Un nuevo estudio de CAF -banco de desarrollo de América Latina- asegura que, para acortar las brechas de género en la región, es necesario generar un entorno financiero propicio en el que las mujeres confíen y se sientan seguras de comunicar sus necesidades, y para ello es importante potenciar la educación financiera, fortalecer las habilidades y capacidades de las mujeres, y crear productos financieros y no financieros con perspectiva de género que refuercen los negocios de las mujeres.
El estudio, denominado Capacidades financieras de las mujeres, evidencia las brechas de género existentes en Brasil, Colombia, Ecuador y Perú y la necesidad de crear sistemas de indicadores de género para mejorar el acceso de la mujer al sector financiero y así poder diseñar políticas que reduzcan las desigualdades.
En este sentido, la educación financiera debe abarcar el manejo del riesgo, la gestión del dinero, el acceso responsable e informado al sistema crediticio, la autoconfianza de las mujeres y las capacidades digitales y de negociación. También se destaca que para conseguir la igualdad financiera en los programas o medidas que se pongan en marcha es fundamental involucrar también a los hombres.
Según las encuestas realizadas en Brasil, Colombia, Ecuador y Perú, menos mujeres afirman que toman personalmente las decisiones sobre la gestión de las finanzas, lo que representa una brecha de género de 15 puntos porcentuales.
Además, más mujeres (67%) que hombres (52%) requieren de otras personas para decidir sobre las finanzas. Uno de los motivos, apunta el estudio, es la menor autonomía de la mujer, pues su participación en las decisiones financieras aumenta cuando contribuyen al ingreso del hogar y tienen mayores niveles de educación financiera.
“Es necesario trabajar en la implementación de estrategias nacionales o programas de educación financiera y crear sistemas de indicadores de género para diseñar políticas públicas que reduzcan las desigualdades y fomenten una mayor participación de las mujeres en la economía de sus países. Esto implica trabajar en reducir las brechas en comportamientos, planificación, conocimientos y actitudes financieras, así como en inclusión financiera y ¡vulnerabilidad”, dice Diana Mejía, especialista senior en Inclusión Financiera de CAF.
La publicación también refleja la brecha de género en el uso de medios digitales para el manejo de las finanzas, muy bajo en los 4 países tanto en hombres como en mujeres. De media, solo el 24% de los hombres y el 17% de las mujeres usan una aplicación bancaria. Los niveles de ahorro son bajos en los cuatro países, y las mujeres tienden a ahorrar menos que los hombres.
Brasil tiene la brecha más alta (11 puntos porcentuales de diferencia) y Perú cuenta con el mayor porcentaje de hombres (51%) y mujeres (42%) que ahorran. El hecho de que las mujeres ahorren menos, según el estudio, podría deberse a su menor participación en el mercado laboral y a las brechas salariales entre hombres y mujeres.
Otro apartado analiza los conocimientos financieros (cálculo del interés simple, del interés compuesto e inflación) que, en general, son muy bajos. Queda visible la baja autoconfianza de las mujeres y el mayor conocimiento de los hombres, siendo alto en Colombia, Ecuador y Perú (iguales o mayores a 5), mientras que Brasil se queda en el 4,71 y 4,40 para hombres y mujeres.