El efecto del ‘Socialismo del Siglo XXI’ ha llevado a que Venezuela pierda 14.400 millones de dólares generado por la caída en la producción petrolera.
Venezuela dejó de ser un referente internacional en materia petrolera. A pesar de que fue líder mundial en su sector, los efectos del ‘Socialismo del Siglo XXI’ han llevado al colapso al principal motor económico de la nación sudamericana. No en vano, Petróleos de Venezuela (PDVSA) genera una producción similar a la que tenía el país en 1930, es decir, 88 años atrás.
El economista y diputado a la Asamblea Nacional, José Guerra, ha explicado cuál es la situación de emergencia que se vive actualmente. “Simultáneamente ocurre una caída en picada de la producción petrolera del país, combinada con una caída en picada de los precios del petróleo. El ingreso que recibe Venezuela tiene dos componentes, lo que exportamos de petróleo y el precio que exportamos”.
El economista afirma que las cifras publicadas por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) reflejan que Venezuela produjo en octubre 1,1 millones barriles de petróleo, “con respecto a diciembre del 2017, esto significa una caída de 740.000 barriles de petróleo promedio diario. Y el precio petrolero que estaba cerca de 65 dólares, ayer culminó en 57 dólares”.
Para entender con claridad el impacto, Guerra puntualiza que esta caída en la producción petrolera se traduce en una pérdida de ingresos. “El país ha perdido 14.400 millones de dólares, que fuesen más que suficientes para importar alimentos y medicinas, así como para pagar la deuda externa y el país no tuviese en la crisis en que está”.
Retroceso histórico
Guerra advierte que Venezuela ya llegó a los niveles de producción petrolera de 1930 y 1940, “el país tiene que parar de emergencia la caída de la producción estamos perdiendo a razón de 42.000 barriles de petróleo por mes, al ritmo que vamos en enero del 2019, si esto no cambia vamos a estar produciendo casi un millón de barriles de petróleo, esto es nada, menos de lo que producíamos en 1930 ó 1940”.
Para cambiar la tendencia negativa, el economista recomienda algunas líneas de acción concretas: “El incremento de la producción petrolera; y abrir los campos petroleros a la inversión privada, que es quien puede poner los recursos suficientes ante una PDVSA quebrada a razón de 100.000 barriles diarios de producción solamente para detener la caída y empezar a crecer”.
En la misma línea, propone que el Estado venezolano cambie los acuerdos de la faja del Orinoco “para que permita mayor participación del capital privado internacional en la explotación de esos recursos, disminuidos por la falta de inversión”.
Consciente de la necesidad de un cambio magistral, Guerra pone sobre la mesa el debate sobre una nueva Ley de Hidrocarburos. “La vamos a presentar oportunamente y se está trabajando para abrir espacios a la inversión. No hay solución a la caída de la producción petrolera en Venezuela sin la inversión privada nacional e internacional. Hemos perdido entre 1998 y este año 2,2 millones de barriles de producción diaria”.