Especialistas aseguran que el poder adquisitivo se desploma un 76 por ciento y que, con el nuevo aumento salarial, Venezuela cae en una espiral hiperinflacionaria
El economista Jesús Casique explica que el aumento del salario mínimo en Venezuela hundirá aún más al país hacia una “espiral hiperinflacionario” que cada vez agarra más fuerza y agrega que los incrementos salariales nominales no resolverán los problemas estructurales de la economía en el país».
El especialista además detalla que la medida se traduce a una caída del poder adquisitivo del venezolano representado en 76 por ciento, cifra que concuerda con las estimaciones de la Asamblea Nacional, que recientemente anunció que la tasa de inflación cerró en 1.698.488,2 por ciento en el año 2018.
Con el nuevo aumento salarial, que pasó de los 4.500 bolívares soberanos a los 18.000, apenas le alcanzaría a los ciudadanos para comprar dos kilos de carne, en medio de una hiperinflación que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), llegará a 10.000.000 por ciento este año.
El Gobierno de Nicolás Maduro sostiene que el salario básico equivale a medio Petro, la criptomoneda venezolana. Desde su lanzamiento en 2018, el valor de esta moneda se ha mantenido fijo en 60 dólares, cifra que proyectan las autoridades para el barril de crudo venezolano en 2019.
Al ser incrementado el criptoactivo de 9.000 a 36.000 bolívares, los especialistas daban por descontada una devaluación. Sin embargo, poco después de los anuncios económicos del mandatario, el Banco Central de Venezuela (BCV) publicó la nueva tasa que pasó de 862,32 a 949,47 bolívares soberanos por dólar.
Desde que el gobernante puso en marcha en agosto pasado un plan de reformas frente a la crisis, que incluyó una reconversión monetaria que le restó cinco ceros al bolívar, un aumento de 3.400 por ciento del salario mínimo y una devaluación de 96 por ciento, la moneda se ha depreciado 93,6 por ciento más.