Macron y Draghi cierran filas para reformar las reglas fiscales de la UE

Comisión Europea

El presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro italiano, Mario Draghi, han plasmado este jueves en un documento conjunto una alianza para llevar a cabo una reforma de las reglas fiscales de la Unión Europea (UE), con el fin de que el aumento del gasto para inversiones y la coordinación entre países no se limite solo a las crisis, y que la deuda pública se reduzca pero no a base de subidas de impuestos ni recortes sociales.

“Del mismo modo que estas normas no restringieron nuestra respuesta a la pandemia, ahora tampoco deberían impedirnos realizar todas las inversiones necesarias”, han asegurado ambos líderes en un artículo publicado en el Financial Times. Macron ya había anunciado a principios de diciembre que quería hacer de la reforma de los criterios de Maastricht una de las prioridades de la presidencia francesa de la UE, creyendo que la cuestión del déficit «a favor o en contra del 3 %» estaba «desfasada».

En esta ocasión, y junto a su homólogo italiano, ambos líderes han criticado que las reglas fiscales existentes de la UE ya necesitaban una reforma antes de la pandemia, al ser «demasiado oscuras y excesivamente complejas». «Restringieron las acciones de los gobiernos durante las crisis, sobrecargaron la política monetaria y tampoco proporcionaron incentivos para priorizar el gasto público clave para el futuro y para nuestra soberanía, incluida la inversión pública», apuntan.

La propia Comisión Europea ya ha lanzado el debate sobre su reforma. Para ello, admitirá las propuestas de las distintas autoridades y la sociedad civil hasta el 31 de diciembre de este año, con el objetivo de diseñar el nuevo marco durante el primer trimestre de 2022.

La discusión en esta ocasión se centrará en si la vuelta a la disciplina presupuestaria debe hacerse sobre la base de las normas anteriores o, en cambio, hay que acometer una revisión más amplia que relaje las exigencias y dé más margen de actuación a los gobiernos, tal como reclaman Francia e Italia.

Las normas del Pacto de estabilidad siguen suspendidas y lo harán también en 2022, con el fin de que los países se repongan de la pandemia.

Tras el paso del coronavirus, el déficit de la zona euro se incrementó hasta el 7,2 % en 2020, más del doble que el límite previsto (3 %), mientras que la deuda pública cerró el año pasado en 97,3 %, muy por encima del límite del 60 % establecido.

En el caso de España, el Ejecutivo prevé que el déficit público cierre este año en el 8,4 % del PIB y la deuda, en el 119,5 %.

Un mensaje a los países austeros

Se trata de un mensaje dirigido a los países de la UE partidarios de las normas de austeridad, incluidos los del norte de Europa, que durante las negociaciones del Plan de Recuperación se habían mostrado reticentes ante la adopción de un presupuesto excepcional de estímulo para hacer frente al golpe de la pandemia.

«Necesitamos reducir nuestro nivel de deuda, de eso no hay duda, pero no podemos esperar lograrlo aumentando los impuestos o haciendo recortes insostenibles en el gasto social, ni podemos sofocar el crecimiento mediante un ajuste fiscal inviable», han alegado ambos mandatarios.

A su juicio, su estrategia pasa por «frenar el gasto público recurrente mediante reformas estructurales sensatas». «Y, así como no se puede permitir que las reglas se interpongan en el camino de nuestra respuesta a la pandemia, tampoco deberían impedirnos hacer todas las inversiones necesarias», han insistido, para después añadir: “Debemos tener más margen de maniobra y poder realizar los gastos clave necesarios para nuestro futuro y nuestra soberanía», han sostenido.

Tanto Macron como Draghi creen que el Plan de Recuperación ha sido «un éxito» y, como tal, «ofrece un plan útil para el camino a seguir». Por ello, han abogado por llevar a cabo «un debate en profundidad, no empañado por la ideología, con el objetivo de servir mejor a los intereses de la UE en su conjunto».

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