Angela Merkel, canciller de Alemania, ha pedido una respuesta conjunta por parte de los estados miembros de la UE para afrontar la crisis producida por la pandemia
La canciller de Alemania, Angela Merkel, ha reclamado este jueves una respuesta económica «masiva» de la UE para responder a la situación «más difícil» de su historia, al tiempo que ha subrayado que los jefes de Estado y de Gobierno deberían acordar el plan de recuperación durante el verano.
«Europa está ante la situación más difícil de su historia (…) Tiene que haber un acuerdo durante el verano, no puedo imaginar otro resultado», ha expresado durante una rueda de prensa conjunta con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para dar el pistoletazo de salida a la presidencia de turno de la UE que acaba de asumir Alemania y que desarrollará hasta que finalice el año.
Merkel ha lanzado este mensaje a dos semanas de que los líderes europeos se reencuentren en Bruselas con el objetivo, no garantizado, de lograr un acuerdo sobre el presupuesto de la UE para los próximos siete años y el fondo de reconstrucción para relanzar la economía del bloque tras el impacto de la pandemia de Covid-19.
Los jefes de Estado y de Gobierno tendrán sobre su mesa una nueva propuesta elaborada por el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, quien inició un periodo de consultas con las capitales tras el fracaso de la última cumbre por videoconferencia, que se limitó a un intercambio de pareceres entre los líderes.
El documento que plantee el belga, en cualquier caso, tendrá como base la propuesta de la Comisión Europea, que sugirió un fondo de recuperación de 750.000 millones de euros en el cual la mayoría (500.000 millones) se canalizaría a los países en forma de transferencias directas y el resto como préstamos a devolver.
En la misma comparecencia de prensa, Von der Leyen ha defendido que «una crisis sin precedentes necesita una respuesta sin precedentes» y, aunque consciente de la división y los «muchos detalles» que todavía hay que sortear para lograr el consenso entre las capitales, ha celebrado que ningún país cuestiona la estructura fundamental de su propuesta.
«Por supuesto que hay que negociar muchos, muchos detalles, no hay duda, pero es el procedimiento normal (…) Habrá cambios, pero no se cuestiona la estructura general y eso es muy buena señal», ha enfatizado.