“Me impresiona la cantidad de empresas españolas que hay en Colombia”

María Jimena Duzán, periodista.

María Jimena Duzán, una de los participantes en el I Programa Líderes Colombianos, ha analizado la relación comercial entre ambas naciones.

Duzán afirma que le ha “impactado mucho” ver toda la inversión española que actualmente existe en Colombia, y valora el cómo España “se ha ido transformando”.

La I Edición del Programa Líderes Colombianos, organizada por la Fundación Consejo España-Colombia, ha contado con la participación de cuatro prestigiosos periodistas colombianos. María Jimena Duzán es periodista, columnista de la Revista SEMANA y directora del programa ‘Semana En Vivo’ de Cablenoticias y Revista Semana. Sin olvidar que es Politóloga de la Universidad de los Andes.

Durante varios años ha sido cónsul de su país en Barcelona. ¿Qué opinión se ha formado de España y cómo cree que está evolucionando?

España se ha ido transformando. A mí me tocó la época de opulencia, que era un poco ficticia, y me tocó también la caída, cuando se rompió la burbuja. Y me sorprendió, lo más increíble, es que se recuperaron y se recuperaron muy bien. Y eso me ha impresionado mucho: la economía española.

La verdad, creo que es el mejor momento de España.

¿Está cambiando en algo su percepción de España gracias a su participación en este Programa?

Sí. Yo quería saber cuáles fueron las razones que llevaron a un país como España, que estaba en una situación complicada económicamente… cómo pudo salir de la crisis. Y sí, me ha ayudado mucho para saber qué fue lo que hicieron, cómo lo hicieron, y para saber cómo se sale de una crisis. Grecia no pudo, y hay otros países… ni siquiera Portugal lo pudo hacer bien, y España sí lo hizo. Y me pareció muy interesante saber cómo y por qué, qué hicieron las empresas, cómo reaccionó la sociedad. Eso no lo tenía muy claro y lo he podido aprender.

¿Qué aspectos de este programa le están pareciendo más interesantes?

Me sorprendió la cantidad de empresas que hay en Colombia. No las conocía. No sabía de Indra, por ejemplo. Sacyr sí, porque tiene varias infraestructuras en América Latina. Pero además de las normales (Repsol, BBVA, etcétera), no me imaginaba que fuese tanta la inversión española y hubiese tanta presencia comercial. Eso me ha impactado mucho.

Con respecto a la profesión periodística, ¿hay mucha diferencia en cómo se trabaja en Colombia y en España?

Allá tenemos una tradición periodística muy fuerte desde hace muchos años. Yo creo que aquí pervive más un periodismo más político, me da esa impresión. El  periodismo aquí todavía está muy enclaustrado en medios que son muy políticos. También hay experiencias digitales interesantes. La televisión es muy poderosa, y hay canales privados muy poderosos. En ese sentido sí nos parecemos.

En la prensa escrita  y la que se hace en las redes hay diferencias. Nosotros pertenecemos a la tradición americana, un poco menos centrada en la política. No sé si es bueno o no. Por lo menos, los medios nuevos no salen producto de unos partidos, sino más bien de decisiones personales de quienes lo emprenden.

A diferencia de España hay una concentración profunda de dueños: grandes empresas que son dueños de medios de comunicación. No es mi caso, pero yo soy la minoría. La mayoría de los grandes empresarios tienen medios de comunicación. Y eso no ocurre aquí. Allí sí, y eso está afectando, por ejemplo, a la televisión. La televisión se dedicó a hacer telenovelas… pero los noticieros son una parte ínfima de la programación, y la investigación es muy poquita también, y muy mediatizada por los intereses económicos, más que políticos.

Pero la prensa escrita, y la prensa que se está haciendo en redes, es interesante.

En nuestro país se cuestiona constantemente la viabilidad económica de la prensa tradicional por la presión de los medios surgidos con las nuevas tecnologías. ¿Se aprecia de igual manera en su país? ¿Cómo cree que será en el futuro la prensa iberoamericana?


Si nosotros, todos los medios, incluidos los españoles, los ingleses, los americanos… si no nos transformamos… el problema es cómo nos adecuamos a las nuevas plataformas, cómo seguir desempeñando nuestro papel en la sociedad de acuerdo con las nuevas plataformas. Ese es nuestro gran desafío: si no nos transformamos y no nos moldeamos para estar bien situados frente a los desafíos de las nuevas plataformas, creo que vamos a morir.

Nosotros comenzamos hace muchos años este proceso porque a la prensa escrita es donde más duro ha llegado. Se ve en el New York Times, se ve en temas como The Guardian… que son empresas periodísticas. La prensa escrita es la que lleva el puntal de las transformaciones porque es la que más duro le ha pegado. La radio y la televisión todavía van en carro… nosotros vamos a pie.

Y yo creo que las grandes transformaciones están dándose en los medios de comunicación impresos. El NYT creo que, a través de prueba y error, han sacado grandes ideas y se encuentran en un momento muy interesante, lo mismo que el Washington Post. Yo los miro mucho a ellos, porque sé que ese puede ser nuestro modelo.

Como ganadora del Premio al Coraje de la Fundación Internacional de Mujeres Periodistas y con su terrible experiencia familiar (su hermana, también periodista, fue asesinada por paramilitares), ¿coincide con análisis como los de Reporteros sin Fronteras que indican que la situación de la prensa está mejorando en Colombia?

Sí, la situación está mejorando. Ya no nos matan. Durante muchos años fuimos el país donde más periodistas mataban. Ahora ya no, y vamos bajando las cifras increíblemente.

Ahora hay otros temas menos complicados, pero que todavía plantean desafíos en términos de libertad de prensa. Por ejemplo, yo sí creo que hay autocensura todavía en los medios regionales, donde la capacidad que tiene un periodista para decir las cosas es bastante limitada porque el dueño del medio es generalmente el político que tiene el asiento en el Congreso. 

Pero digamos que son todas las cosas más manejables que antes. Antes nos mataban simplemente por decir lo que pensábamos. No había ni siquiera amenazas. Directamente. Y fueron muchos los periodistas que cayeron en esa guerra, ese conflicto. Comenzó con Pablo Escobar y terminó con paramilitares, FARC… es una guerra muy compleja.

Pero sí, pienso que en general Colombia está bastante mejor.

Es una opinión generalizada que el avance en los acuerdos de paz conlleva mejores condiciones para los negocios en Colombia. Con el conocimiento que le da su experiencia como cónsul, ¿parte España con cierta ventaja? ¿Cuál sería la forma óptima de beneficiarse ambos países de la nueva situación?

Yo creo que, si se pudiera decir algo en términos de posibilidades, creo que es como se están alineando los astros. Colombia no se podía desarrollar porque había un conflicto. El conflicto se aminoró profundamente. Nada es perfecto, pero la mayor guerrilla ya no está armada y en este momento está haciendo política. Creo que Colombia, si se hacen las carreteras que se tienen que hacer, va a ser un mercado aún más apetitoso para la inversión extranjera, porque no hay ningún país que tenga tan retrasadas sus infraestructuras. Colombia tiene un retraso por cuenta del conflicto impresionante.

La oportunidad para que España entre, en este momento en que los Estados Unidos parece que no quieren entrar, y que España se vuelva el primer inversor en Colombia y América Latina en general, es bastante alta.