estatales ratifiquen la modificación a la constitución, se trabajará con los maestros, y las organizaciones de padres de familia en la regulación secundaria que permita mejorar la educación.
Entre otras cosas, la reforma educativa de Peña Nieto fue planeada para mejorar los niveles académicos, acabar con la corrupción dentro del magisterio y que los docentes se sometieran a evaluaciones periódicas para asegurar que cumplieran con los estándares.
Pero la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) –un grupo disidente del sindicato de maestros– dificultó la aplicación de los cambios alegando que la reforma no fue más que una maniobra de Peña Nieto para recuperar el control político de la educación.