El Gobierno italiano de Giorgia Meloni ha aprobado este lunes un decreto ley que, entre otras cosas, reducirá la presión fiscal a los trabajadores con rentas de hasta 35.000 euros hasta finales de año, una medida lanzada simbólicamente este Primero de Mayo.
«Me siento orgullosa de que el Gobierno haya decidido celebrar el Primero de Mayo con hechos y no con palabras y creo que debíamos un nuevo apoyo a una economía que, aunque en un momento de dificultad, nos está dando grandes satisfacciones«, presumió Meloni en un vídeo, pues optó por no ilustrar la medida en una rueda de prensa.
La primera ministra ha convocado a su Consejo de Ministros este Día de los Trabajadores para aprobar un paquete de medidas dirigido a animar la contratación y reducir la carga fiscal en las nóminas, entre las críticas de los sindicados por la fecha elegida.
El decreto ley establece una reducción de la cuña fiscal, es decir, la diferencia entre el salario que paga un empleador y lo que el trabajador se embolsa, pero solo durante lo que queda de año, una vigencia que los sindicatos también ven como «insuficiente».
En concreto, se aplicará una disminución de la carga fiscal del 7 % (hasta ahora era del 3 %) a las nóminas de hasta 25.000 euros anuales y del 6 % (antes era del 2 %) a las de 35.000 euros, lo que permitirá un aumento de sueldo de unos 100 euros en ambos casos.
«Es una elección que me enorgullece», defendió Meloni.
«Una ayuda real contra el encarecimiento de la vida»
Estas medidas estarán financiadas con la desviación de déficit de 3.400 millones de euros en 2023 aprobada esta semana en el Parlamento, dentro del Documento de Economía y Finanza (DEF), la estrategia económica del Ejecutivo para los próximos años.
El ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, explicó que estas disposiciones suponen «una ayuda real contra el encarecimiento de la vida y una respuesta concreta a las chácharas».
A la espera de que se publique el decreto, los medios avanzan que introduce una «flexibilización» de los contratos temporales, ampliando los supuestos por los que pueden ser prorrogados más allá de un año.
Una disposición que para la oposición ahondará en la precariedad contractual de los italianos.
El nuevo «Cheque de inclusión»
Además, se liquida la Renta de Ciudadanía, el polémico programa de subsidios aprobado por el Movimiento Cinco Estrellas en la pasada legislatura, y se sustituirá desde 2024 por el «Cheque de Inclusión».
Podrán beneficiarse del mismo las familias de rentas bajas con discapacitados o con ancianos a su cargo, recibiendo durante año y medio una ayuda mensual de 500 euros, además de otra para el alquiler.
Además, se incluyen una serie de reducciones fiscales a quienes ofrezcan contratos indefinidos, ampliadas además a los empleadores que estabilicen los temporales.
Otro incentivo en la segunda mitad de este año es para la contratación de jóvenes de menos de 30 años que ni estudien ni trabajen, que en Italia rondan los 3 millones en la franja de edad entre los 15 y los 34 años
Además, se aumentan las sanciones a los conocidos como «furbetti», los «listillos» que obtienen ayudas mientras trabajan en negro.
Los sindicatos amenazan con «movilizaciones»
Sin embargo, a los sindicatos esta medida no les ha convencido, al ser «temporal» y no atajar la precariedad, por lo que han amenazado con «movilizaciones».
Además, la primera ministra ultraderechista, en el poder desde octubre, ha decidido ignorar el calendario laboral y celebrar un Consejo de Ministros para aprobar este controvertido decreto ley que reduce solo hasta final de año la carga impositiva a determinados sueldos.
Esta decisión ha sido acogida con recelo por los sindicatos que creen que se trata de mera propaganda. «¿El Gobierno tiene que convocar el Consejo de Ministros hoy, de todos los 365 días que tiene el año? Hoy es la Fiesta del Trabajo, no la del Gobierno. Reivindico el valor de esta jornada», atacó el líder del mayor sindicato CGIL, Maurizio Landini, desde Potenza (sur).
Acto seguido, Meloni ha respondido: «Estoy orgullosa de que el Gobierno haya decidido celebrar este día con hechos, no con palabras». Lo hizo en un vídeo, pues evitó explicar el decreto en una rueda de prensa (la última que celebró una fue el 9 de marzo, hace 53 días).
Los tres principales sindicatos del país han celebrado la tradicional manifestación unitaria del Primero de Mayo en Potenza, en el depauperado sur italiano, y nada más empezar ya avisaron de que «las medidas del Gobierno no van en la dirección solicitada». «Mantendremos las movilizaciones y, si no obtenemos respuestas, estamos preparados para seguir todos juntos con las protestas hasta que no logremos los resultados que necesitamos», increpó Landini desde el escenario de la manifestación.
El líder de la UIL, Pierpaolo Bombardieri, ha lamentado que «las respuestas son equivocadas dada la demasiada precariedad y poca seguridad» del mercado laboral italiano y, aunque aceptó el recorte de la cuña fiscal, reprochó que sea solo temporal.
«Es preciso superar la precariedad, garantizar la seguridad, dar salarios dignos y respetar a los jóvenes. No basta un decreto para resolver estos grandes temas», denunció.
Más dialogante se mostró el secretario de la CISL, Luigi Sbarra, que abogó por el diálogo entre las partes para conseguir «reformas compartidas».
«Queremos creer que el Ejecutivo quiera hacerlo, pero mientras no estaremos quietos«, avisó, para después confirmar el mantenimiento de las próximas protestas en Bologna, Milán (norte) y Nápoles (sur).
En esta «temporada de manifestaciones» podrán contar también con la líder del progresista Partido Demócrata, Elly Schlein, jefa en la oposición a Meloni y que calificó de «vergüenza» su gestión en materia laboral.
Italia suspenderá el pago de hipotecas durante la epidemia del coronavirus