Colombia está decidida a instaurar un impuesto del 11% a las modelos webcam y a toda actividad o recurso digital de contenido sexual y/o erótico explícito y desnudez en internet
El Gobierno de Colombia ya tiene listo el decreto por de impuesto de renta del 11% a las modelos webcam y en general a «toda actividad o recurso digital de contenido sexual y/o erótico explícito y desnudez para la recreación del consumidor».
De esta manera se reglamenta un artículo aprobado en la Ley de Financiamiento que avaló el Congreso a finales del año pasado en el que se establece por primera vez un tributo a este tipo de actividad comercial la cual se estima que produce cerca de 300 millones de dólares anuales. Con la medida se espera generar en recaudo anual entre 50.000 y 100.000 millones de pesos (entre USD 15,7 millones y 31,4 millones).
El recaudo del impuesto, del cual estarán encargadas las entidades bancarias al cobrar la retención cuando el cliente use su tarjeta para pagar el servicio de webcam, iría dirigido a financiar programas de lucha contra el maltrato a niños y niñas. Al decreto, solo le falta la firma del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.
Con el impuesto Colombia avanza en la formalización de los negocios que se dedican al entretenimiento para adultos, en especial al gremio del modelaje webcam, el cual se ha organizado en el país de manera orgánica y semi informal. En Colombia existen numerosas agencias de modelos webcam, las cuales prestas sus instalaciones y plataformas para que las modelos, en su mayoría mujeres en el rango de los 20 años de edad -aunque también hay hombres y personas trans en la industria- transmitan sus shows.
De acuerdo con Óscar Arias, director jurídico de Asocea (Asociación Colombiana del Comercio Electrónico para Adultos) a este tipo de estudios les pagan las modelos para poder usar sus instalaciones, dichas relaciones comerciales usualmente se reparten en un 60% de los ingresos para la modelo y un restante 40% para el estudio. También destaca que los negocios más organizados ya están pagando impuestos al Estado por lo que la medida no se percibe como negativa sino más bien como un reconocimiento a una actividad comercial que lleva años desarrollándose en el país.
Un estudio consolidado de modelaje webcam puede llegar a facturar en Colombia unos 25 mil dólares a la semana y un modelo con trayectoria y reconocimiento puede facturar más de 5 mil dólares semanales; incluso una novata puede percibir ingresos de entre 300 y 500 dólares a la semana.
Estas cantidades no son nada despreciables en un país donde el ingreso mínimo es de 260 dólares y la mayoría de profesionales universitarios están en rangos similares de salarios, por lo que el negocio de las webcams se convierte en una solución de vida muy atractiva para muchas mujeres colombianas.
Colombia es el segundo país del mundo, después de Rumania, con más modelos webcam. Se estima que hay unas 30 mil mujeres dedicadas a este rentable negocio. En el país incluso existe una universidad que enseña a «profesionalizar el oficio» y que imparte clases virtuales sobre seducción, psicología de sala de chat, y hasta temas técnicos sobre iluminación y ángulos de cámara para darle mayor calidad a los shows eróticos virtuales.
Sin embargo, hasta la entrada en vigor del impuesto de renta para el negocio, en el país no existía ningún tipo de reglamentación que regulara esta actividad comercial. En Rumania, que aporta el 40% de las modelos webcam del mundo, el Estado cobra un 16% de impuestos sobre la actividad, que está totalmente reglamentada como un trabajo formal.
Hacia allá quiere avanzar Colombia, donde ser modelo webcam todavía tiene una connotación moralmente cuestionable, aunque muchas mujeres que ejercen este trabajo destaquen que hay más cosas en él que un simple intercambio sexual.
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